Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella.
Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba.
De muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!". Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos.
Pero él les dijo: "También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado".
Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.
+++
Jesús tenía un grupo numeroso de seguidores. Le llevaban enfermos y endemoniados para que los curara, y ¿qué decía Jesús? ¿acaso decía: no, Uds tienen que buscarme porque soy Dios, no porque hago milagros? No, Jesús no hacía eso, sino que con toda la paciencia del mundo, los curaba.
Pero esta actividad de Jesús no era fácil. ¿Alguien ha visto cómo acude la gente en masa a donde dicen que hay alguien que hace milagros? ¡Todo el mundo quiere ver un milagro y ser curado o sanado de algo! Así que Jesús tenía trabajo para todo el día; tanto que no tenía tiempo para orar, entonces ¿qué hacía? se "volaba" para rezar sólo, se "escapaba" para poder orar.
Yo me imagino a un Jesús incansable, amante, devoto, ardoroso. Yo me imagino a un Jesús completamente agotado, cansado y hambriento, en una casa orando por la gente. Yo me imagino a un Jesús preocupado, únicamente, por darlo todo. Yo me imagino a un Jesús gastado y desgastado, hasta las altas horas de la noche, imponiendo las manos y orando por los enfermos.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario