31 marzo, 2014

¿Y por qué no... ser sólo de Jesús?

Evangelio según San Juan 4,43-54.
Jesús partió hacia Galilea.
El mismo había declarado que un profeta no goza de prestigio en su propio pueblo.
Pero cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la Pascua; ellos también, en efecto, habían ido a la fiesta.
Y fue otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario real, que tenía su hijo enfermo en Cafarnaún.
Cuando supo que Jesús había llegado de Judea y se encontraba en Galilea, fue a verlo y le suplicó que bajara a curar a su hijo moribundo.
Jesús le dijo: "Si no ven signos y prodigios, ustedes no creen".
El funcionario le respondió: "Señor, baja antes que mi hijo se muera".
"Vuelve a tu casa, tu hijo vive", le dijo Jesús. El hombre creyó en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino.
Mientras descendía, le salieron al encuentro sus servidores y le anunciaron que su hijo vivía.
El les preguntó a qué hora se había sentido mejor. "Ayer, a la una de la tarde, se le fue la fiebre", le respondieron.
El padre recordó que era la misma hora en que Jesús le había dicho: "Tu hijo vive". Y entonces creyó él y toda su familia.
Este fue el segundo signo que hizo Jesús cuando volvió de Judea a Galilea.
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A veces se cae en la tentación de acostumbrarnos a Jesús y verlo como alguien más. A veces nos acostumbramos a rezar, a ir a Misa de vez en cuando y a escuchar hablar del Señor. Pero de ahí a que vivamos a Jesús y lo sintamos parte de nosotros y recordemos quién es, hay mucho trecho.
A veces Jesús no es más que un aviso más en nuestro directorio telefónico mental:

"¿Tienes problemas económicos? no dudes en llamarme: Jesús"
"¿Desamores o fracasos? Llámame: Jesús"
"¿Siente dolores fuertes, malestares, calambres o depresiones? Soy Jesús: espero tu llamada"

Pero, ¿Jesús es simplemente eso? No, Jesús es Dios, el Rey, el Señor. ¿Por qué no nos enamoramos de Jesús locamente? ¿Por qué tenemos que ver grandes prodigios (adicionales) para creer unos instantes en Él? ¿Por qué no le entregamos nuestra existencia de manera definitiva desde este momento? ¿Por qué no decirle que sí? ¿Por qué no ser sacerdote, religioso o esposa de Jesús?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

30 marzo, 2014

Ciegos

Evangelio según San Juan 9,1-41.
Jesús, al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento.
Sus discípulos le preguntaron: "Maestro, ¿quién ha pecado, él o sus padres, para que haya nacido ciego?".  "Ni él ni sus padres han pecado, respondió Jesús; nació así para que se manifiesten en él las obras de Dios. Debemos trabajar en las obras de aquel que me envió, mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo".
Después que dijo esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego,
diciéndole: "Ve a lavarte a la piscina de Siloé", que significa "Enviado". El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía.
Los vecinos y los que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: "¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?". Unos opinaban: "Es el mismo". "No, respondían otros, es uno que se le parece". El decía: "Soy realmente yo".
Ellos le dijeron: "¿Cómo se te han abierto los ojos?". El respondió: "Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos y me dijo: 'Ve a lavarte a Siloé'. Yo fui, me lavé y vi".
Ellos le preguntaron: "¿Dónde está?". El respondió: "No lo sé".
El que había sido ciego fue llevado ante los fariseos. Era sábado cuando Jesús hizo barro y le abrió los ojos. Los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había llegado a ver. El les respondió: "Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo".
Algunos fariseos decían: "Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado". Otros replicaban: "¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?". Y se produjo una división entre ellos.
Entonces dijeron nuevamente al ciego: "Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?". El hombre respondió: "Es un profeta".
Sin embargo, los judíos no querían creer que ese hombre había sido ciego y que había llegado a ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: "¿Es este el hijo de ustedes, el que dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?".
Sus padres respondieron: "Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego, pero cómo es que ahora ve y quién le abrió los ojos, no lo sabemos. Pregúntenle a él: tiene edad para responder por su cuenta".
Sus padres dijeron esto por temor a los judíos, que ya se habían puesto de acuerdo para excluir de la sinagoga al que reconociera a Jesús como Mesías.
Por esta razón dijeron: "Tiene bastante edad, pregúntenle a él".
Los judíos llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: "Glorifica a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador".
"Yo no sé si es un pecador, respondió; lo que sé es que antes yo era ciego y ahora veo".
Ellos le preguntaron: "¿Qué te ha hecho? ¿Cómo te abrió los ojos?".
El les respondió: "Ya se lo dije y ustedes no me han escuchado. ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?".
Ellos lo injuriaron y le dijeron: "¡Tú serás discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés! Sabemos que Dios habló a Moisés, pero no sabemos de donde es este".
El hombre les respondió: "Esto es lo asombroso: que ustedes no sepan de dónde es, a pesar de que me ha abierto los ojos.
Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí al que lo honra y cumple su voluntad.
Nunca se oyó decir que alguien haya abierto los ojos a un ciego de nacimiento.
Si este hombre no viniera de Dios, no podría hacer nada".
Ellos le respondieron: "Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?". Y lo echaron.
Jesús se enteró de que lo habían echado y, al encontrarlo, le preguntó: "¿Crees en el Hijo del hombre?".
El respondió: "¿Quién es, Señor, para que crea en él?".
Jesús le dijo: "Tú lo has visto: es el que te está hablando".
Entonces él exclamó: "Creo, Señor", y se postró ante él.
Después Jesús agregó: "He venido a este mundo para un juicio: Para que vean los que no ven y queden ciegos los que ven".
Los fariseos que estaban con él oyeron esto y le dijeron: "¿Acaso también nosotros somos ciegos?".
Jesús les respondió: "Si ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado, pero como dicen: 'Vemos', su pecado permanece".
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No hay peor ciego que el que no quiere ver. Los fariseos no quisieron reconocer a Jesús como aquel que había curado a aquel hombre ciego de nacimiento. No les bastó el doble testimonio del ciego; no les bastó el testimonio de los papás del ciego; no les bastó el testimonio de la comunidad. Además, los hechos eran demasiado obvios. Sin embargo, ellos no pudieron "encontrar la razón" por la cual el ciego podía ver. Jamás se les pasó por la cabeza la idea de que estaban equivocados y que Jesús había hecho tal milagro. Jamás pudieron darse cuenta de que ese hombre al que perseguían era un profeta.
¿Pero por qué? porque si reconocían a Jesús entonces tendrían que admitir que se habían equivocado y eso es imposible porque alguien lleno de soberbia jamás reconoce su error, y "por eso decían "vemos" y su pecado permanecía".
¡Qué fácil es caer en esta tentación! ¡Qué fácil es creer que siempre tenemos la razón! ¡Qué fácil es pensar que los demás se equivocan y la razón siempre está de nuestro lado!
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

