31 enero, 2014

El amor de Dios

Evangelio según San Marcos 4,26-34.
Y decía: "El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra:
sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha".
También decía: "¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo?
Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra".
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender.
No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.
+++
 Esta parábola sobre el Reino de los Cielos es verdaderamente hermosa, siempre está creciendo la semilla, sea de día o de noche, despierto o dormido. Dios, que se ha sembrado a sí mismo en todos los corazones, crece silenciosamente en el interior de todos. Dios habita en nosotros y desde el interior va haciendo su obra. Y de la misma manera que los huesos se van fortaleciendo con el tiempo y que los órganos internos del hombre se desarrollan con el paso de los años, así mismo el Reino de Dios, la conciencia de Dios, también va madurando en cada uno y su amor va inundando todo el ser.
Sin embargo, el pecado y la inconciencia puede deteriorar ese amor de Dios y lograr que el alma viva como si no existiera, mas no por eso deja de existi.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

29 enero, 2014

Nosotros decidimos

Evangelio según San Marcos 4,1-20.
Jesús comenzó a enseñar de nuevo a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla.
El les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba:
"¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar.
Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron.
Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda;
pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó.
Otra cayó entre las espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto.
Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno".
Y decía: "¡El que tenga oídos para oír, que oiga!".
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de él junto con los Doce, le preguntaban por el sentido de las parábolas.
Y Jesús les decía: "A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola,
a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón".
Jesús les dijo: "¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás?
El sembrador siembra la Palabra.
Los que están al borde del camino, son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos.
Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría; pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben.
Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa.
Y los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno".
+++
No siempre somos tierra buena o tierra mala. A veces podemos ser tierra abonada dispuesta a recibir la semilla de la Palabra, pero fácilmente se cambia a tierra árida.
Ahora bien, Dios siempre está dispuesto a sembrar la semilla en todo momento. Somos nosotros los que decidimos si seguimos siendo fértiles o nos volvemos estériles. En nuestras manos está el poder recibir la Palabra de Dios o el rechazarla. Somos nosotros los que disponemos el corazón. Somos nosotros los que tomamos la decisión de dar fruto o no.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

28 enero, 2014

Dios quiere que lo amemos como una madre ama a su hijo

Evangelio según San Marcos 3,31-35.
Entonces llegaron su madre y sus hermanos y, quedándose afuera, lo mandaron llamar.
La multitud estaba sentada alrededor de Jesús, y le dijeron: "Tu madre y tus hermanos te buscan ahí afuera".
El les respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?".
Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de él, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos.
Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre".
+++
¿Quién no se alegra y se llena de orgullo cuando es familiar de un personaje famoso amado por muchos? Uno se alegra con el triunfo de ese ser querido que es admirado por la gente y es un referente para los demás.
Si esto pasa con los cercanos, ¿qué sentiría uno si fuera familiar del mismo Dios? Porque no podemos olvidar que Dios se hizo hombre igual en todo a nosotros menos en el pecado, y por lo tanto nacio de una mujer y tuvo un padre adoptivo.
Pero el Señor quiere que seamos familia suya, no por la carne, sino en el espíritu. Porque todos sabemos que entre las personas pueden haber vínculos más fuertes que los de la carne y de la sangre. El Señor quiere que seamos uno con él, que seamos hermanos de él, que seamos madres de él.
¡Qué hermos! ¡Jesús quiere que lo amemos como una mamá a su hijo! no nos pide una simple amistad. No nos pide que seamos cercanos. Nos pide que seamos como madres y como hermanos. ¡Qué misión tan grande! ¡qué dignidad tan enorme! ¡qué reto tan maravilloso!
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

27 enero, 2014

¿Se puede vivir así?

Evangelio según San Marcos 3,22-30.
Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: "Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los Demonios".
Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: "¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás?
Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir.
Y una familia dividida tampoco puede subsistir.
Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin.
Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran.
Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre".
Jesús dijo esto porque ellos decían: "Está poseído por un espíritu impuro".
+++
Hoy debemos preguntarnos ¿yo soy un reino dividido?
Un reino divinido no puede perdurar. Una división interna termina por destriur todo a su paso. ¿Cómo puede alguien sobrevivir a vida doble?
¿En cuántos aspectos de nuestra vida somos de Dios y en cuántos somos del demonio? ¿llegaremos a algún lado?

