No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada.
Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió.
El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa".
Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.
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Dice el Evangelio "El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí". A esto podríamos añadir: El que se ama a sí mismo más que a mí, no es digno de mí. Pero ante esto podríamos afirmar ¡Yo amo a Dios sobre todas las, yo no me amo más que a Dios! pero ¿es esto cierto?
Todos hemos pecado alguna vez. Todos tenemos la tentación de pecar y todos pecaremos otras tantas. El pecado se define como amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios. Así que todo el que peca se pone sobre Dios y se ama a sí mismo más que al mismo Señor.
Si conociéramos a Dios y asimiláramos todo su amor todo sería diferente. Yo creo que una de las causas de que pequemos tanto es que no nos dejamos amor por Dios y eso lleva a que busquemos el amor por otro lado. Si conociéramos el amor que Dios nos tiene todo sería diferente. Si tan solo nos dejáramos amar por Dios todo sería tan distinto.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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