31 enero, 2013

Dios da pero también quita

Evangelio según San Marcos 4,21-25.

Jesús les decía: "¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es más bien para colocarla sobre el candelero?
Porque no hay nada oculto que no deba ser revelado y nada secreto que no deba manifestarse.
¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!".
Y les decía: "¡Presten atención a lo que oyen! La medida con que midan se usará para ustedes, y les darán más todavía.
Porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene".
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La expresión de Jesús de "al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quietará aun lo que tiene" siempre me ha causado impresión porque no la he entendido bien. Siempre me he preguntado: ¿no debería ser al contrario: al que no tiene se le dará y al que tiene se le quitará un poco lo que tiene? ¿No se supone que Dios quiere la igualdad para todos y que nosotros compartamos lo que tenemos?
Pero si nos ponemos a pensar bien nos daremos cuenta de que nosotros también actuamos de la misma manera: al que tiene se le da más y al que no tiene se le quita hasta lo que tiene. ¿Qué hace un padre de familia cuando uno de sus hijos se convierte en un adicto a la droga? ¿Le da más dinero o le quita lo que tiene? Obviamente lo más adecuado es quitarle lo que tiene para que no se haga más daño y para que alcance a comprender su enfermedad y su problema (al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene).
La expresión del evangelio nos da una clave fundamental sobre el comportamiento humano. Dios conoce bien el corazón del hombre, y en miras a su desarrollo y realización, busca educar al mismo hombre por medio de sus designios para que no se haga más daño a sí mismo y encuentre el camino de la salvación. Así pues, al que tiene se le dará, porque sabe usar bien de los dones de Dios y son una herramienta para su salvación, y en el caso contrario, a quien no tiene se le quitará hasta lo que tiene porque está lastimándose con los mismos regalos del Señor y no están siendo de provecho para quien los malgasta.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

30 enero, 2013

¿Qué es ser tierra buena?

Evangelio según San Marcos 4,1-20.

Jesús comenzó a enseñar de nuevo a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla.
El les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba:
"¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar.
Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron.
Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda;
pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó.
Otra cayó entre las espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto.
Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno".
Y decía: "¡El que tenga oídos para oír, que oiga!".
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de él junto con los Doce, le preguntaban por el sentido de las parábolas.
Y Jesús les decía: "A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola,
a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón".
Jesús les dijo: "¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás?
El sembrador siembra la Palabra.
Los que están al borde del camino, son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos.
Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría;
pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben.
Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra,
pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa.
Y los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno".
++Palabra es como la semilla. Las dos tienen que penetrar en lo profundo (de la tierra y del corazón) para poder germinar y dar fruto. Pero ese fruto no es instantáneo sino que requiere de tiempo y cuidado. Nuestra generación es una generación flash, inmediatista, práctica y exigente, y en ocasiones esperamos que la Palabra dé fruto abundante del ciento por uno en nosotros sin mucho esfuerzo y trabajo de nuestra parte.
La tierra buena es aquella tierra que siempre está húmeda, bien aireada, disponible y bien abonada, y para ello no han nada mejor que la frescura de la oración, la humedad constante de la gracia, el abono de nuestras propias humillaciones ante Dios y la disponibilidad de un corazón que anhela ser tocado por Jesús.
Para ser tierra buena no basta con hacer un par de cosas, sino vivir verdaderamente como cristianos. Ser tierra buena significa amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como Jesús nos ha enseñado. Ser tierra buena significa acoger el Evangelio con alegría y disponibilidad y no simplemente como una enseñanza más, sino como la razón misma de nuestra existencia. ¿Acaso eso no fue lo que hizo San Bernarno de Claraval?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella,

San Bernardo de Claraval
«El sembrador siembra la Palabra»

En lo demás, hermanos, debemos procurar con el mayor cuidado que aquella Palabra que salió de la boca del Padre para nosotros por medio de la Virgen, no se vuelva vacía, sino que por mediación de Nuestra Señora devolvamos gracia por gracia. Mientras suspiramos por la presencia, fomentemos con toda nuestra atención su memoria, y así sean restituídas a su origen las corrientes de la gracia para que fluyan después más copiosamente...
Así, los que hacéis memoria del Señor, no guardeis silencio, no permanezcáis mudos, aunque, a la verdad, los que tienen presente al Señor no necesitan de exhortación, y aquellas palabras del profeta: alaba, Jerusalén, al Señor, alaba a tu Dios, Sión, más bien son de congratulación que de amonestación, pero porque los que caminan aún en la fe, necesitan de amonestación para que no callen y no respondan al Señor con el silencio, porque El hace oír su voz y habla palabras de paz para su pueblo y para sus santos y para todos aquellos que se vuelven a El de corazón(Sal. 84,9)... Por esto se dice en el salmo: Con el santo serás santo, y con el varón inocente, inocente, y oirá al que le oye y hablará al que le habla. De otra suerte le habrás dado silencio, si tú callas. Pero ¿si tú callas de qué? De la alabanza. No calléis, dice, y no le deis silencio hasta que establezca y ponga a Jerusalén y hasta que haga de ella la admiración de la tierra (Is 62, 6- 7). La alabanza de Jerusalén es gustosa y hermosa alabanza, a no ser que acaso juzguemos que los ciudadanos de Jerusalén se deleitan de las alabanzas mutuas y que se engañan recíprocamente con la vanidad.
Por eso aquello poco que deseas ofrecer, procura depositarlo en aquellas manos de María, graciosísimas y dignísimas de todo aprecio, a fin de que sea ofrecido al Señor, sin sufrir de El repulsa.         

Sermón en la Natividad de María “El Acueducto”, §13, 18

29 enero, 2013

San Irineo de Lyon nos habla de la Virgen María

Evangelio según San Marcos 3,31-35.

Entonces llegaron su madre y sus hermanos y, quedándose afuera, lo mandaron llamar.
La multitud estaba sentada alrededor de Jesús, y le dijeron: "Tu madre y tus hermanos te buscan ahí afuera".
El les respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?".
Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de él, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos.
Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre".
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Los vínculos del Espíritu pueden ser más grandes que los vínculos de la carne. De la misma manera que todos los mártires se han unido como un sólo individuo por la sangre derramada en nombre del mismo Dios, así todos los santos hacen parte del mismo cuerpo celestial llamado Iglesia Triunfante. Los que pertenecemos a la Iglesia de Cristo somos por el bautismo hijos del mismo Padre y hermanos en la fe. Ese vínculo puede llegar a ser más fuerte que los vínculos de la carne, porque el primero durará por toda la eternidad, mientras que el segundo es temporal. Pero ¿quién puede negar que más grande que el vínculo del Espíritu y que el vínculo de la sangre es el vínculo de la sangre por el Espíritu? me refiero a que quien cumple la Volundad de Dios es "hermano y madre" de Cristo (vínculo en el Espíritu); pero quien se puede considerar más que la Madre de Dios (que le dio a Jesús La Humanidad e hizo perfectamente la voluntad de Dios)? a este respecto nos habla San Irineo de Lyon ya desde el siglo II d.C:

San Ireneo de Lyon
Nuestra Señora del SÍ: aquella que hace la voluntad de Dios

Dios había prometido que del linaje de David saldría un rey eterno que recapitularía todas las cosas en sí mismo (Sal. 131,11; Ep 1,10). Lo que Dios modeló en el origen (Gn 2,7), lo recapituló... Igual que Adán, el primer hombre ha recibido su sustancia de una tierra intacta y todavía virgen...y fue modelado por la mano de Dios (Job 10,8), es decir, por el Verbo de Dios,... del mismo modo, de María todavía virgen, el Verbo ha sido engendrado en el tiempo de forma apropiada para recapitular al primer Adán... ¿Por qué Dios no cogió para ello el barro como con Adán? ¿Por qué hizo surgir de María la obra que él había modelado? Es para que esta obra no fuera otra distinta de la primera, que fuera exactamente la misma, recapitulada, respetando toda la semejanza con el primer Adán. (Gn 1,27)
Los que creen que Cristo no ha recibido nada de la Virgen se equivocan. Para rechazar la herencia de la carne, rechazan también su semejanza... Otros diciendo que Cristo no se manifestó más que en apariencia, haciendo ver que era hombre, o que se hizo hombre sin tomar nada del hombre. Si no ha recibido su sustancia humana de ningún ser humano, entonces no se hizo hombre ni hijo de hombre. Y si no se hizo lo que somos nosotros, sus sufrimientos y sus penas no tenían ninguna importancia... El apóstol Pablo afirma claramente en la carta a los Gálatas 4,4: “Dios envió a su Hijo, nacido de mujer.”