26 enero, 2014

La esencia de la vida es... como pez en el agua

Evangelio según San Mateo 4,12-23.
Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea.
Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí,
para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:
¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz.
A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: "Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca".
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.
+++
¿Qué sentiríamos si fuéramos llamados por el presidente para tener una cita privada con él en su casa? Seguramente estaríamos muy agradecidos y emocionados por saber que tan alta dignidad ha pensado particularmente en nosotros y nos ha llamado por nuestro nombre. Seguramente todos nuestros amigos se enterarían de nuestra alegría y estaríamos en boca de muchos.
Ahora bien, ¿qué sentiríamos si fuéramos llamados, no por el presidente, sino por el mismísimo Dios para que fuéramos a su casa? Seguramente nada... porque todos los días lo hace. ¿O no?
El amor de Dios está en todas partes, latente, vivo, constante. El amor es tan obvio que podría compararlo a los peces que viven en el agua. El problema es que es tan grande y constante que seguramente los peces del mar nunca sabrán qué es el agua, porque se han acostumbrado a ella. Sin embargo, no por no ser concientes del agua que los rodea el agua deja de ser agua o deja de mojar.
Así mismo es el amor de Dios, tan grande y evidente que corremos el terrible riesgo de olvidarlo o ignorarlo, mas no por eso deja de ser amor y deja de existir. No somos nosotros los que le damos la existencia al amor de Dios, sino el amor de Dios el que nos da la existencia a nostros, aunque no lo sintamos o no lo determinemos.
Es por eso que puedo decir sin miedo a equivocarme: Dios nos ama y nos llama. Dios nos llama porque nos ama. Dios nos da la vida porque su amor nos sostiene.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

25 enero, 2014

Agarrarán serpientes en las manos


Del santo Evangelio segú san Marcos 16, 15-18

En aquel tiempo se apareció Jesús a los Once y les dijo: Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.
+++
El anuncio del Evangelio depende de dos, Dios y nosotros. Por nuestra parte está el creer en que Jesús es Dios, el Hijo del Padre que ha venido a salvarnos. Además, el anuncio del Evangelio se da principalmente por contagio, es decir, con un testimonio de vida que anime a los demás a vivir la fe.
Sin embargo, es necesaria la intervención de Dios para que el anuncio del Evangelio sea completo, porque si el Señor no interviene y confirma lo que se anuncia, entonces sería simplemente una empresa humana.
Es por eso que el Señor confirmará a los que crean y se bauticen con estas señales: expulsar demonios, hablar lenguas nuevas, agarrar serpientes en sus manos, beber veneno sin recibir daño, imponer las manos sobre los enfermos.
Ahora bien, ¿cómo será esto? siempre hemos escuchado que algunos santos lo han hecho, pero eso nos deja la pregunta: ¿Sólo los santos han se han bautizado y han creído? ¿Y entonces el resto del pueblo cristiano no?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

24 enero, 2014

El Señor llama a los que quiere y no a los que puede

Evangelio según San Marcos 3,13-19.
Después subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, y Jesús instituyó a doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios.
Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro;
Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo,
y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.
+++
Jesús subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso, no a los que pudo. La diferencia entre llamar a los que se quiere y llamar a los que se puede es completa. Jesús no se preocupó por el "bajo número" de seguidores. Jesús no tenía problema en hablarle fuertemente a los que lo escuchaban so pretexto de "se van a ir". Jesús no tenía inconveniente en hablar con la verdad.
En cambio, muchos de nosotros hacemos lo contrario. Las verdades de fe y lo fundamental del mensaje cristiano lo suavisamos o lo omitimos so pretexto de que los oyentes se van a asustar y no van a volver. Somo, muchas veces, como médicos que recentan aspirinas a los enfermos de cáncer para no decirles la verdad y no asustarlos (y quedarse sin clientela).
Es por eso que el Señor llamó a los que quiso y no a los que pudo. Es por eso que el Señor habló a los que llamó y no tuvo reparos en hablarles con fuerza. Es por eso que en cierta ocasión incluso les dijo a sus discípulos: "¿Uds también se quieren ir?" y Pedro contestó: "Señor, ¿a quién iremos si sólo tú tienes palabras de vida eterna?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

23 enero, 2014

¿Evangelio o negocio?

