Comunicación

Viernes, 23 de diciembre de 2011. Lc 1, 57-66

Total y profunda comunicación entre Zacarías e Isabel, ambos estaban de acuerdo en conformidad a la Voluntad Divina, con que el niño se llamara Juan, y a pesar de los comentarios de la gente y el desacuerdo con el nombre, persistieron en llamarle de tal forma.

Grandiosa dicha tener la alegría de dar hijos a Dios, de dar almas que el mismo Señor confía, porque se deja la infertilidad del pecado, para dar paso a la fertilidad del Amor, quien desea hacer la Voluntad de Dios siempre será fecundo y perseverará aun cuando el mundo diga lo contrario, porque la confianza está puesta en el Señor.

Virgen María, al unirme contigo, necesariamente me guiará el Espíritu Santo, entonces si te tengo a ti, tengo la Divina Voluntad, si te tengo a ti, tengo la confianza en que en todo momento te las ingeniaras, para que yo que soy sordita te pueda entender y así obrar en conformidad con mi Dios y pueda agradarle eternamente, que el santo Rosario sea la cuerdita donde me comunico contigo, y donde me conduces hacia el Amor.