28 enero, 2013

La diferencia entre los exorcismos de Jesús y los de los demás

Evangelio según San Marcos 3,22-30.

Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: "Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los Demonios".
Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: "¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás?
Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir.
Y una familia dividida tampoco puede subsistir.
Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin.
Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran.
Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre".
Jesús dijo esto porque ellos decían: "Está poseído por un espíritu impuro".
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Jesús no expulsaba los demonios como lo hacían la mayoría de "exorcistas" de su tiempo. Se cuenta que para la época de Jesús habían muchas personas que se dedicaban a este oficio, y  lo hacían por medio de gritos, bebidas, objetos y oraciones extrañas. En cambio Jesús no hacía nada raro, no usaba ningún objeto, no daba a comer o a beber ninguna poción a los poseídos, sino que simplemente usaba su palabra o su presencia para expulsar a los demonios.
Para nadie es un misterio que lo que estaban sintiendo los escribas se llama "celos pastorales", ¿cómo así? estaban celosos de que Jesús expulsara lo demonios y eso significaba sólo dos cosa: o ellos estaban mal o Jesús estaba mal, y como el otro siempre es el que tiene la culpa, entonces era Jesús el malo. Y como era el malo, entonces su poder procedía de Satanás.
Pero hay algo muy interesante en este relato, y es que Jesús explica que para entrar a una casa primero hay que atar al hombre fuerte que habita en su interior. Con esta expresión está demostrando que es superior al mismo Satanás y que tiene poder sobre todos los demonios.
Jesús no hace las liberaciones como los demás sino que no sólo expulsa a los demonios de las personas, sino que los cambia completamente y los transforma en el Espíritu y los lleva a la conversión. Jesús no es un simple "chaman" que hace rezos y oraciones para expulsar demonios, sino que llena de vida a las personas y les devuelve su dignidad.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

26 enero, 2013

Plan de vida

Evangelio según San Lucas 10,1-9.

Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'.
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¿No podríamos decir que este evangelio es todo un plan de vida?
1. " Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir." --- Ser embajadores de Dios en todos los lugares a los que vayamos. En todas partes y en todo momento.
2. "Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha". --- Vivir en la intimidad de la oración con el Señor, rogando y pidiéndo a Dios que venga a nosotros su Reino.
3. " ¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino". --- Viviendo los consejos evangélicos de castidad (siendo como ovejas), pobreza (no llevando dinero, ni calzado), y obediencia (obedeciendo la voluntad de Dios).
4. " Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes". --- Siendo mensajeros de paz y de caridad.
5. " Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'". --- Buscando solamente el triunfo del Corazón de Jesús en los corazones de todos nosotros y nuestros hermanos. Dejando a un lado las complicaciones de la vida y entregando nuestra existencia al anuncio del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

25 enero, 2013

El auténtico amor por la creación

Evangelio según San Marcos 16,15-18.

Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.
El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán".
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¿Por qué dice Jesús que "anuncien la Buena Noticia a toda la creación"? No sería más correcto decir: "anuncien la Buena Noticia a todos los pueblos?".
Pero, ¿por qué habríamos de anunciar a toda la creación el Evangelio, si la creación es irracional? Yo no me imagino hablándole a un árbol o al mar sobre Jesús ¿o sí? Pues pensándolo bien, y acordándome de San Francisco, no es tan descabellada la idea. Pero ¿en qué consistiría entonces ese anuncio?
Los cristianos tenemos que ser ejemplo vivo de integridad. Nuestra fe nos tiene que mover a vivir a Cristo en todos los aspectos de nuestra vida. No podemos ser sólo cristianos para la Misa del domingo y nada más, sino que el buen olor de Cristo tiene que estar en todas nuestras acciones, pensamientos, ideas, trabajos, y momentos. Y esto se tiene que ver reflejado incluso en nuestro trato con todo lo creado.
Un chico enamorado gusta muchísimo de todo lo que tenga que ver con su novia. Cualquier hoja de papel que haya sido escrita o rayada por ella tiene un valor importantísimo para él y la conserva con devoción sólo por el hecho de tener las huellas de su amada. Así mismo, el Cristiano, comprendiendo que todo fue hecho por el Verbo de Dios, debe tratar con devoción y piedad toda la creación, porque lleva en sí las huellas del creador. Entonces ¿cómo se anuncia a toda la creación la Buena Noticia? amandola. Y no me refiero aquí al ecologismo tan de moda por nuestros días, sino a un auténtica gratitud a Dios por a lo creado porque es su regalo y por lo tanto debemos cuidarlo.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

24 enero, 2013

Las tentaciones de Jesús

Evangelio según San Marcos 3,7-12.

Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea.
Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón.
Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara.
Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo.
Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: "¡Tú eres el Hijo  Dios!".
Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.
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Es común relacionar las tentaciones de Jesús con el pasaje de Mateo en el desierto, cuando el Demonio se le presentó diciéndole que convirtiera las piedras en pan. Y por lo general vemos a Jesús como el que jamás volvió a ser tentado por el Demonio.
Pero ¿será cierto que sólo fue tentado en el desierto? a mí me gusta pensar en un Jesús igual a nosotros en todo menos en el pecado, por lo que también fue igual a nosotros en la lucha contra el mal y contra las tentaciones.
Y ¿por qué estoy hablando de esto? porque los espíritus impuros apenas veían a Jesús empezaban a gritar: "¡Tú eres el hijo de Dios!". Y esa era un total verdad, pero ¿por qué habrían de decirla los demonios? ¿será que le estaban haciendo un favor a Jesús o por el contrario estaban tratando de desviarlo de su misión?
Parece paradójico el hecho de que los espíritus impuros dijeran eso, pero no es la única vez que esto es narrado en el evangelio. Además, podríamos preguntarnos por qué Jesús los mandaba a callar si eran una excelente fuente de publicidad y además gratuita, ¿Antes eso no es lo que querría cualquiera de nosotros a la hora de evangelizar: publicidad?
Me imagino que Jesús estaba siendo tentado para desviarse de su misión. Tentación que lo llevara a presentarse como rey al estilo humano. Tentación a llenarse de orgullo y de soberbia y de hacer grandes prodigios a los ojos de todos para que se doblegaran ante él por su poder... y no por su amor. Creo que esta tentación fue constante en él porque todos, incluso los discípulos, le hablaban de un reino humano, de un imperio que podría ser creado por ellos, primero para liberarlos del yugo romano y luego para dominar a todas las naciones.
¿Acaso ese: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" no es una prolongación de aquella tentación del desierto de «Todo esto te daré si postrándote me adoras.» (Mt 4, 9)?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

23 enero, 2013

¿Qué es lo verdaderamente importante?