25 marzo, 2014

Hermosa María

Evangelio según San Lucas 1,26-38.
En el sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo".
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Angel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús;
él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre,
reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".
María dijo al Angel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?".
El Angel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes,
porque no hay nada imposible para Dios".
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Angel se alejó.
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Dios decidió nacer de una simple mujer de Israel. El Rey de reyes y Señor de señores quiso hacerse hombre naciendo de una simple niña. El que no pueden contener los cielos fue contenido por el vientre de María.
María es el Templo santo en el que Cristo se hizo Sacerdote. María es aquella que atrajo sobre sí todas las bendiciones debido a su humildad y hermosura. Dios se enamoró de su creación y en su creación se hizo hombre. El creador nace de la creatura ¡qué misterio tan grande!
María es tan bella y humilde que Dios se enamoró de ella y se casó con ella. De ella nació el mismo Dios y se convirtió así en Madre, Hija y Esposa.
¡Sólo pensar en María ya causa paz y dulzura en el corazón!
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

24 marzo, 2014

Si Dios fuera Zeus... ¡todo sería tan cómodo!

Evangelio según San Lucas 4,24-30.
Cuando Jesús llegó a Nazaret, dijo a la multitud en la sinagoga: "Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra.
Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país.
Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón.
También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio".
Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron
y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino.
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Nadie es profeta en su propia tierra porque siempre lo que viene de lejos es más fácil de creer. Las noticias, las personas, las doctrinas ajenas, novedosas, siempre son más apetecibles por todos nosotros. Pero pretender que ese niño que vimos crecer, hijo del carpintero, hijo de María, es Dios, es muy difícil. Pensar que Dios se haya hecho hombre no es fácil de asimilar, y entre otras cosas, no es muy cómodo.
Creer que Dios es alguien cercano, familiar, que ha estado con nosotros toda la vida, y estará con nosotros hasta el final, es difícil de creer.
A veces sería más fácil creer en un Dios que vive en el Olimpo, lejos de nosotros, desentendido de nosotros, demasiado ocupado en sus asuntos divinos como para pensar en nosotros. Si fuera así, sería más fácil todo, porque Dios no se meterían en nuestros cosas.
Pero la realidad es otra. Dios es cercano y familiar. Se hizo uno de nosotros para que nosotros nos hagamos uno con Él. Dios no está en el Olimpo, está en todas partes, pero de manera especial en el que sufre, en el enfermo, en el hermano, en el otro. Eso tiene una implicación moral muy grande: ESTAMOS OBLIGADOS a amar al otro porque es imagen y semejanza de Dios, porque es Dios quien lo creó y lo ama y porque así nos lo ha mandado. Sería más fácil que Dios fuera Zeus y no tuviéramos que amar a nuestro prójimo, pero la verdad es que Zeus no existe y es La Santísima Trinidad la que, por amor, nos ha creado y quiere que por amor nos salvemos y nos lo ha revelado todo en Jesús Dios-Hombre.

