Lunes, 15 de octubre de
2012. Lucas 11, 29-32
Jonás movió a penitencia
al mundo pagano de Nínive y le anunció la salud venidera, nunca los obligó simplemente
habló con la verdad, aun sin sabiduría ni celo y a pesar de sus debilidades.
Si la reina del sur se
levanta a juzgar y lo mismo hacen los habitantes de Nínive, lo hacen porque para ellos valió todo el
esfuerzo y sacrificios para alcanzar la misericordia de Dios, y nosotros tan
solo debemos acoger a Jesús, al Amor sacrificado y cualquier acto de penitencia
unido a su corazón, por más pequeño que sea, es enorme, es redentor.
Nuestro sacrificio
produce una verdadera conversión, una conversión basada en la unión con Jesús,
y María es la reina del sacrificio, porque sin necesitarlo lo hizo, Ella hoy
nos enseña que vale la pena darlo todo por el Señor, por ser un solo corazón y una
sola alma en el Amor Sacrificado.
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