Evangelio según San Marcos 3,1-6.

Jesús entró nuevamente en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada.
Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo curaba en sábado, con el fin de acusarlo.
Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: "Ven y colócate aquí delante".
Y les dijo: "¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?". Pero ellos callaron.
Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió y su mano quedó curada.
Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de acabar con él.
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¿Cómo es posible que fuera más importante cumplir con la ley del sábado que practicar la misericordia con los demás? Los fariseos ponían la Ley por encima de todo, incluso de la misma dignidad humana.
La gran novedad de Jesús es que vino a romper con esos esquemas humanos que pervertían la misma Ley convirtiéndola en un absoluto. Jesús vino a darle el verdadero lugar a la Ley y a recuperar la esencia misma de ella que es el amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como Jesús nos ha amado.
Cuando la Ley es más importante que el hombre (para el que se hizo la Ley) es como cuando le damos más valor a lo secundario para despreciar lo principal; es como comerse la cáscara y tirar la pulpa de una fruta, o como matar una gallina para sacarle el huevo que tiene dentro.
¡Jesús curó a aquel hombre de una parálisis en su brazo! y a nadie le importó. Nadie notó el prodigio; nadie entendió el milagro. Nadie comprendió qué estaba pasando, sino que todos simplemente se indignaron porque esa curación se hizo en sábado... Eso mismo pasa con nosotros: ¿cuántas veces vemos la acción de Dios en nuestras vidas y nos detenemos en minucias, en vez de comprender lo que ha sucedido? ¿Cuántas veces ponemos por encima de los demás y de la misma dignidad nuestra el pecado, el placer, la soberbia y las riquezas? ¿Cuántas veces es más importante el carro que mi familia?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

22 enero, 2013

El espíritu de la Ley debe ser el Amor

Evangelio según San Marcos 2,23-28.

Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar.
Entonces los fariseos le dijeron: "¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?".
El les respondió: "¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?".
Y agregó: "El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.
De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado".
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La ley por la ley ahoga la ley y hace que pierda su sentido. De la misma manera que las normas civiles están al servicio de la sociedad, así la ley del sábado está al servicio de los hombres. Pero cuando se cae en el legalismo, entonces se pierde el espíritu de la ley misma y esta se pervierte.
Así pues, los fariseos tenían el descaro de cumplir a cabalidad las leyes, o por lo menos de hacerlas cumplir, pero su corazón estaba lejos de Dios y de la verdad. Entonces ¿qué sentido tenían todos esos preceptos? Igual nos pasa a nosotros: podemos ser ciudadanos ejemplares al cumplir todas las normas cívicas y legislaciones, pero si no amamos a nuestros hermanos ¿qué sentido tienen?
Por ejemplo: alguien podría cumplir a perfección el código de tránsito y usar adecuadamente las vías y señalizaciones (y eso sería excelente), pero ¿qué pensaríamos si esta persona que cumple ejemplarmente con esto no amara a su esposa y a sus hijos y los golpeara cada noche y odiara a todos sus vecinos? Eso sólo nos demostraría que su impecabilidad en cumplir con el código de tránsito no se debe al amor que tiene por los demás y por la verdad sino por otras causas.
Alguna vez escuché que una buena decisión motivada por las causas equivocadas puede convertirse en una mala decisión. Así mismo podemos comprender que el centro de la vida debe ser la Verdad y el Amor que encuentra su fuente en el mismo Dios.
A veces me avergüenzo de ser tan fariseo, de cumplir tantos preceptos y de no ser capaz de ser amable con los demás. A veces me da una terrible pena saber que como ciudadano puedo ser impecable, pero como persona dejo mucho que desear. A veces me avergüenzo de que a pesar de haber leído tantas veces este evangelio no haya podido comprender que sigo actuando como un fariseo.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

21 enero, 2013

El ayuno fácil y el ayuno difícil

Evangelio según San Marcos 2,18-22.
Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?".
Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo.
Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!".
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El ayuno tiene varias intenciones. Una de ellas es lograr apagar las pasiones de la carne; otra es disponer el alma para la oración. Si miramos el ayuno como una práctica para disponer el cuerpo y el alma para la oración, es decir, para encontrar a Dios, entonces entendemos perfectamente la respuesta de Jesús: "¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos?" o en otras palabras: ¿Qué sentido tiene que ayunen para orar a Dios si tienen al mismo Dios en frente de sí?
Podríamos decir que Jesús está proclamando su divinidad en esta expresión tan sencilla, porque Él es EL ESPOSO.
Ahora bien, ¿Cuál será el ayuno que más le agrada a Dios? dejar de comer es bastante fácil (hasta las modelos lo hacen). Dejar de comer lo que más gusta también es muy fácil (hasta los enfermos de gastritis lo hacen). Dejar de comer alimentos nocivos es muy fácil (hasta los atletas lo hacen). Dejar de comer todo el tiempo y ser disciplinados es muy fácil (hasta los gerentes de banco lo hacen porque no tienen tiempo). Pasar varios días sin comer absolutamente nada o comiendo sobrados es muy fácil (hasta los indigentes lo hacen). Entonces ¿Cuál es el mérito del ayuno? El mérito está en que se hace por Dios y nada más. El mérito está en que por amor es que se hace. Pero si se hace sin amor a Dios ¿entonces qué mérito tiene? hasta los paganos son más fieles en el ayuno que nosotros.
El mejor ayuno, sin caer en la tentación de despreciar el que normalmente conocemos, es el ayuno de pecado, es decir, el abstenernos de pecar. Ese ayuno sí que agrada a Dios y limpia el corazón del hombre.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

20 enero, 2013

La perfecta obediencia y la auténtica devoción a María

Evangelio según San Juan 2,1-11.

Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.
Jesús también fue invitado con sus discípulos.
Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino".
Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía".
Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga".
Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una.
Jesús dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde.
"Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete". Así lo hicieron.
El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo
y le dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento".
Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
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La obediencia de los sirvientes
Si los sirvientes nos hubieran obedecido ciegamente las directrices de María entonces no hubieran hecho lo que Jesús les hubiera dicho. Y si tampoco hubieran escuchado a Jesús y le hubieran obedecido, entonces el milagro de las bodas de Caná no se habría dado, o por lo menos no como lo conocemos hoy.
¿Qué podemos reflexionar con todo esto? que la auténtica devoción mariana es aquella que escucha a María e inmediatamente atiende a Jesús. La verdadera devoción a María es siempre relativa a Jesús.
Los sirvientes de aquella boda estaban impresionados por la figura de María, que los ayudaba en sus servicios y que con sólo unas palabras se vieron irremediablemente atraídos a Jesús: "Haced lo que Él os diga".
Pero, ¿Por qué tenían que obedecer a aquella mujer que nada tenía que ver con ellos? ¿Por qué iban a obedecerle a la que no les representaba ningún beneficio? Sin embargo, atraídos por su belleza divina y por sus grandes virtudes decidieron escucharla y qué sorpresa se llevaron... encontraron en esas palabras muchísima humildad y sencillez y su voz fue como una voz imperiosa que los obligaba a hacer su voluntad, no por la fuerza de sus palabras o por su volumen, sino por el amor que emanaba de su boca, que inmediatamente remitía a la más dulce de las mieles o a la más brillante de las perlas.
¿Quién puede resistirse a esa vos maravillosa que con su Fiat alcanzó la Redención para toda la humanidad? ¿Quién podría resistirse a ese "haced lo que Él os diga" que hasta el mismo Dios le había obedecido durante su infancia? ¿Quién podría negarle algo a la que el Verbo Encarnado nada le había negado? Por eso aquellos hombres atendieron inmediatamente a la voluntad de aquella magnífica Señora para encontrarse inmediatamente con el mismísimo Dios doblegado a la misma voluntad de Ella.
Esa es la perfecta obediencia y la aunténtica devoción a María.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

19 enero, 2013

Enfermos que se creen sanos

Evangelio según San Marcos 2,13-17.