23 marzo, 2014

La fe se recibe

Evangelio según San Juan 4,5-42.
Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José.
Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía.
Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame de beber".
Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.
La samaritana le respondió: "¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?". Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos.
Jesús le respondió: "Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: 'Dame de beber', tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva".
"Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva?
¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?".
Jesús le respondió: "El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed,
pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna".
"Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla".
Jesús le respondió: "Ve, llama a tu marido y vuelve aquí".
La mujer respondió: "No tengo marido". Jesús continuó: "Tienes razón al decir que no tienes marido,
porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad".
La mujer le dijo: "Señor, veo que eres un profeta.
Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar".
Jesús le respondió: "Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén se adorará al Padre.
Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.
Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre.
Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad".
La mujer le dijo: "Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo".
Jesús le respondió: "Soy yo, el que habla contigo".
En ese momento llegaron sus discípulos y quedaron sorprendidos al verlo hablar con una mujer. Sin embargo, ninguno le preguntó: "¿Qué quieres de ella?" o "¿Por qué hablas con ella?".
La mujer, dejando allí su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente:
"Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que hice. ¿No será el Mesías?".
Salieron entonces de la ciudad y fueron a su encuentro.
Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús, diciendo: "Come, Maestro".
Pero él les dijo: "Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen".
Los discípulos se preguntaban entre sí: "¿Alguien le habrá traído de comer?".
Jesús les respondió: "Mi comida es hacer la voluntad de aquel que me envió y llevar a cabo su obra.
Ustedes dicen que aún faltan cuatro meses para la cosecha. Pero yo les digo: Levanten los ojos y miren los campos: ya están madurando para la siega.
Ya el segador recibe su salario y recoge el grano para la Vida eterna; así el que siembra y el que cosecha comparten una misma alegría.
Porque en esto se cumple el proverbio: 'no siembra y otro cosecha'
Yo los envié a cosechar adonde ustedes no han trabajado; otros han trabajado, y ustedes recogen el fruto de sus esfuerzos".
Muchos samaritanos de esta ciudad habían creído en él por la palabra de la mujer, que atestiguaba: "Me ha dicho todo lo que hice".
Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y él permaneció allí dos días.
Muchos más creyeron en él, a causa de su palabra.
Y decían a la mujer: "Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo".
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Le fe no es una cosa autónoma que por sí misma llega a los hombres o que los hombres alcanzan por sí mismos. La fe es algo que se trasmite, que llega por medio de otro, bien sea por enseñanza, bien sea por la palabra, o por la lectura (de algo que alguien escribió), etc. La fe es un don porque se da y porque se recibe.
Con el tiempo, esa fe que se recibe empieza a dar frutos abundantes en la persona que cree hasta el punto de brotar en el corazón y echar raíces hasta hacerse una con él. De ahí que los samaritanos le hayan dicho a la mujer: "ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo".
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

22 marzo, 2014

Complete: Dios no nos llamó a ser jueces, sino ha ser...

Evangelio según San Lucas 15,1-3.11b-32.
Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo.
Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola:
"Un hombre tenía dos hijos.
El menor de ellos dijo a su padre: 'Padre, dame la parte de herencia que me corresponde'. Y el padre les repartió sus bienes.
Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa.
Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones.
Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos.
El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba.
Entonces recapacitó y dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!
Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti;
ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros'.
Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó.
El joven le dijo: 'Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo'.
Pero el padre dijo a sus servidores: 'Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies.
Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos,
porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado'. Y comenzó la fiesta.
El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza.
Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó que significaba eso.
El le respondió: 'Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo'.
El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara,
pero él le respondió: 'Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.
¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!'.
Pero el padre le dijo: 'Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.
Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado'".
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¿Qué diferencia al hermano mayor del padre de esta parábola? En que el hermano mayor fue justo y el padre fue misericordioso. Aquí se ven reflejadas ambas cuestiones.
Por un lado, el hermano mayor tenía toda la razón. Él no había defraudado a su padre; no había hecho lo que el hermano menor había hecho; no había malgastado el dinero ni pedido la herencia. Siembre había sido bueno, ejemplar, honesto, trabajador. En cambio, el hijo menor había sido ambicioso, derrochador, deshonesto, perezoso, había ofendido a la familia y su buen honor y había decepcionado a su bondadoso padre. SI ALGUIEN TENÍA LA RAZÓN EN ESTA PARÁBOLA ERA EL HIJO MAYOR.
Pero el padre de la parábola pareciera no ser justo, porque no paga a cada uno según se merece, sino que OLVIDA lo malo y RECUERDA lo bueno. El padre de la parábola más que justo es misericordioso porque la VERDADERA JUSTICIA es aplicar la misericordia como la han aplicado con nosotros. La verdadera justicia no es dar a cada uno lo que se merece -porque sino todos estaríamos condenados hace tiempo. La verdadera justicia es APLICAR LA VENGANZA DE DIOS: PAGAR CON AMOR el mal recibido. Es vengarse con la venganza de Jesús: rezando por los enemigos y pidiendo por su conversión, diciendo: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen". LA VERDADERA JUSTICIA es perdonar como hemos sido perdonados, porque antes que la justicia humana está la justicia divina que es superior.
Esta es la parábola de la misericordia que nos enseña que Dios es un padre bueno que nos tiene paciencia y que olvida lo malo y recuerda lo bueno, que perdona y nos enseña a perdonar. Sin embargo, esto no anula la justicia en sentido humano, esa de que cada cual responda por sus obras, sino que al contrario muestras cómo Dios también es justo y aplica el juicio cuando no hay arrepentimiento y regreso a la casa del Padre.
DIOS ES MISERICORDIA, pero también paga a cada uno según sus obras PORQUE ES JUSTO y si no hay arrepentimiento la justicia será impartida por cada uno al auto-excluirse del perdón del Padre.
Dios no nos llamó a ser jueces (aplicar la justicia) sino a perdonar como también hemos sido perdonados (aplicar la misericordia).
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

21 marzo, 2014

Fidelidad

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
– «Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno5 Mataron a otro, y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo."
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia. "
Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron.
Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?»
Le contestaron:
– «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.»
Y Jesús les dice:
– «¿No habéis leído nunca en la Escritura:
"La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.»
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos.
Y, aunque buscaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta.

Palabra del Señor.

