Tomado de espaciokinder.blogspot.com |
Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró."
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El Reino de los Cielos se parece al tesoro escondido y al negociante que buscaba. ¿Cómo es que se parece a algo escondido y a alguien que busca? ¿Puede ser buscado y buscar? Sí.
Pienso en Dios y compruebo que el Señor es el buscador buscado. Dios es la felicidad misma y todos anhelamos tenerla. Dios es la realización del hombre y todos deseamos realizarnos. Dios es el Camino, la Verdad y la Vida y todos estamos ansiosos por encontrarlo. Además, Dios es quien nos busca, quien toma la iniciativa, quien se hace el encontradizo. Dios es un enamorado que se deja encontrar.
Por todo esto el Reino de los Cielos, es decir Cristo, es el tesoro escondido que se deja encontrar y que sale de su escondite para encontrarnos a nosotros.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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