Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.
Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.
¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno?
Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo.Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.Pero si es un mal servidor, que piensa: 'Mi señor tardará',
y se dedica a golpear a sus compañeros, a comer y a beber con los borrachos, su señor llegará el día y la hora menos pensada,y lo castigará. Entonces él correrá la misma suerte que los hipócritas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
La vida es un periodo de gracia que nos da Dios para que amemos y para que lo amemos. El primer mandamiento, amar a Dios sobre todas las cosas, sólo se puede practicar mientras tengamos esta vida y tengamos cosas sobre las que podamos poner nuestro amor, es decir, sólo se puede amar a Dios sobre todas las cosas mientras tengamos la oportunidad de amar las cosas antes que Dios.
En el cielo, este mandamiento no tiene sentido porque Dios será lo único y no habrá posibilidad de no amarlo. Pero acá, en esta vida, sí tenemos esa posibilidad de elegir, no porque Dios nos ponga "trampitas" para caer, sino porque el amor auténtico no se exige sino que se espera. Y el buen Dios, que es la esencia misma del amor, nos da la libertad para amarlo o no.
Entonces, mientras estemos en este mundo debemos amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismos, y estar preparados para amar en cada momento, pero como dice la expresión: "the love hurts" (el amor duele). Y la verdad es que duele mucho. Y en ocasiones uno quisiera no amar... pero, ¿qué pasaría si llegara "el administrador de la casa" y no encontrara a sus empleados haciendo lo que tienen que hacer? ¿Qué pasaría si al llegar nuestra muerte no nos encuentran amando? No quiero siquiera imaginarlo.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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