Todos tenemos el privilegio de gritar al mundo que somos hijos de Dios y no es un titulo es y una realidad, bueno es decirlo pero que dificil aplicarlo en nuestro diario vivir, juan el que bautizo a Jesus no solo grito que el era hijo de Dios sino que tambien grito al mundo que ellos tambien tenian ese privilegio,para que corrigieran su vida y se volvieran a Dios.
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