El corazon de Dios es rechazado constantemente no tanto por quienes viven en descagracia, sino por quienes nos decimos llamar hijos de Dios, son pocos los que en su experiencia personal realemente aman la gracia y desprecian el pecado.
"Señor te amamos, te bendecimos y te damos gracias, danos la gracia de permanecer fieles a tu santa y divina voluntad, aunque esta cause dolor"

Dios olvida lo malo y recuerda lo bueno

Evangelio según San Mateo 21,33-43.45-46.
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos.
Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon.
El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: 'Respetarán a mi hijo'.
Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia".
Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?».
Le respondieron: "Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo".
Jesús agregó: "¿No han leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?
Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos".
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos.
Entonces buscaron el modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.
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Menos mal Dios es Dios y no otro, porque si fuera otro, ya habría acabado con nosotros hace mucho tiempo.
Dios es Dios porque sólo Dios puede ser misericordioso, olvidar lo malo y recordar lo bueno, pagar a cada uno, no según sus obras, sino desde la misericordia, porque si Dios nos pagara según lo que cada uno merece, entonces estaríamos perdidos todos.
Si Dios nos alimentara según nuestras obras, ya habríamos muerto de hambre.
Si Dios nos calentara según nuestras obras, ya habríamos muerto de frío.
Si Dios nos diera afecto según nuestras obras, ya habríamos muerto de soledad y de tristeza.
Porque dentro de nosotros algo no anda bien. Dentro de nosotros hay cavernas y oscuridades bastante tenebrosas. Dentro de nosotros hay una división que nos hace hacer lo que no queremos y omitir lo que queremos. Dentro de nuestro corazón hay mucha falta de Dios, y si no fuera por el mismo Dios que nos tiene misericordia y paciencia, ya no existiríamos.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

19 marzo, 2014

¡Es impresionante saber que se puede ser tan santo siendo tan sencillo!

Evangelio según San Mateo 1,16.18-21.24a.
Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados".
Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado.
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¡Es impresionante saber que se puede ser tan santo siendo tan sencillo! No hizo milagros, no recorrió el mundo predicando, no fue sacerdote o monja, no escribió nada... sólo hizo lo que tenía que hacer... y es más santo que todos los demás.

La fe de José tuvo que ser muy grande para creer lo que el Ángel le dijo y hacer lo que el Señor le pidió. En la Iglesia se habla de José como varón prudente y justo, modelo de justicia y de templanza. No es para más, porque si Dios escogió a María como esposa, tuvo que escoger a un santo hombre como padre.
En José, Dios depositó sus dos más grandes tesoros, su Hijo y su Madre-Hija-Esposa. Uno no confía sus hijos a cualquiera sino a alguien en quien verdaderamente se puede confiar.
Dios dotó de tantas virtudes a José que fue elegido para ser el custodio del Redentor. Defensor de la redención, porque en sus manos estaba el mismísimo Dios y tuvo que huir con él a Egipto.
San José fue un hombre humilde y casto, silencioso (porque no habla ni una sola Palabra en la Sagrada Escritura) y honesto.

San José, que tu poder se extienda sobre todas nuestras necesidades. 
Tú puedes hacer posible lo que parece imposible. 
Protege con paternal amor todas nuestras familias e intereses. Amén

San José, Padre adoptivo de Nuestro Señor Jesucristo 
y verdadero Esposo de la Santísima Virgen María, 
ruega por nosotros y por los agonizantes de esta noche. Amén.

San José, varón Prudente y Justo, 
intercede por nosotros ante el Santo de los Santos, 
la Trinidad Santísima. Amén.


18 marzo, 2014

¿Grande o pequeño?

Evangelio según San Mateo 23,1-12.
Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
"Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen.
Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos;
les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,
ser saludados en las plazas y oírse llamar 'mi maestro' por la gente.
En cuanto a ustedes, no se hagan llamar 'maestro', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos.
A nadie en el mundo llamen 'padre', porque no tienen sino uno, el Padre celestial.
No se dejen llamar tampoco 'doctores', porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.
Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado".
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Ser servidores, eso es a lo que nos llama Jesús. No nos llama a grandes aspiraciones, puestos u honores, sino al servicio. El servicio es salir de sí mismo y darse a los demás. El servicio es ponerse a la orden del otro, hacerse pequeño, no ensalsarse, ver al otro como es y no por debajo de uno.
En cambio el mundo constantemente nos está llamando a pasar por encima de los demás, a ser más grande, a crecer sobre los otros, a subirse y a recibir.
¡Qué gran diferencia! mientras Dios se abaja para elevarnos, el demonio sube para hacernos perder. Mientras los hombres de Dios se hacen pequeños para dar lugar a la verdad, los hombres del mundo se hacen grandes para engañar a los demás y aparecer como importantes.
¡Dios nos llamó a servir y no a ser servidos!
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

17 marzo, 2014

Perdonar

Evangelio según San Lucas 6,36-38.
Jesús dijo a sus discípulos:
«Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes».
+++
Jesús no nos llamó a juzgar a nadie sino a perdonar. Jesús no nos llamó a hacer juicios (por justos que sean) sobre nadie, sino a perdona. El perdón no es humano sino divino. El perdón "es injusto" porque pasa por encima de la justicia y olvida, y deja de lado las diferencias y recuerda lo bueno.
Jesús nos llamó a perdonar para poder ser perdonados.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

15 marzo, 2014

Consumirse

Evangelio según San Mateo 5,43-48.
Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores;
así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?
Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.
+++
El Señor no nos manda a ser buenos sino a ser perfectos. La perfección consiste en ser aquello que Dios quiere para cada uno de nosotros, y de la misma manera que un cirio es perfecto cuando se consume, así nosotros somos perfectos cuando nos entregamos a Dios en Dio y en los demás.
La santidad no se trata de no pecar; no se trata de penitencias; no se trata de ayunos; no se trata de letras; no se trata de palabras; no se trata de ser cura o monja; no se trata de tener o no tener; no se trata de hablar o callar. La santidad se trata de una sola cosa: vivir a Jesús, como Jesús, en Jesús, por Jesús. La santidad es amar hasta que duela; salir de nosotros mismos para darnos a los demás.