Evangelio según San Marcos 3,7-12.
Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea.
Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón.
Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara.
Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo.
Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!".
Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.
+++
Jesús vino a salvarnos y no a conseguir dinero. Muchos anuncian el evangelio como una forma más de ganarse la vida. Jesús en cambio entregó su vida para anuncia el evangelio.
Algunos se esfuerzan en llegar a más personas y lograr captar más seguidores. Jesús en cambio no se interesó por las masas sino por la persona.
Algunos siempre pasan la colecta para el sostenimiento de las obras de evangelización. Jesús en cambio daba hasta los últimos panes y peces que llevaba consigo.
Algunos hablan del evangelio y mantienen a un lado su "vida privada". Jesús en cambio hizo de su vida el evangelio.
Todos querían tocar a Jesús para quedar sanado y Jesús quería llegar a cada uno para sanarlos. Hasta los espíritus malignos reconocían a Jesús y Jesús no les permitía que hablaran porque no estaba interesado en pautas publicitarias adicionales a su propia vida.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

22 enero, 2014

Entre el orgullo y la verdad

Evangelio según San Marcos 3,1-6.
Jesús entró nuevamente en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada.
Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo curaba en sábado, con el fin de acusarlo.
Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: "Ven y colócate aquí delante".
Y les dijo: "¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?". Pero ellos callaron.
Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió y su mano quedó curada.
Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de acabar con él.
+++
En medio del prodigio de curación al hombre de la mano paralizada, los detractores de Jesús no vieron el milagro. Pareciera que aquellos hombres omitieran completamente el hecho estraordinario y se quedaran simplemente con su orgullo herido. ¿Acaso eso pasa también con nosotros?
¿Cuántas veces nos encontramos heridos en el corazón por una palabra mal dicha, por una mirada fea o por algún gesto equivocado y nos olidamos de la bondad de la acción?
¿Cuántas veces dejamos a un lado cientos de cosas buenas y nos quedamos sólo con lo malo?
Jesús arrancó de la desgracia a aquel hombre paralizado, y los fariseos sólo pensaban en acabar con él porque los contradecía en sus doctrinas mal fundadas.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

21 enero, 2014

Amar a Dios no por la ley sino porque Dios es "amable"

Evangelio según San Marcos 2,23-28.
Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar.
Entonces los fariseos le dijeron: "¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?".
El les respondió: "¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre,
cómo entró en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?".
Y agregó: "El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.
De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado".
+++
El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. De la misma manera que un padre acompaña a sus pequeños hijos y los somete a leyes en el hogar para que lleguen a una madurez en el uso de la libertad, así mismo Dios dispuso la ley para llevar al hombre al uso razonable y justo de los dones que él mismo le dio.
Y de la misma manera que el padre en un momento de la vida reduce las leyes del hogar a un mínimo considerable porque el hijo ya puede ejercer su derecho a vivir sin ellas en virtud de lo aprendido, así mismo Dios en la plenitud de los tiempos ha perfeccionado la ley y le ha dado su plenitud en Cristo por medio del amor.
Entonces, el evangelio de hoy nos enseña precisamente eso: ¿Amamos a Dios porque así nos lo enseñaron y porque nos da temor sufrir las consecuencias de no hacerlo? ¿o porque Dios merece ser amado sobre todas las cosas por el simple hecho de haberno amado primero?
Eso lo entendió bien Santa Teresa cuando decía: "No me mueve mi Dios para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte... Muéveme tú Señor, muéveme al verte clavado en esa cruz y escarnecido. Muéveme ver tu cuerpo tan herido..."
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella

Jesús es Señor del sabado

 Lectura del santo Evangelio según san Marcos 

Un sábado atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron:
–Oye, ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?
El les respondió:
–¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.
Y añadió:
–El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del Hombre es señor también del sábado

Palabra del Señor.

