Como niños

Nuestro Señor siempre ha querido renovar el corazón de sus apóstoles y el ellos a cada uno de nosotros, para poder ser como niños. Grandes en inocencia, grandes es pureza, grandes en amor y grandes en olvidar de inmediato las faltas de quienes nos ofenden.
Cuando eramos niños teníamos plena confianza en lo que nuestro padre nos decía o pedía  no cuestionavamos, ni poníamos nuestro parecer a la situación que acontecía simplemente callábamos y sonreíamos, aunque no sabíamos por que no nos permitía hacer nuestro antojo aun aunque pareciera injusto, buscábamos solo agradarle para que se sintiera amado. Así también con nuestro padre del cielo cuando pasa el tiempo parece que nuestro corazón se envejece y nuestro papá lo que quiere es rejuvenecerlo y hacerlo joven de nuevo para que sea un amor nuevo para él.