Jesús salió nuevamente a la orilla del mar; toda la gente acudía allí, y él les enseñaba.
Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en su casa, muchos publicanos y pecadores se sentaron a comer con él y sus discípulos; porque eran muchos los que lo seguían.
Los escribas del grupo de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a los discípulos: "¿Por qué come con publicanos y pecadores?".
Jesús, que había oído, les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".
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Este evangelio me gusta muchísimo por una sencilla razón: la manera tan sutil y fina con la que Jesús se refiere a los Fariseos. ¿A qué me refiero? a algo muy sencillo:
Jesús no vino a llamar a los justos sino a los pecadores... y por eso comía con los pecadores y publicanos... pero también con los discípulos... y adicionalmente, en muchísimas ocasiones, con los Fariseos y maestros de la Ley.
Jesús no vino por los justos sino por los pecadores, porque son los enfermos los que necesitan del médico, y por eso es a los pecadores a quienes más tiempo les dedicaba (¿Cuántas veces se dedicó sólo a hablar con los Maestros de la Ley y los Fariseos?).
En otras palabras, Jesús dijo: -no vine a comer con los justos sino con los pecadores...- y a los días fue invitado por los Fariseos a comer y aceptó... (Y no entendieron el mensaje, seguía comiendo con los enfermos y no con los sanos).
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

18 enero, 2013

La dificultad más grande de Dios, cambiar el corazón del hombre

Evangelio según San Marcos 2,1-12.
Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaún y se difundió la noticia de que estaba en la casa.
Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y él les anunciaba la Palabra.
Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres.
Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico.
Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados te son perdonados".
Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior:
"¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?"
Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: "¿Qué están pensando?
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate, toma tu camilla y camina'?
Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados
-dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".
El se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto nada igual".
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Un hombre se encontraba en una finca tratando de construir un cerco para el ganado. Al cabo de un rato unos hombres expertos en cercos se agolparon al rededor para ver cómo lo construía, y luego de unos instantes empezaron a decir: "¿cómo puede este hombre construir un cerco para ganado si es un pobre citadino que no tiene idea de cercos y de ganado?", y se burlaban de Él.
Unos días después vieron el cerco perfectamente terminado y de mucha más calidad que el que ellos hubieran podido hacer, y comentaban: "ese cerco no pudo haber sido hecho por él. No sería capaz de hacer  semejante cosa". El hombre estaba cerca y escuchó a los murmuradores hablar al respecto, e indignado les dijo: "¿Qué es más fácil de construir, un cerco para el ganado o un edificio de 4 pisos?, pues para que vean que sí pude hacer el cerco construiré también la casa".
Luego de unos meses aquel hombre construyó ante las miradas atónitas de los murmuradores una hermosa casa tal y como se las había prometido...
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El Evangelio nos habla de que para hacer lo más primero hay que hacer lo menos. Y que si alguien hace lo difícil es porque puede también hacer lo fácil.
Para Dios es más fácil sanar un enfermo de una dolencia o de un mal terrible que sanar los pecados, porque la enfermedad se cura con la salud pero el mal del corazón no se puede sanar si antes no hay un arrepentimiento y ese es personal, ayudado por la gracia, pero en definitiva personal.

A este respecto copio un extracto de María Valtorta sobre el pecado y la Redención (El Evangelio como me ha sido Revelado, 304)

Controversia en la casa de Nazaret acerca de las culpas de los nazarenos. Lección sobre la tendencia al 
pecado a pesar de la Redención. 
 
