"Crece el grano, y se hace un arbusto"
En aquel tiempo, Jesús decía: "A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en un huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas. Y añadió: A qué compararé el Reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta".
Todo en la vida tiene un tiempo... tiempo de nacer, tiempo de crecer, tiempo de desarrollarse, tiempo de morir. El reino de lo cielos no es de tiempo, es de un eterno presente, para ganarlo solo es necesario pensar cada instante como si fuera el ultimo de la vida, así es el tiempo del reino de los cielos.
El arbusto no se hizo de la nada, el tuvo uno tiempo para crecer y desarrollarse, primero fue una pequeña semilla y sin darse cuenta después fue un fructuoso arbusto. Apuesto que este arbusto cuando era semilla no pensaba dentro de si "a que horas, cuando lograre ser un hermoso arbusto?" pues bien desde el estado de vida en que nos hallemos, no debemos pensar en cuanto tiempo nos falta para ser santos o en cuanto tiempo duraremos en este estado que Dios nos ha encomendado como lo es la vocación, sino vivir cada instante con el mismo ardor con el que se vivió el instante anterior. Cada instante, cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, cada semana, cada mes, cada año y así para toda la vida, como esta pequeña semilla que no se entero de cuando logro ser un hermoso arbusto, también sin enterarnos llegaremos a la única patria por la que vale la pena perderse en la amargura del dolor pasajero de esta tierra.
Todo por la inmaculada, nada sin ella.
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