Martes, 31 de enero de 2012. Mc 5, 21-43
En la cotidianidad tenemos innumerables sufrimientos y tribulaciones, vamos a muchos lugares y acudimos a muchas personas, hasta que escuchamos hablar de Jesús y aun sin conocerle o tener un encuentro personal con Él, nos arriesgamos, pues en nuestro corazón descubrimos que fuimos creados para Él.
Sin embargo en la vida espiritual hay obstáculos: los comentarios, las burlas, el intentar desanimarnos, el tiempo que parece acabar, la gente que apretantemente parecer impedir nuestra cercanía al Señor.
Hoy Jairo y la hemorroisa nos dan una gran enseñanza de fidelidad, de dejarse Amar. Si este padre hizo y resistió todo esto por su hija, ¿Cuánto mas no hará María por ti y por mi? Se dejó guiar por Jesús, le escuchó y la Virgen nos lo enseña, Ella fue la primera que le escuchó e hizo vida la Palabra en sus entrañas. Ah!
Mamá, aunque esté a punto de morir tu adelantas el milagro para que viva. Los obstáculos me hacen ver cuán grande es tu intercesión!
Inmaculado corazón de María, se la salvación del alma mía.
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