  El telar está parado porque María y Síntica están cosiendo muy diligentemente las telas que ha traído el Zelote. Doblan 
y ponen encima de  la mesa, en montones ordenados por colores,  los pedazos de vestidos ya cortados. Cada cierto tiempo,  las 
mujeres cogen uno para hilvanarlo sobre la mesa. Así que los hombres se ven arrinconados hacia el inactivo telar, cerca, pero no 
interesados en el trabajo de las mujeres.   Están también los dos apóstoles Judas y Santiago de Alfeo, los cuales, por su parte, observan la intensa labor femenina, 
sin hacer preguntas, pero creo que no sin curiosidad. 
  Los dos primos hablan de sus hermanos, especialmente de Simón, que  los ha acompañado hasta  la puerta de  Jesús y 
luego se ha marchado «porque tiene un niño enfermo» dice Santiago para suavizar  la cosa y disculpar a su hermano. Judas se 
muestra más severo; dice:  
  -Precisamente por eso debía venir. Pero parece que él también se ha vuelto  idiota. Como todos  los nazarenos, por  lo 
demás, si se excluyen Alfeo y  los dos discípulos que ahora quién sabe dónde están. Se ve que Nazaret no tiene de bueno nada 
más, y que ha escupido todo lo bueno que tenía, como si fuera un sabor molesto para esta ciudad nuestra... 
  -No hables así - ruega Jesús - No te envenenes el corazón... No es culpa suya... 
  -¿De quién, entonces? 
  -De muchas cosas... No investigues. De todas formas, no toda Nazaret es enemiga. Los niños... 
  -Porque son niños.  
  -Las mujeres... 
  -Porque son mujeres. Pero no son ni los niños ni las mujeres quienes afirmarán tu Reino. 
  -¿Por qué, Judas? Te equivocas. Los niños de hoy serán precisamente  los discípulos de mañana,  los que propagarán el 
Reino por toda la Tierra. Y las mujeres... ¿Por qué no lo pueden hacer? 
  -Ciertamente, no podrás hacer de  las mujeres apóstoles; al máximo, serán discípulas, como Tú has dicho, que servirán 
de ayuda a los discípulos. 
  -Un  día  cambiarás  la  opinión  sobre muchas  cosas,  hermano mío.  Pero  ni  siquiera  intento  convencerte  de  tu  error. 
Chocaría contra una mentalidad que  te viene de  siglos de conceptos y prejuicios errados acerca de  la mujer. Lo único que  te 
ruego es que observes, que anotes, en ti, las diferencias que ves entre las discípulas y los discípulos, y que observes, fríamente, 
su  adecuación  a mis  enseñanzas.  Verás  cómo,  empezando  por  tu madre,  que  se  podría  decir  que  ha  sido  la  primera  de  las 
discípulas en  el orden del  tiempo  y del heroísmo  -  y  lo  sigue  siendo, haciendo  frente  con  valentía  a  toda una  ciudad que  la 
vitupera por serme fiel; resistiendo contra  las voces de su sangre, que no  le ahorra reproches por serme  fiel  -, verás cómo  las 
discípulas son mejores que vosotros. 
  -Lo reconozco, es verdad. ¿Pero en Nazaret dónde están también las mujeres discípulas? Las hijas de Alfeo, las madres 
de Ismael y de Aser y sus hermanas. Y basta. Demasiado poco. Querría no volver a Nazaret para no ver todo esto.  
  -¡Pobrecilla tu madre! Le darías un gran dolor - interviene María.  
  -Es verdad - dice Santiago - Tiene muchas esperanzas de lograr conciliar a nuestros hermanos con Jesús y con nosotros. 
Creo que no desea sino esto. Pero, ciertamente, no es estando  lejos como  lo conseguiremos. Hasta ahora te he hecho caso en 
estar como aislado; pero, desde mañana, quiero salir a estar con unos u otros... Porque, si vamos a tener que evangelizar incluso 
a los gentiles, ¿no vamos a evangelizar nuestra ciudad? Me niego a creer que toda ella sea mala, que no se la puede convertir. 
  Judas Tadeo no rebate, pero está visiblemente inquieto. 
  Simón Zelote, que había estado todo el tiempo callado, interviene:  
  -No  querría  insinuar  sospechas.  Pero  consentidme  que  os  haga  una  pregunta  para  consolar  vuestro  espíritu.  Ésta: 
¿Estáis seguros de que en la actitud de reserva de Nazaret no haya fuerzas externas, venidas de otros lugares y que aquí operan 
bien,  sobre  la base de un elemento que debería,  si  se  razonara con  justicia, dar  las mejores garantías de  seguridad de que el  
Maestro  es  el  Santo  de  Dios?  El  conocimiento  de  la  vida  perfecta  de  Jesús,  nazareno,  debería  facilitar  a  los  nazarenos  el 
aceptarlo  como  el Mesías  prometido.  Yo más  que  vosotros,  y  conmigo muchos  de mi  edad,  en Nazaret  hemos  conocido,  al 
menos de oídas, a algunos supuestos Mesías. Y os aseguro que su vida  íntima desacreditaba  las más obstinadas aserciones de 
mesianidad en ellos. Roma los ha perseguido ferozmente como a rebeldes. Pero, aparte de la idea política, que Roma no podía 
permitir que existiera en los lugares de su dominio, estos falsos Mesías, por muchos motivos privados, habrían merecido castigo. 
Nosotros  los  instigábamos  y  sosteníamos,  porque  nos  servían  para  saciar  nuestro  espíritu  de  rebelión  contra  Roma;  los 
secundábamos, porque, estando embotados, hemos  creído  - hasta que el Maestro ha  aclarado  la  verdad,  y, por desgracia,  a 
pesar de esto,  todavía no creemos como deberíamos, o sea,  totalmente  -, hemos creído ver en ellos al "rey" prometido. Ellos 
halagaban nuestro espíritu afligido con esperanzas de independencia nacional y de reconstrucción del reino de Israel. ¡Pero, ay, 
qué miseria!  ¡¿Qué  reino,  lábil  y degenerado, habría  sido?! No.  Llamar  a  esos  falsos Mesías  reyes de  Israel  y  fundadores del 
Reino prometido era en verdad degradar profundamente  la  idea mesiánica. En el Maestro, a  la profundidad de su doctrina se 
une la santidad de vida, y Nazaret, como ninguna otra ciudad, la conoce. No tengo ninguna intención de acusar a los nazarenos 
de  incredulidad  respecto  al  carácter  sobrenatural  de  su  venida,  que  ellos  ignoran.  ¡Pero  la  vida!  ¡Su  vida!...  Ahora  tanto 
resentimiento, tanta  impenetrable resistencia... Bueno, mucho más que eso: tanta resistencia aumentada. ¿Y el origen de una 
resistencia tan crecida no podría estar en maniobras enemigas? Sabemos cómo son los enemigos de Jesús, sabemos la influencia 
que tienen. ¿Pensáis que sólo aquí se hayan mantenido inactivos y ausentes, si en todos los lugares nos han precedido, o se nos 
han juntado, o nos han seguido, para destruir la obra de Cristo? No acuséis a Nazaret como si fuera la única culpable. Más bien 
llorad por ella, desviada por los enemigos de Jesús. 
  -Muy bien lo has dicho, Simón: Llorad por ella... - dice Jesús. Y está triste. 
  Juan de Endor observa:  
  -También  has  dicho muy  bien  eso  de  que  el  elemento  favorable  se  transforma  en  desfavorable  porque  el  hombre 
raramente piensa con justicia. Aquí el primer obstáculo es el nacimiento humilde, la infancia humilde, la adolescencia humilde, 
la juventud humilde de nuestro Jesús. El hombre olvida que los valores se celan bajo apariencias modestas, mientras que los que 
no son nada se camuflan bajo apariencia de grandes seres para imponerse a las muchedumbres. 
  -Será así... Pero ello no cambia en nada mi pensamiento acerca de los nazarenos. Sea cual fuere lo que les hayan dicho, 
debían saber juzgar por las obras reales del Maestro, no por las palabras de unos desconocidos.  
Un largo silencio, roto únicamente por el ruido de telas que la Virgen divide en franjas para hacer de ellas orlas. Síntica 
no  ha  hablado  en  todo  este  tiempo,  a  pesar  de  haber  estado  atentísima.  Conserva  siempre  esa  actitud  suya  de  profundo 
respeto, de discreción, que solamente con María o con el niño se hace menos rígida. Pero ahora el niño se ha dormido, sentado 
en un taburete justo a los pies de Síntica y con la cabeza apoyada en las rodillas de ella sobre su brazo doblado. Por eso ella no 
se mueve y espera a que María le pase las franjas de tela. 
  -¡Qué sueño más inocente!... ¡Está sonriendo!... - observa María inclinándose hacia la carita durmiente. 
  -¿Qué estará soñando? - dice, sonriendo, Simón. 
  -Es  un  niño  muy  inteligente.  Aprende  pronto  y  pide  explicaciones  precisas.  Hace  preguntas  muy  agudas  y  quiere 
respuestas  claras.  Sobre  todas  las  cosas.  Confieso  que  algunas  veces me  veo  en  dificultad  para  responder.  Son  argumentos 
superiores a su edad, y, algunas veces, también a mi capacidad de explicarlos - dice Juan. 