¿Qué quiero, mi Jesús?...Quiero quererte, 
quiero cuanto hay en mí del todo darte 
sin tener más placer que el agradarte, 
sin tener más temor que el ofenderte. 

Quiero olvidarlo todo y conocerte, 
quiero dejarlo todo por buscarte, 
quiero perderlo todo por hallarte, 
quiero ignorarlo todo por saberte. 

Quiero, amable JESUS, abismarme 
en ese dulce avismo de tu herida, 
y en sus divinas llamas abrasarme. 
Quiero, por fin, en Tí transfigurarme, 
morir a mí, para vivir tu vida, 
perderme en Tí, JESUS, y no encontrarme.

14 marzo, 2014

El Secreto admirable del Santísimo Rosario DIGITAL

El Secreto admirable del Santísimo Rosario DIGITAL



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FABULOSOS LIBROS DE ESPIRITUALIDAD PARA ESTA SEMANA SANTA

LAS HORAS DE LA PASIÓN

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INTRODUCCIÓN A LA VIDA DEVOTA
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LA IMITACIÓN DE CRISTO

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¿Cuál es el norte de tu vida?


Nuevo libro digital: 40 preguntas sobre la dirección espiritual

¡Qué importante es la dirección espiritual!
Sin embargo ¡cuán poco formados estamos en ella! La misión de todo hombre es la
de ser perfectos (cf. Mt 5, 48) y todos estamos en la obligación de aspirar a
la santidad ¿Por qué? porque no tenemos otra manera de pagarle al Buen Dios
todo el bien que nos ha hecho; porque Él nos amó primero y lo único que podemos
hacer es retribuirle todo su amor por medio de la elocuencia de una vida justa,
que aspire a la perfección y tenga como meta la verdadera práctica de la
caridad.
Pero la pregunta inmediata es ¿Qué es ser
santo? ¿Cómo conseguir la santidad? ¿Hay medios para ello? Hay que anotar que
hay tantas posibles respuestas como personas sobre este mundo ¿Por qué? Porque
cada alma es especial; porque cada alma es un mundo diferente y cada caso es
especial. De allí la importancia de entregarlas a un buen director espiritual
para que guíe, acompañe y enseñe a caminar hacia la santidad aprendiendo a
escuchar la voz del Espíritu Santo a imitación de Jesucristo, Camino, Verdad y
Vida.

NO TE QUEDES SIN EL TUYO: https://play.google.com/store/books/details/Gabriel_L%C3%B3pez_Cuarenta_preguntas_sobre_la_direcci%C3%B3?id=aOUEAwAAQBAJ

Nuevo Cargad con mi Yugo: libro de oraciones digital

Tenemos el placer de informarles a todos nuestros seguidores y a los usuarios del libro Yugo, que está disponible la versión digital en formato ebook de este exitoso libro que ha vendido más de 25 mil ejemplares físicos.

Ahora podrás orar en cualquier momento y en cualquier lugar aunque no lleves el libro físico contigo, porque de seguro siempre llevas en tu bolsillo el celular o la tableta.

No te quedes sin el tuyo: https://play.google.com/store/books/details/Gabriel_L%C3%B3pez_Cargad_con_mi_Yugo?id=w60EAwAAQBAJ

La verdadera ley

Evangelio según San Mateo 5,20-26.
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
+++
¿Qué diferencia hay entre alguien que toma un arma y dispara contra su enemigo movido por el odio o por la desesperación y el que habla mal de su prójimo? En el primer caso hay un homicidio y en el segundo no lo hay, pero en ambos casos hay un corazón que odia y quiere hacer mal al otro.
Lo que diferencia al primero del segundo es que el primero tuvo las agallas de hacer lo que el corazón le pedía, mientras que el segundo no las tuvo pero de una manera indirecta también asesinó a su hermano. Ambos son merecedores de ir ante el tribunal y recibir un castigo porque ambos han matado.

¿Qué diferencia a alguien que causa un accidente automovilístico en el que muere una familia y el que ha cruzado un semáforo en rojo alguna vez en su vida? En que el primero no tuvo la suerte del segundo y causó un estrago, pero el segundo también pudo haber causado una tragedia mayor y por eso es merecedor de una condena.

Por eso dice el Señor: "Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego".

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

12 marzo, 2014

Sólo con un crucifijo basta

Evangelio según San Lucas 11,29-32. Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás.
Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación.
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.
+++
¿Qué más signo que el corazón traspasado de Dios? ¿Qué más signo que el mismo Dios hecho pedazos en la cruz por amor? ¿Qué más signo que el sepulcro vacío? ¿Qué más signo que la Iglesia, sobreviviente durante milenios a los ataques internos y externos?
Pedir cualquier signo a Dios sería un ofensa gravísima, porque ¿qué otro signo esperamos? Sólo con un crucifijo basta para comprender el amor de Dios, y si eso no basta entonces nada bastará.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella

11 marzo, 2014

¿Qué es el perdón?

