Miércoles, 22 de diciembre de 2011. Lc 1, 39-45
El Espíritu Santo le dio a conocer a Isabel al Bendito, a Jesús en el vientre de María, de ahí su fuerte exclamación y su alabanza a nuestra Señora.
También hay otra actitud de quien se deja llevar por el Amor y es que se reconoce la miseria, la indignidad de recibir a María, porque su debilidad es grande, pero sabe que también es aun mas grande la verdad y la Humildad. El verdadero amor a María siempre está acompañado de las virtudes y del aceptarla aun con sencillez, dejar que nos salude y que entre a nuestra casa.
Santa Isabel, ruega por nosotros Amén
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