Lunes, 16 de abril de 2012. Jn 3, 1-8
«El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.»
El que ha nacido del Espíritu es como el viento que no sabes de dónde viene ni a dónde va, pero si sabes con quien va, sabes si el aire es caliente, si es una brisa, sabes con que clima está, es decir no sabemos para donde vamos pero sí con quien: Con Jesús, María y José.
¡Que dicha tener la sagrada familia en nuestro viaje, en nuestro peregrinar! Quien ha nacido del Espíritu –aun sin descuidarlo– no se preocupa tanto por el futuro, se preocupa por amar en el presente y si es que hace planes, se propone metas, se esfuerza desde ya por cumplirlas conforme al Divino Querer, pero siempre CONFÍA, dejando su porvenir en manos del Buen Dios.
El que ha nacido del Espíritu, CONFIA y AMA, y deja que el Viento, El Soplo Divino, el Espíritu Santo le dirija.
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