  -¡Ah, sí! Como aquel día... ¿Te acuerdas,  Juan?  ¡Tuviste dos alumnos muy mortificantes ese día!  ¡Y muy  ignorantes!  - 
dice Síntica, sonriendo levemente y mirando fijamente al discípulo con su mirada profunda. 
  Juan sonríe a su vez y dice:  
  -Sí.  Y  vosotros  tuvisteis  un maestro muy  incapaz,  que  tuvo  que  pedir  ayuda  a  la  verdadera Maestra...  porque,  en 
ninguno de  los muchos  libros que había  leído, este pedagogo  ignorante había encontrado  la  respuesta para un niño. Señal de 
que soy un pedagogo ignorante todavía. 
  -La ciencia humana es ignorante todavía. Lo insuficiente no era el pedagogo, sino lo que le habían dado para serlo. ¡La 
pobre  ciencia  humana!  ¡Oh,  qué mutilada  la  veo! Me  recuerda  a  una  divinidad  que  era  venerada  en  Grecia.  ¡Se  requería 
verdaderamente  la  materialidad  pagana  para  poder  creer  que,  por  estar  privada  de  alas,  la  Victoria  fuera  para  siempre 
propiedad de  los  griegos! No  sólo  las  alas  a  la Victoria;  la  libertad  incluso nos han quitado... Mejor hubiera  sido,  en nuestra 
creencia, que hubiera  tenido alas. Habríamos podido  concebirla  capaz de volar para arrebatar  rayos  celestes y asaetear a  los 
enemigos. Pero, así,  sin alas, no daba esperanza sino desconsuelo y mensaje de  tristeza. No  la podía mirar sin apenarme... La 
veía doliente, descorazonada por su mutilación. Un símbolo de dolor, no de alegría... Y lo fue. Pero es que el hombre hace con la 
Ciencia  lo mismo que con  la Victoria. Le amputa  las alas que bañarían en  lo sobrenatural el saber y darían una clave para abrir 
muchos secretos de  lo cognoscible y de  la creación. Han creído, y creen, que, mutilándole  las alas  la tienen cautiva... Lo único 
que han hecho ha sido reducirla a minusválida... La Ciencia alada sería Sabiduría. Así, en ese estado, es solamente comprensión 
parcial. 
  -¿Y mi Madre os dio respuesta ese día? 
  -Con perfecta claridad y con casta palabra, adecuada para el oído de un niño y de dos adultos de sexo distinto sin que 
ninguno se ruborizase. 
  -¿Sobre qué versaba? 
  -Sobre el pecado original, Maestro. Tomé nota de  la explicación de tu Madre para recordarla  - dice Síntica; y también 
Juan de Endor dice: «También yo. Creo que  será una  cosa muy  solicitada,  si un día  se va a  los gentiles.  Yo no  creo que vaya 
porque...». 
  -¿Por qué, Juan?  
  -Porque viviré poco.  
  -¿Pero irías con gusto? 
  -Más que muchos otros de Israel, porque no tengo prejuicios. Y también... Sí, también por esto. Yo di mal ejemplo entre 
los gentiles, en Cintium, y en Anatolia. Hubiera deseado poder hacer el bien en los lugares en que he hecho el mal. El bien que 
debería hacer: llevar tu palabra allí, darte a conocer... Pero habría sido demasiado honor... No lo merezco...  
  Jesús lo mira sonriendo, pero no dice nada a este respecto. Pregunta:  
  -¿Y no tenéis otras preguntas que hacer? 
  -Yo tengo una. Me ha surgido la otra noche, cuando hablabas del ocio con el niño. He tratado de darme una respuesta, 
pero no lo he conseguido. Esperaba al sábado para hacértela, cuando las manos están inactivas y nuestra alma, en tus manos, es 
elevada a Dios - dice Síntica. 
  -Haz ahora tu pregunta, mientras esperamos la hora del descanso. 
  -Maestro. Tú dijiste que, si uno se vuelve tibio en el trabajo espiritual, se debilita y predispone a las enfermedades del 
espíritu. ¿No es así? 
  -Sí, mujer. 
  -Pues bien, esto me parece en contraste con cuanto os he oído a ti y a tu Madre acerca del pecado original, sus efectos 
en  nosotros,  la  liberación  de  éste  por medio  de  ti. Me  habéis  enseñado  que  con  la  Redención  quedará  anulado  el  pecado 
original. Creo que no yerro si digo que será anulado no para todos, sino solamente para aquellos que crean en ti.  
  -Es verdad. 
  -Dejo, por tanto a los otros, y tomo en consideración a uno de estos salvados. Lo contemplo después de los efectos de 
la Redención. Su alma ya no tiene el pecado original. Vuelve, pues, a poseer la Gracia como la tenían los Progenitores. ¿Esto no 
le dará un vigor que no podrá sufrir desfallecimiento alguno? Tú dirás: "El hombre comete también pecados personales". Bien, 
de  acuerdo.  Pero  pienso  que  también  éstos  caerán  con  tu  Redención.  No  te  pregunto  cómo.  Pero  supongo  que,  como 
testimonio de que ella  se ha producido verdaderamente  - y no  sé  cómo acontecerá,  si bien  cuanto  se  refiere a  ti en el  Libro 
sagrado hace temblar, y espero que sea sufrimiento simbólico, restringido a  lo moral, aunque el dolor moral no es una  ilusión 
sino  un  espasmo  quizás mucho más  atroz  que  el  físico  -,  dejarás,  digo,  unos medios,  unos  símbolos.  Todas  las  religiones  los 
tienen; en algunas ocasiones los llaman "misterios"... El bautismo actual, vigente en Israel, es uno de ellos, ¿no es verdad? 
  -Lo es. Y habrá, con nombre distinto del que  tú  les das, en mi Religión  también  signos de esta Redención, que  serán 
aplicados a las almas para purificarlas, fortalecerlas, iluminarlas, sostenerlas, nutrirlas, absolverlas.   -¿Y  entonces?  Si  son  absueltas  también  de  los  pecados  personales,  siempre  estarán  en  gracia...  ¿Cómo  es  que, 
entonces, serán débiles y propensas a enfermedades espirituales? 
  -Te  pongo  una  comparación.  Tomemos  un  niño  recién  nacido  de  padres  sanísimos,  sano  y  robusto.  No  hay  en  él 
ninguna  tara  física,  hereditaria.  Esqueleto  y  órganos  perfectos.  Goza  de  sangre  sana.  Tiene,  pues,  todos  los  requisitos  para 
desarrollarse fuerte y sano, dándose, además, el caso de que su madre tiene  leche abundante y sustanciosa. Mas, he aquí que 
en  los  albores  de  su  vida  se  manifiesta  en  él  una  gravísima  enfermedad  cuya  causa  se  desconoce;  una  enfermedad 
auténticamente mortal. A duras penas se salva, por la piedad de Dios, que le retiene la vida que estaba a punto de marcharse de 
ese cuerpecito. Pues bien, ¿crees que, después, ese niño tendrá el mismo vigor que si no hubiera sufrido esa enfermedad? No. 
Tendrá  siempre  en  sí  un  estado  de  debilidad,  que,  aunque  no  se manifieste  claramente,  estará  ahí  y  lo  predispondrá  a  las 
enfermedades más fácilmente que si no hubiera estado enfermo. Algún órgano ya nunca estará íntegro como antes. Su sangre 
será menos fuerte y pura que antes. Razones todas éstas por  las que contraerá enfermedades más fácilmente,  las cuales, a su 
vez,  cada  vez  que  le  afecten,  lo  dejarán más  propenso  a  enfermarse  de  nuevo.  Lo mismo  sucede  en  el  campo  espiritual.  El 
pecado original quedará cancelado en  los que crean en mí. Pero el espíritu conservará una tendencia al pecado que no habría 
tenido  sin  el  pecado  original.  Por  tanto,  es  necesario  vigilar  y  cuidar  continuamente  el  propio  espíritu,  como  hace  la  solícita 
madre con su hijito debilitado por una enfermedad  infantil. Por tanto, es necesario no holgar, sino ser siempre diligentes para 
fortalecerse  en  virtud.  Si  uno  cae  en  la  indolencia  o  en  la  tibieza, más  fácilmente  será  seducido  por  Satanás.  Y  cada  pecado 
grave, siendo semejante a una grave recaída, predispondrá cada vez más a la enfermedad y muerte del espíritu. Por el contrario, 
la Gracia, restituida por la Redención, si va acompañada de una voluntad activa e incansable, se conserva. No sólo se conserva, 
sino que aumenta, porque queda asociada a las virtudes conseguidas por el hombre. ¡Santidad y Gracia! ¡Qué alas más seguras 
para volar a Dios! ¿Has comprendido? 
  -Sí, mi Señor. Tú, o sea, la Trinidad santísima, dais el Medio base al hombre. El hombre, con su trabajo y atención, no lo 
debe destruir. Comprendo. Todo pecado grave significa destrucción de  la Gracia, o sea, de  la salud del espíritu. Los signos que 
vas a dejarnos devolverán, sí,  la salud; pero el pecador obstinado, que no  lucha por no pecar, será cada vez más débil, aunque 
todas  las veces sea perdonado. Es necesario, pues, vigilar para no perecer. Gracias, Señor... Margziam se está despertando. Es 
tarde... 
  -Sí. Vamos a orar todos juntos y luego iremos a descansar.  
  Jesús se levanta y todos lo imitan (también el niño, que todavía está adormilado). Y el "Pater noster" resuena, fuerte y 
armónico, en la pequeña habitación.
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17 enero, 2013