Todavia no entienden que Jesús es Dios; por eso con la misma voz con la que hablo a moises de las tablas, les habla hoy sobre el error en el que estan cayendo por creer que por ser dia sabado ni se debe hacer el mal, ni se debe hacer el bien.
Y yo aun no comprendo como este ser maravilloso todavia cree en mi, sabiendo que soy pobre y mas llena de resabios que todos estos que lo seguian para ver como lo hacian caer.
Todo por la inmaculada, nada sin ella.

20 enero, 2014

¿Ayunar o no ayunar? esa no es la cuestión

Evangelio según San Marcos 2,18-22.
Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?".
Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo.
Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!".
+++
Sobre si debemos o no ayunar se ha hablado mucho. El evangelio de hoy nos enseña que lo esencial es algo más profundo que el ayuno.
Los discípulos de Juan ayunaban y eran hombres muy buenos. Los discípulos de Jesús no ayunaban y también lo eran. Los fariseos reparaban entre los unos y los otros tratando de enteder quién tenía la razón, pero dejaron de un lado lo que verdaderamente importa a los ojos de Dios, y estoy seguro de que eso verdaderamente importante no es el ayuno.
Hace algunos meses conocí a un sacerdote de 83 años que decía que estaba tratando de encontrar qué es lo esencial de la vida y qué es lo accesorio. La verdad es que me sorprendió muchísimo porque nunca pensé que un hombre a esa edad se planteara tal cuestión. Todos pensaríamos que para ese entonces ya tendría muy claro qué es lo que verdaderamente importa y lo que no, pero no era así.
Entonces, llegará el momento en que los discípulos del Señor tengan que ayunar, pero mientras estén con el novio, es decir, con el Señor, no es necesario.
¿Y nosotros qué? ¿Estamos con el Señor o no estamos con él? ¿Estamos con el novio o no estamos con él? ¿Será que estamos enfrascados en cosas no esenciales y estamos descuidando las principales?
Señor, enséñanos a vivir lo esencial.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

05 enero, 2014

Somos voz, no palabra

Evangelio según San Juan 1,1-18.
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.
Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él, al declarar: "Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo".
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia:
porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.
Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.
+++
San Agustín habla de la voz como el vehículo por el cual viaja la palabra. La voz desaparece pero la palabra queda.
La voz viaja por el aire y llega al oído y trasporta la idea. La idea queda y la voz se extingue. Así mismo Juan el Bautista es el ejemplo vivo de la voz que trasporta la palabra.
Así debemos ser los cristianos: portadores de Dios. Voces que claman en el desierto y anuncian la llegada de Dios, el Reino de Dios; y con el tiempo desaparecer para dejar lugar a la Palabra misma.
Sin embargo sucede lo contrario. Somos voz que quiere ser palabra, o somos voz vacía de contenido y queremos perdurar como la idea. Es como si la luna quisiera arder por sí misma y alumbrar a la tierra por sus propias fuerzas, lo cual no es sino una tontería porque no podrá hacerlo nunca.
Somos voz, no palabra. Somos efímeros, contingentes, no eternos ni necesarios.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

04 enero, 2014

Vengan y verán

Evangelio según San Juan 1,35-42.
Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con dos de sus discípulos
y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios".
Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús.
El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué quieren?". Ellos le respondieron: "Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?".
"Vengan y lo verán", les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.
Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías", que traducido significa Cristo.
Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas", que traducido significa Pedro.
+++
Jesús busca y se hace buscar. Jesús encuentra y se deja encontrar.
La vida del hombre es una constante búsqueda de la verdad y de la felicidad. Todos estamos en la tarea de encontrar el por qué de nuestra vida y cuál es esa función o misión que debemos desempeñar.
La verdad es que en Dios nuestra alma encuentra paz y sociego, y sólo en él encontrará la felicidad.
Aquellos hombres de evangelio estaban buscando a Dios y esperando al Mesías, y encontraron a Jesús que les dijo: "vengan y verán". Ese "vengan" es una invitación a caminar con Jesús, a ver cómo ama Dios, a escuchar al mismo Dios. El "verán" es una invitación a comprender cuan grande es la misericorida de Dios y cuan hermoso es camniar con Él.
Dios sabe que para seguirlo primero tenemos que quererlo hacer y ese querer nace de la experiencia de vida con el amado que seduce los corazones y sacia la sed de búsqueda que aumenta la atracción hacia la fuente misma de la vida.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

Search