23 marzo, 2010

El evangelio parece que es el mismo al día anterior, pero imposible que sea el mismo. Se entiendo esto desde aquellas palabras de Jesús: ¨he aquí que todas las cosas las hago nuevas¨ y, siguiendo esta enseñanza continuaremos con la Lectio.
Jesús exhorta a los fariseos en que no podrán dejar esté mundo para llegar a la verdadera vida, cosa que no es posible no sólo para estos personajes sino para todo aquel que sea necio en querer permanecer en él, en sí mismo. Muchos creen que el mundo esta corrompido y mal trecho, cuando lo que verdaderamente sucio está es nuestra propia alma, no ajena al mundo pero sí independiente de él. ¿Cómo ha de ser posible que quien se aferra a esté mundo (sí mismo) y sus desfachateces logre conocer a Dios?, sólo por misericordia y Gracia Divina. Por lo pronto, para quienes aún no hemos recibido esté regalo del cielo es probable que ni le recibamos mientras se siga con la bobada, de manera que queda levantar los ojos a los montes, de donde nos vendrá el auxilio, el auxilio que viene no de lo lejano, sino de lo cercano, del corazón mismo. Menester es entrar al cuarto y cerrar la puerta al comienzo de un dialogo de amor. Sólo así lograremos dejarnos a nosotros mismos sin dejar yerto el cuerpo.

1 comentario:

Un fiel más dijo...

Me gustó mucho la parte que dice:

Muchos creen que el mundo esta corrompido y mal trecho, cuando lo que verdaderamente sucio está es nuestra propia alma, no ajena al mundo pero sí independiente de él. ¿Cómo ha de ser posible que quien se aferra a esté mundo (sí mismo) y sus desfachateces logre conocer a Dios?


Estos textos evangélicos de de Juan son realmente profundos. Las lectio son demasiado cortas para exprear todo lo que se quiere decir.

¿Pero, cómo hacer vida eso que dijiste?

Search