Jesús nos quiere curar

Evangelio según San Marcos 1,40-45.

Entonces se le acercó un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: "Si quieres, puedes purificarme".
Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Lo quiero, queda purificado".
En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.
Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente:
"No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio".
Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes.
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El leproso le dijo a Jesús: -Si quieres, puedes curarme- Pero ¿será que Jesús quería curarlo? Es misma pregunta podemos hacerle a Jesús en este día: -Señor ¿Quieres curarme?
Me atrevo a decir que Obviamente Jesús quiere curarnos... ¿Qué padre bueno quiere ver a sus hijos sufriendo? Claro que Jesús quiere curarnos, pero antes de curarnos quiere que nosotros deseemos ser curados. Porque ¿de qué sirve curar al que no quiere ser curado? Es como el pobre que pide dinero pero no quiere salir de la pobreza, o como el indigente que pide ayuda sin deseo de ser ayudado... o como el enfermo que pide ser curado sin querer la salud.
Me atrevo a decir que Jesús antes que curarnos quiere que nosotros deseemos ser curados, pero ¿curados de qué? Jesús antes de curarnos quiere que deseemos la salud... pero eso no quiere decir que la salud llegue, porque muchas veces el mérito consiste en desear la salud para poder ir a la fuente de la misma, incluso aunque no se adquiera la salud como la deseamos tener, es decir, Jesús quiere curarnos de nuestra indiferencia hacia Él. Jesús quiere que nos acerquemos a Él y esa será nuestra principal salud.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

16 enero, 2013

Tengo un Dios cercano

Evangelio: Marcos 1,29-39
"Curó a muchos enfermos de diversos males"
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: "Todo el mundo te busca." Él les respondió: "Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido." Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
"No hay alegría mas grande que saber que mi Dios es un Dios cercano" que me toma de la mano para sanar mis heridas, para abrazarme, para mostrarme cuan importante soy para su corazón, para levantarme de la fiebre del olvido, del fiebre de el orgullo, de la fiebre de la soberbia, de la fiebre de la impureza, de las fiebres que me tienen tendida en una cama, así como a la suegra El buen Dios nos levanta.

Si no evolucionamos a Cristo involucionaremos a cerdos

Evangelio según San Marcos 1,29-39.

Cuando salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato.
El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados,
y la ciudad entera se reunió delante de la puerta.
Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él.
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.
Simón salió a buscarlo con sus compañeros,
y cuando lo encontraron, le dijeron: "Todos te andan buscando".
El les respondió: "Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido".
Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.
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Jesús vino al mundo para predicar el Evangelio, es decir, la buena nueva. Pero ¿En qué consiste esa buena noticia?
Después de leer el evangelio, pareciera que Jesús es inmune al veneno de la fama. No parece importarle ganar adeptos, pasar la colecta, conseguir puestos o ser reconocido por todos. La misión de Jesús es mucho más importante: hacer que Dios sea reconocido ante los hombres y hacer que los hombres se amen con el amor de Dios.
Jesús curó a la suegra de Pedro y también curó a multitud de enfermos en la región, pero su misión no era darle salud a estos hombres, sino que su misión era darles la verdadera vida, es decir la esencia de Dios: la caridad.
Todos los milagros y acciones del Señor iban enfocadas a algo muy concreto y sencillo: la caridad o en otras palabras el amor. Jesús no tiene otra misión que restablecer la dignidad del hombre y hacer que todos se amen mutuamente. Creo que esto explica bien por qué Jesús se levantó de madrugada para orar y se apartó de todos. También explica por qué el Señor quiso irse de aquel lugar para predicar en otra parte. Esto explica por qué Jesús buscaba simplemente hacer que todos se amaran.
Jesús, siendo Dios, se comporta como el mejor de los hombres, porque también era perfecto hombre, pero lo más interesante de todos es que nadie es más consciente de la realidad humana que el mismo Dios hecho hombre, o en otras palabras, no hay nadie más humano que el mismo Dios. Qué paradoja tan hermosa y desconcertante...
Si no nos volvemos como Jesús, más humanos, entonces ¿en qué nos convertiremos?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

Su autoridad es el amor

Martes 15 de enero de 2013

Evangelio: Marcos 1,21-28

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios." Jesús lo increpó: "Cállate y sal de él." El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: "¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen." Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

"Cuanto mas medito su amor y misericordia mas me enamora saber que es mio y que yo soy suya" con la autoridad que tiene Cristo ya estaríamos como robots amándolo y siguiéndolo, si así lo quisiera su beneplácito, pero el no quiere eso de nosotros el quiere que sea nuestra voluntad la que lo ame y lo siga. La Voluntad que es la ama de las otras potencias tiende a ser mas débil que estas, y a ella le dejo Dios la potestad de tomar decisiones importantes en nuestras vidas; porque así como nosotros tenemos una voluntad que es débil, también así Dios tiene una Voluntad que es inquebrantable en el amor, y por esta comparación abismal quiere Dios tal vez unir su Voluntad infinita a la nuestra finita.

15 enero, 2013

Confianza 3

Evangelio según San Marcos 1,21b-28.

Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar:
"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios".
Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre".
El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!".
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
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El secreto de Jesús estaba en que vivía como pensaba, y no como nosotros que pensamos como vivimos; es decir, Jesús, siendo Dios, vivía a la manera divina, mientras que nosotros vivimos a la manera mundana.
Hay un dicho popular que dice: "si no vives como piensas, terminarás pensando como vives", y eso es precisamente lo que nos diferencia de los santos.
Así pues, Jesús no era un simple maestro para Israel, sino un verdadero Maestro, El Maestro. Tanto así que todos se quedaban asustados por la manera cómo predicaba y enseñaba.
Señor Jesús, qué dicha poder vivir según tu Corazón y poder confiar plenamente en ti como Tú quieres que confiemos.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella

14 enero, 2013

El llamado de Dios

Evangelio: Marcos 1,14-20
"Convertíos y creed en el Evangelio"
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: "Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio."
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: "Venid conmigo y os haré pescadores de hombres." Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Nunca se escucha mas clara la voz de Dios, que cuando estamos en silencio y prestos a escucharla. "Tan solo una palabra tuya bastara para sanarnos" dijo nuestro buen y santo padre Pedro. y en esta cotidianidad en la que por misericordia hemos sido depositados, ¿cuantas veces no solo no hemos escuchado la voz de Dios, sino que tal vez la hemos rechazado? la mayoría de veces la voz del padre pide a nuestra voluntad algo que no le agrada, que le cuesta o sencillamente que no quiere, pero aunque parezca tan extraño seguir su voz que es penetrante y no agradable a los oídos de la voluntad, es la única opción que tenemos si queremos llegar a la eternidad, a la gloria del cielo. Su llamado es rotundo y así como estos buenos hombres sin pensarlo, sin discutirlo siquiera con sus padres, esposas o hijos, debemos también procurar escucharlo, seguirlo y amarlo aun en contra de nuestra familia, de nuestros amigos, aun en contra de nosotros mismos. El llamado mas perfecto es el llamado a amar y a dejarnos amar, por eso estos santos hombres no lo meditaron, simplemente actuaron.
Todo por la inmaculada, nada sin Ella.

13 enero, 2013

El abandono

Evangelio: Lucas 3, 15-16. 21-22
"Jesús se bautizó. Mientras oraba, se abrió el cielo"
En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: "Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego."
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espiritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto."
La vida es una telenovela llena de alegrías y tristezas, de derrotas y éxitos, de tantas cosas que aveces uno no sabe y simplemente se abandona como Jesús en los brazos de su santo padre, cuantas veces vio Jesús oscuro el camino, seguramente fueron muchas, pero sin embargo su respuesta fue también siempre la misma "Señor si tu lo quieres, no importa cuanto duela, yo también lo quiero, solo por que tu lo quieres" Esta escena del evangelio muestra cuan abandonado en los brazos de Dios estaba Jesús para recibir de Juan ese rebaño enorme que le venia cultivando desde hace tiempo, también muestra la bondad y docilidad de Juan para reconocer a Jesús como su Señor y salvador y entregarle tal rebaño al que pertenezco.

