Miércoles, 04 de enero de 2012. Jn 1, 35-42.
Los dos discípulos de Juan, escuchaban al Bautista y le creían, entonces aquí nos dan la primera enseñanza, eran obedientes, quien es obediente, Dios le concederá reconocer al Mesías. Y Juan, no se apartaba de la Verdad, enseñaba y señalaba la Verdad, no pretendía tener muchos seguidores, lo único que le interesaba era que conocieran el Amor.
Jesús conocía el corazón de aquellos hombres, les permitió seguirle, compartir con Él, ¡grandioso! ¡Un día con Jesús! Muchos desearían estar un día con sus personalidades favoritas, pero estas personas no nos dan nada, no aportan la vida eterna; nuestro Señor en cambio, nos da la vida eterna, y no podemos tener un día sino todos los días con Él, se ha hecho prisionero de Amor en el Sagrario para nosotros y cuando tenemos íntimamente al Señor es imposible no salir a anunciarle, en consecuencia, queremos que todos le conozcan, le sirvan y le amen.
Virgen María, Sagrario de Dios, Tu eres mi maestra y yo tu discípula, tu hija, me has invitado a conocer a Jesús, me lo has presentado, me lo has enseñado, en cada oración me hablas de él, dame tu corazón y tus virtudes para amarle y corresponderle eternamente. Amén.
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