Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él.
Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo.
Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan.
Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver.
¡El que tenga oídos, que oiga!
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El Reino de los Cielos ¿en qué consiste? Algunos esperaban, y otros siguen esperando, un Reino de Dios que se fundamenta en los honores y en los altos cargos, tal como era un reino antiguo.
El Reino de los Cielos es el reinado de Dios sobre toda la humanidad. Propiamente Dios siempre ha sido su rey, pero desde la primera venida de Cristo su reinado se ha hecho explícito.
Jesús venció al mundo, al Demonio y a la carne. Jesús, el Cristo, venció a la muerte y fue coronado de gloria y majestad por el Padre. A partir de ese momento se instaura un nuevo reino, el Reino de Dios.
Pero el nuevo reinado tiene tres facetas, que son las de la Iglesia: el Reino de Dios militante, purgante y triunfante, es decir, el Reino de Dios en este mundo con todos nosotros; en el purgatorio y en el cielo.
Los judíos esperaban el regreso de Elías (que no murió) como precursor del Mesías, del Cristo que los iba a liberar. Pero ¿liberar de qué? ellos creían que los iban a hacer el pueblo más poderoso de la tierra y que los romanos no los iban a oprimir, pero la liberación de Dios fue una liberación espiritual del pecado y de la muerte eterna.
Juan fue el "nuevo Elías" que los judíos esperaban, por lo tanto Jesús era el Mesías.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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