Evangelio según San Lucas 3,15-16.21-22. Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: "Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".
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De las Disertaciones de san Gregorio de Nacianzo, obispo
(Disertación 39, En las santas Luminarias, 14-16. 20: PG 36, 350-351. 354. 358-359)

EL BAUTISMO DE CRISTO

Cristo es hoy iluminado, dejemos que esta luz divina nos penetre también a nosotros; Cristo es bautizado, bajemos con él al agua, para luego subir también con él.

Juan está bautizando, y Jesús acude a él; posiblemente para santificar al mismo que lo bautiza; con toda seguridad para sepultar en el agua a todo el viejo Adán; antes de nosotros y por nosotros, el que era espíritu y carne santifica el Jordán, para así iniciarnos por el Espíritu y el agua en los sagrados misterios.

El Bautista se resiste, Jesús insiste. Soy yo quien debo ser bautizado por ti, le dice la lámpara al Sol, la voz a la Palabra, el amigo al Esposo, el más grande entre los nacidos de mujer al Primogénito de toda creatura, el que había saltado de gozo ya en el seno materno al que había sido adorado también en el seno de su madre, el que lo había precedido y lo precederá al que se había manifestado y se manifestará. Soy yo quien debo ser bautizado por ti; podía haber añadido: «Y por causa de ti.» Él, en efecto, sabía con certeza que recibiría más tarde el bautismo del martirio y que, como a Pedro, le serían lavados no sólo los pies, sino todo su cuerpo.

12 enero, 2013

El Jesús misionero

Jesús bautizaba... Ese es un dato que generalmente pasa desapercibido. Pero siendo el Mesías, ¿por qué bautizaba? ¿acaso no era Él la fuente misma de la pureza? ¿entonces por qué usaba el agua para bautizar y no Él mismo?
Eso es algo que siempre me ha llamado la atención. Pero de una manera mucho más especial, me ha impresionado la sencillez de Jesús, que ha aceptado el signo del bautismo de Juan. Al parecer, el Señor, no tenía problemas de celos pastorales, sino que al contrario, aceptaba con agrado a Juan y a sus enseñanzas. En cambio, nosotros, somos celosos con lo nuestro y muchas veces no toleramos que alguien haga las cosas mejor que nosotros.
Seguramente Jesús aprendió Este actitud de Maria, su Madre, que le enseñó a ser humilde.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

10 enero, 2013

El amor de Dios

El Señor sigue recordándonos que nos ama y que quiere que lo amemos locamente, bueno el papa habla de tres clases de amor (filial, eros y el mas perfecto, el ágape)  el filial es el amor que brindamos y que nos brindan nuestros familiares, el eros es el amor conyugal, y el amor ágape es el amor de Dios el amor perfecto.

el amor ágape es un amor ilimitado, es un amor infinito por eso no se acaba jamas, pero los dos amores anteriores si son limitados frente a una dificultad se puede acabar, morir o algo así, ¿porque morirán estos dos amores si su fuente es la fuente inagotable del amor de Dios? solo cuando el amor eros o filial se aparta de su fuente entra a trabajar el miedo, la envidia, el egoísmo, la mentira, tantos que acaban con el amor verdadero. por eso solo el amor de Dios puede llenarnos completamente.

La efusión del Espíritu Santo sobre toda carne

Evangelio según San Lucas 4,14-22a.
Jesús volvió a Galilea con del poder el Espíritu y su fama se extendió en toda la región.
Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él.
Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír".
Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: "¿No es este el hijo de José?".
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A propósito del evangelio de hoy trascribo la lectura del Oficio Divino del día de hoy:

Del Comentario de san Cirilo de Alejandría, obispo, sobre el evangelio de san Juan
(Libro 5, cap. 2: PG 73, 751-754)

LA EFUSIÓN DEL ESPÍRITU SANTO SOBRE TODA CARNE

El Hacedor del universo determinó instaurar con admirable perfección todas las cosas en Cristo y restituir la naturaleza humana a su estado primitivo; para este fin prometió darle en abundancia, junto con los demás bienes, el Espíritu Santo, condición necesaria para reintegrarla a una pacífica y estable posesión de sus bienes.

Así pues, habiendo establecido el tiempo en que había de bajar sobre nosotros el Espíritu Santo, esto es, en el tiempo de la venida de Cristo, lo prometió diciendo: En aquellos días -a saber, en los del Salvador-, derramaré mi Espíritu sobré toda carne.

Por consiguiente, cuando llegó el tiempo de tan gran munificencia y liberalidad -y puso a nuestra disposición en el mundo al Unigénito hecho carne, es decir, a aquel hombre nacido de mujer de que hablan las Escrituras-, nuestro Dios y Padre nos dio también el Espíritu, y Cristo fue el primero en recibirlo, como primicias de la naturaleza restaurada. Así lo atestigua Juan Bautista con aquellas palabras: Vi al Espíritu Santo bajar del cielo y posarse sobre él.

Se afirma de Cristo que recibió el Espíritu en cuanto que se hizo hombre y en cuanto que convenía que lo recibiera el hombre; y, del mismo modo -aunque es Hijo de Dios Padre, engendrado de su misma substancia ya antes de la encarnación, más aún, desde toda la eternidad-, no pone objeción al escuchar a Dios Padre que proclama, después que se ha hecho hombre: Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.

De aquel que era Dios, engendrado por el Padre desde toda la eternidad, dice que lo ha engendrado hoy, para significar que en su persona hemos sido adoptados como hijos, ya que toda la naturaleza está incluida en la persona de Cristo, en cuanto que es hombre; en el mismo sentido se afirma que el Padre comunica al Hijo su propio Espíritu, ya que en Cristo alcanzamos nosotros la participación del Espíritu. Precisamente por esto se hizo hijo de Abraham, como está escrito, y fue semejante en todo a sus hermanos.

Por lo tanto, el Unigénito recibe el Espíritu Santo no para sí mismo, ya que él lo posee como algo propio y en él y por él se comunica a los demás, como ya dijimos antes, sino que lo recibe en cuanto que, al hacerse hombre, recapitula en sí toda la naturaleza para restaurarla, y restituirle su integridad primera. Es fácil, pues, de comprender, por lógica natural y por el testimonio de la Escritura, que Cristo recibió en su persona el Espíritu, no para sí mismo, sino más bien para nosotros, ya que por él nos vienen también todos los demás bienes.

09 enero, 2013

La confianza

El amor, el amor hecha fuera el temor, el amor no le teme al dolor, el amor se hace vida en mi. Dios es amor eso es claro y mas claro aun, es que si de su amor nos alimentamos, nunca nos faltara el aliento para amar. yo imagino a Jesús acercandoce con picardia hacia la barca, quizas queria probarlos o por su buen sentido del humor talves asustarlos, en fin lo realmente imortante aqui es que la fidelidad de Dios no se muda, no se pierde, no se calla, vio desde la orilla que temian, por el impetu del viento y fue hacia ellos para que supieran que solos no estaban y que aunque aveces parece que todo es mar la seguridad de la tierra fertil esta en la confianza de que el siempre esta ahi para todos y en todo, desde el sacerdote hasta el laico que busca la santidad desde lo ordinario y pequeño. que poco confio en que todo lo que quieres para mi es siempre lo mejor sin importar cuan oscuro se vea, porque señor si tu lo quieres asi, asi mismo lo anhela mi pobre corazón.

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