Jueves, 25 de enero de 2012. Mc 16, 15-18
“Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación… A los que crean, les acompañarán estos signos…”
El mandato es claro, proclamar el Evangelio a todas las naciones, en todo lugar, y dentro de la voluntad del hombre está creer o resistirse a creer.
Ahora bien, los signos acompañan a la fe, es decir, primero la fe y luego los signos, y para que haya fe es necesario la proclamación de la Buena Nueva, no depende sólo de quien anuncia sino de quien recibe; por lo tanto la conversión de las almas, todo el proceso de evangelización es una acción del Amor donde el centro es Cristo, donde la Virgen es el medio para encontrarle y no poner resistencia al Dios.
Mi Señor, que el anuncio de la Buena Noticia que eres tú, sea lo que me mueva, habita en mi alma, en mi corazón, en mi vida de tal forma que no resista vivir sin anunciarte. Totus Tuus.
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