Evangelio según San Mateo 6,7-15.
Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados.
No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido.
No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes.
Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.
+++
Alguna vez alguien me dijo que no tenía perdón de Dios por todo lo que había hecho en su vida. Pero si hubiera leído este evangelio detenidamente habría encontrado la respuesta a lo que pensaba: "Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes".
La mejor terapia con la que se puede tratar a un pecador empedernido que desconfía de la misericordia de Dios debido a su multitud de pecados es el perdón a los demás. Porque si se logra perdonar a tan solo uno de los que lo han ofendido comprenderá que será perdonado de la misma manera por el Padre.
El perdón es sanador, es liberador. El perdón transforma, cambia, reconstruye. El perdón no es humano, es divino, porque es Dios el que perdonó primero. Nosotros amamos la justicia y el perdón no es justicia, es misericordia, y por eso es tan difícil, porque es amar al estilo de Dios y no al estilo del hombre.
El perdón no es justicia porque la justicia es dar a cada uno lo que se merece. El perdón es dejar a un lado las ofensas, los dolores, las fallas y empezar de nuevo. El perdón es olvidar lo malo y recordar lo bueno.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

10 marzo, 2014

Nuestras decisiones tienen repercusiones eternas.

Evangelio según San Mateo 25,31-46.
Jesús dijo a sus discípulos:
"Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso.
Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'.
Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'.
Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'.
Luego dirá a los de su izquierda: 'Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron'.
Estos, a su vez, le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?'.
Y él les responderá: 'Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo'.
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna".
+++
El Evangelio es muy claro, unos irán al castigo eterno y otros a la Vida eterna. Pero ¿por qué tanta radicalidad por parte de Dios? ¿No es injusto que haya un castigo eterno?

Sólo me voy a enfocar en un aspecto: Nuestras decisiones tienen repercusiones eternas. Esto es duro de entender para todos nosotros. No es fácil comprender que nuestras acciones tengan repercusiones no sólo para esta vida sino para la otra. Frente a esto muchos argumentan que si Dios es Dios y es justo y misericordioso no permitiría que esto sucediera sino que nos perdonaría al final de nuestra existencia. Sin embargo, nosotros mismos actuamos de la misma forma que tanto criticamos y nos negamos a aceptar: ¿Acaso no condenamos a cadena perpetua a algunos malhechores? ¿Acaso no condenamos a pena de muerte a otros tantos? ¿Acaso, muchos no matan y acaban con la vida de los enemigos? Todas estas acciones son acciones "de justicia" que nosotros mismos aplicamos en honor a "la verdad". Y en seguida pretendemos que Dios no actúe de esa manera porque "si Dios es justo" no puede actuar así con nosotros ("¡pero sí con esos malditos que tanto daño nos han hecho"!).

En segundo lugar, no nos percatamos de que nuestras acciones tienen repercusiones definitivas: ¿Acaso el pasarse un semáforo en rojo después de tomarse unos tragos no tiene repercusiones definitivas, para toda la vida? ¡Claro que las tiene! y esa decisión, muy estúpida de por sí, puede acarrear consecuencias irreparables. Entonces, si cosas tan simples como decidir si conduzco con algunos tragos encima tiene consecuencias tan grandes Y DEFINITIVAS, ¿por qué insistimos en que las acciones que hagamos no tienen consecuencias eternas? ¿Cómo vamos a vivir el resto de nuestra existencia, en la eternidad, con Dios al que toda nuestra vida rechazamos CON NUESTRAS OBRAS? ¿Acá no queremos tener nada que ver con Él, allá vamos a gozar eternamente con Él?

Nótese que no es un defecto de la misericordia de Dios por lo cual la vida eterna se puede vivir en un CASTIGO (no es Dios el que no nos puede perdonar), sino una decisión personal, en la cual decidimos con NUESTRAS OBRAS cómo queremos vivir la vida eterna.

OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES

09 marzo, 2014

Los tres niveles de la tentación, material, espiritual e idolátrico

Evangelio según San Mateo 4,1-11.
Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio.
Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre.
Y el tentador, acercándose, le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes".
Jesús le respondió: "Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo,
diciéndole: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra".
Jesús le respondió: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor,
y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras para adorarme".
Jesús le respondió: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto".
Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.
+++
Las tres tentaciones de Jesús son la muestra clara de lo que son las tentaciones nuestras. Representan los tres niveles de tentación en los cuales somos constantemente probados:

Primer nivel. La tentación material: Cuando Jesús sintió hambre fue tentado por el demonio. No fue tentado antes ni después, sino que fue tentando en el momento mismo de la necesidad, cuando tenía hambre, cuando estaba más débil, cuando el cuerpo le pedía alimento. El demonio es demasiado oportuno para atacar, sabe aguardar pacientemente como una fiera al asecho de su presa para dar el zarpazo en el momento indicado.

Esa tentación es la que llega en el momento de la enfermedad, de la necesidad económica, del negocio fácil, la infidelidad, etc. Es la tentación del pecado que nos presenta las cosas más fáciles y rápidas que por la vía del bien. Es la tentación a dejar de hacer bien las cosas so pretexto de que "necesitamos algo" bien sea salud, placer, dinero, honor, etc.

Segundo nivel. La tentación divina: El demonio sabe bien que somos propensos al orgullo. Cuando Jesús venció la tentación material, el demonio lo tentó espiritualmente diciendo: "eres grande, pudiste vencer la tentación material, eso quiere decir que eres dios". Dice "dios" porque eso es lo mismo que nos dice a nosotros: "eres dios, eres un gran hombre, sin pecado, que vence la tentación material sin mucho esfuerzo, sin necesidad de los demás, sin necesidad de Dios".

La segunda tentación es una tentación en el campo espiritual, es una tentación que se alimenta del triunfo sobre la tentación material para acrecentar el orgullo y la vanidad hasta el punto de hacerle creer al alma que puede lanzarse desde lo alto y los mismos ángeles le servirán porque supuestamente es demasiado bueno y merece que el mismo Dios lo salve. La segunda tentación es una tentación interna, no material, sigilosa, no visible. Si no se detiene a tiempo el alma terminará pensando que es dios o que no necesita de Dios.

