05 agosto, 2012

Trabajar en nosotros


Domingo, 05 de agosto de 2012. San Juan 6, 24-35

Si Jesús -el Hijo del hombre- nos da el alimento que no perece, el de la vida eterna, ¿por qué dice “Trabajad por el alimento que perdura para la vida eterna”? ¿Por qué hay que trabajar?

Efectivamente hay que trabajar en la fe, en crecer que Dios nos alimenta, que Nuestro Dios es cercano; no es pedirle más signos, pues ya hizo más de lo necesario para que creyéramos en Él, es simplemente disponer el corazón para recibirle y tener los sentidos interiores y exteriores para contemplarle ¡eso sí que es trabajo!, pues aunque la fe es un don, hay que saberlo recibir, hay que aceptarle, hay que reconocerle más allá del pan que perece...¡Hay que trabajar en nosotros mismos!

Cuando trabajamos para tener el Pan de Vida Eterna, podremos naturalmente decir: «Señor, danos siempre de este pan.», porque lo deseamos, porque cuando empezamos el conocimiento de nosotros mismos reconocemos el hambre, reconocemos que necesitamos de Él, entonces ya nuestro Señor puede saciarnos y alimentarnos como Padre Bondadoso. Virgen María haz que me conozca a mí, para conocer que necesito de la Eucaristía y así poder alimentarme del Pan de Vida Eterna.

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