04 febrero, 2011

Viernes, 04 de febrero de 2011. Mc 6, 14-29

El evangelio inicia hablando de la fama y percepción que tenía la gente de Jesús y termina hablando del asesinato de Juan el Bautista, ¿Qué relación tendrá?
Obviamente las mismas Escrituras lo dicen, Juan es el precursor, desde Él se veía la acción de Dios, tanto que la conciencia de Herodes quedaba al descubierto, tal como lo profetizó Simeón pues la Luz muestra lo que la oscuridad esconde.

¿Qué hacer ante el descubrimiento de nuestro pecado? ¿Qué reacción tomar? La mejor opción es la humildad, no desesperarse al ver la miseria, no sacrificar la verdad por el respeto humano, porque este al final no trae ningún provecho, pues quien un día te alaba otro día te difama, sólo Dios es fiel y comprensivo.

Santísima Virgen María te entrego, te consagro toda vida, cada aspecto de mi ser, que al reconocer mi pequeñez y fragilidad, sea capaz de acudir a ti, para que me lleves al encuentro misericordioso con el Señor en la confesión, que sea capaz de identificar los llamados constantes del Amor.

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