Tercer nivel. La tentación idolátrica: El demonio sabe bien que si el alma vence la tentación material y la tentación espiritual es porque es un alma fuerte que tiende hacia Dios. Pero lanza la pregunta "¿quién es Dios?" Y así se hace pasar él mismo por Dios diciendo: "Si te postras y me adoras te daré todo lo que ven tus ojos".

Esta tentación es la más delicada porque es el fruto del triunfo sobre las dos tentaciones anteriores. Además, es la más sutil, porque en las dos primeras se sabe claramente lo que se debe hacer, pero en esta tercera es mucho más difícil de discernir. El alma tiene que ser de oración para aprender a escuchar la vos de Dios y reconocer los silbos del verdadero pastor y no dejarse engañar por el ladrón, que ofrece lo mismo que Dios: todo, pero lo ofrece sin Dios.

Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

08 marzo, 2014

Dejarlo todo

Evangelio según San Lucas 5,27-32.
Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme".
El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos.
Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?".
Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.
Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".
+++
Muchas veces se habla de que los discípulos siguieron a Jesús y lo dejaron todo por ir en pos de él. Sin embargo, me parece curioso saber que Leví siguió al Señor "dejándolo todo" y después ofreció un gran banquete en su casa. ¿No pues que lo había dejado todo? ¿entonces de dónde sacó el dinero para el banquete? ¿conservaba la casa?
No niego que los discípulos de Jesús hayan dejado todo lo que tenían para seguirlo, sin embargo me gusta pensar más en unos discípulos que en la medida que se iban convenciendo de quién era Jesús, iban dejando a un lado aquello que tanto los ataba. Me gusta pensar en unos discípulos que lo dejaron todo para seguir al Señor, pero no lo dejaron de golpe. ¿Y por qué me gusta pensar eso? porque sería más meritorio hacerlo así, porque de golpe sería fruto de un impulso, en cambio de la otra manera sería fruto de una decisión firme y sincera, decidida y estable.
Muchas veces nos hemos desprendido de cosas por amor a Dios, pero en cuanto tenemos la oportunidad de volverlas a tener no dudamos en hacerlo. Entonces ¿hubo desprendimiento de esas cosas?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

07 marzo, 2014

El ayuno que quiere el Señor es el que se preocupa por la vida del hermano, el Papa el viernes en Santa Marta

Evangelio según San Mateo 9,14-15.
Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?".
Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
+++

Tomado de: http://www.news.va/es/news/el-ayuno-que-quiere-el-senor-es-el-que-se-preocupa

(RV).- “¿Me avergüenzo de la carne de mi hermano, de mi hermana?”. Fue una de las preguntas en el centro de la homilía del Papa Francisco, durante la Misa de la mañana del viernes en la Casa de Santa Marta. El Papa resaltó que la vida de fe está estrechamente ligada a una vida de caridad hacia los pobres, sin la cual aquello que se profesa es sólo hipocresía.

El cristianismo no es una regla sin alma, un prontuario de observancias formales para gente que pone la cara buena de la hipocresía para esconder un corazón vacío de caridad. El cristianismo es la “carne” misma de Cristo que se inclina sobre el que sufre sin avergonzarse. Para explicar esta contraposición, el Santo Padre retomó el diálogo del Evangelio de hoy entre Jesús y los doctores de la ley, que critican a los discípulos por el hecho de no respetar el ayuno, a diferencia de ellos y de los fariseos que en cambio lo practican mucho. El hecho, objetó el Pontífice, es que los doctores de la ley habían transformado la observancia de los Mandamientos en una “formalidad”, cambiando la “vida religiosa” en “una ética” y olvidando su raíz, o sea “una historia de salvación, de elección, de alianza”:

“Recibir del Señor el amor de un Padre, recibir del Señor la identidad de un pueblo y luego transformarla en una ética es rechazar aquel don de amor. Esta gente hipócrita son personas buenas, hacen todo aquello que se debe hacer. ¡Parecen buenas! Son éticos, pero éticos sin bondad, porque ¡han perdido el sentido de pertenencia a un pueblo! El Señor da la salvación al interior de un pueblo, en la pertenencia a un pueblo”.

Sin embargo, observó Francisco, ya el Profeta Isaías – en el pasaje recordado en la Primera lectura – había descrito con claridad cuál era el ayuno según la visión de Dios: “Soltar las cadenas injustas”, “dejar en libertad a los oprimidos”, pero también “compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo”, “cubrir al que veas desnudo”.

“¡Aquél es el ayuno que quiere el Señor! Ayuno que se preocupa por la vida del hermano, que no se avergüenza -lo dice el mismo Isaías- de la carne del hermano. Nuestra perfección, nuestra santidad va delante con nuestro pueblo, en el cual hemos sido elegidos e insertados. Nuestro acto de santidad más grande está precisamente en la carne del hermano y en la carne de Jesucristo. El acto de santidad de hoy, nuestro, aquí, en el altar, no es un ayuno hipócrita: ¡es no avergonzarse de la carne de Cristo que hoy viene aquí! Es el misterio del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Es ir a compartir el pan con el hambriento, a curar a los enfermos, los ancianos, aquellos que no pueden darnos nada a cambio: ¡no avergonzarse de la carne, es eso!”.

