Evangelio según San Lucas 11,27-28.
Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: "¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!".
Jesús le respondió: "Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".
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Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la practican, dice el Señor. Felices los que dejan que el amor de Dios llegue a sus corazones y empiece a derretir el hielo del pecado. Felices los que dejan que el amor de Dios penetre en lo más profundo del alma y empiece a iluminar las cavernas más profundas donde uno mismo no es capaz de entrar. Felices los que se dejan amar por Dios. Felices los que al igual que María dijeron sí al Señor y vivieron en su corazón. Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la practican.
¿Cómo podremos lograr todo esto? ¿cómo ser como María y decir que si? Sólo un corazón enamorado es capaz de responder de esa manera al amor, porque de lo contrario todo le resbalará. ¿Pero cómo enamorarse más?
Todo por la Inmaculada, nada sin ella.
12 octubre, 2013
Palabra y corazón
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