Viernes, 02 de diciembre de 2011. Mt 9, 27-31
Al salir del lugar Jesús, lo siguieron por todo el camino los dos ciegos, que tenían fe y también perseverancia y humildad, perseverancia para aguantar todo el camino siguiéndole, y humildad porque sus gritos lo escuchaban todos que seguían a nuestro Señor y aun siguieron poniendo su mirada (espiritual, porque eran ciegos) en Jesús y esto les sirvió para no distraerse, mutuamente se animaban.
Virgen María, que mi encuentro con Cristo sea profundo, que mi fe exterior sea manifestación de la interior, que mi lengua no resista anunciar todas las maravillas que Dios hace en mi vida a través tuyo, que con tu ejemplo madre santa, mi fiat sea constante, perseverante, misionero y fiel. Totus Tuus.
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