Esto significa que el “ayuno más difícil”, afirmó el Obispo de Roma, es “el ayuno de la bondad”. Es el ayuno del que es capaz el Buen Samaritano, que se inclina sobre el hombre herido, y no es aquel del sacerdote, que mira al mismo desventurado pero sigue adelante, quizás por miedo de contaminarse. Y entonces, concluyó, “ésta es hoy la propuesta de la Iglesia: ¿me avergüenzo de la carne de mi hermano, de mi hermana?”:

“Cuando doy limosna, ¿dejo caer la moneda sin tocar la mano? Y si por casualidad la toco, ¿la retiro de inmediato? Cuando doy limosna, ¿miro a los ojos de mi hermano, de mi hermana? Cuando sé que una persona está enferma, ¿voy a encontrarla? ¿La saludo con ternura? Hay una señal que tal vez nos ayudará, es una pregunta: ¿sé acariciar a los enfermos, los ancianos, los niños o he perdido el sentido de la caricia? ¡Aquellos hipócritas no sabían acariciar! Se habían olvidado… No avergonzarse de la carne de nuestro hermano: ¡es nuestra carne! Seremos juzgados por el modo en el que nos comportamos con este hermano, con esta hermana”. (RC-RV)

04 marzo, 2014

¡Esto es una LOCURAAAAA! ¡No pierda esta oportunidad de ser millonario!

Evangelio según San Marcos 10,28-31.
Pedro le dijo a Jesús: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido".
Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.
Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros".
+++
¡Qué cosa tan impresionante! Hoy es un día de promoción, ¡es un gangazo! Le recibimos su casa, familia y campos como parte de pago de la felicidad completa. Sólo por renunciar a la familia y a esas cosas para ponerlas al servicio del Reino de los Cielo, recibirá cien veces más de lo que entregó. ¡Sí, oyó bien, 100 VECES MÁS! ¡esto es una locura!
¡No deje para mañana lo que puede renunciar hoy! Además, reciba completamente gratis LA VIDA ETERNA.

(Oferta válida hasta agotar inventarios. Es una promoción válida para la humanidad entera. Es acumulable con todas las demás promociones del Evangelio. Apto para todas las edades. Favor, exceder su consumo. En caso de reacción negativa, consulte a su confesor. La felicidad completa viene acompañada de persecuciones y muchas cruces a imagen de Jesucristo. Para acceder a todos los beneficios debe estar en estado de gracia santificante. Es necesario llevar una vida santa para alcanzar la eternidad bienaventurada).

03 marzo, 2014

¿A quién escoges?

Evangelio según San Marcos 10,17-27.
Cuando Jesús se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?".
Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno.
Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre".
El hombre le respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud".
Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".
El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes.
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!".
Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios!.
Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios".
Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?".
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible".
+++
Nadie se puede salvar por sí mismo. La salvación es un regalo de Dios. Nadie tiene méritos suficientes para alcanzar la vida eterna. Pero Cristo, Dios-hombre, nos alcanza los méritos para podernos salvar. Cristo, Dios-hombre, por sus méritos infinitos, hace posible que cada uno alcance en Él la salvación.
Dios quiso salvar a la humanidad entera por medio de su Hijo, nacido de una mujer llamada María, redimida preventivamente antes de su nacimiento: nacida sin pecado original.
¿Entones, quién se podrá salvar? por sí solo, nadie; por medio de Jesús: todos los que quieran.
¿Y qué hay de los ricos? por sus propias riquezas jamás alcanzarán la salvación, pero en Jesús sí podrán hacerlo, pero ¿quién podrá más, el apego a las riquezas o el amor a Dios? ahí está el problema, porque nadie puede servir a dos señores, porque amará a uno y odiará al otro.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

02 marzo, 2014

La confianza en Dios vs la confianza en el dinero

Evangelio según San Mateo 6,24-34.
Dijo Jesús a sus discípulos:
Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.
Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?
Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos?
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!
No se inquieten entonces, diciendo: '¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?'. Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.
+++
El Señor nos llama a la confianza, ¡pero qué difícil es confiar hoy! Es difícil confiar porque estamos tan acostumbrados a las traiciones y a la falta de palabra que nos extrañamos ante alguien que nos pide que confiemos en él.
Es difícil confiar hoy porque cada vez somos más autónomos e independientes. Porque cada quien tiene más oportunidades de defenderse sólo sin necesidad de los demás. Porque es más fácil hacerlo todo por sí mismo en vez de depender de otros.
Entonces ¿cómo vamos a confiar en el Señor? ¿Cómo confiar en Dios si vivimos sumidos en la desconfianza?
Le dijo Jesús a Santa Margarita María de Alacoque: "¡Si quieres agradarme, confía en mí. Si quieres agradarme más, confía más!"
¿Por qué servimos al dinero? entre otras cosas, lo servimos porque confiamos más en él que en Dios.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

01 marzo, 2014

El abrazo de Dios

Evangelio según San Marcos 10,13-16.
Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron.
Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos.
Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él".
Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.
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Me imagino a Jesús abrazando los niños ¡qué imagen tan impresionante! ¿cómo habrá sido?
A veces nos acostumbramos a la figura de Jesús y se nos olvida lo grande que es el hecho de la Encarnación: Dios sin dejar de ser lo que era, asumió lo que no era, es decir, sin dejar su divinidad asumió la humanidad y se hizo hombre y como Dios-Hombre salvó al mundo entero del abismo en el que estaba por el pecado.
Qué impresionante pensar en Jesús Dios-Hombre abrazando, comiendo, besando, curando, hablando... Dios tan humano, tan nuestro, tan cercano...
Y saber que nada de eso ha cambiado; Dios sigue amando, abrazando, besando, curando, hablando entre nosotros. Dios sigue presente y su amor sigue latente. Dios sigue aquí y ahora.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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