Evangelio según San Mateo 7,15-20.
Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?
Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos.
Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos.
Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego.
Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán.
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Un espino no puede dar uvas, ni una vid dar espinas. Un cardo no puede dar higos, pero tampoco una higuera puede dar cardos. Entonces, ¿los frutos se miran por su tipo y no por su calidad? ¿todas las uvas son "buenos frutos"? ¿si una planta da uvas, entonces da buenos frutos, independientemente de la calidad de éstas?
Hay que diferenciar dos cosas, primero, que se den frutos buenos, es decir, uvas, higos, mangos, etc. en vez de espinas, abrojos, cizaña.
Segundo, que los frutos sean de buena calidad. ¿De qué sirve un racimo de uvas minúsculas y amargas?
Entonces, para conocer los frutos hay que mirar el fruto y la calidad de éste. Pero ¿cómo se dan buenos frutos y cómo se aumenta la calidad?
Para dar buenos frutos hay que ser planta de fruta. Un espino no puede dar frutas, sino espinas. Entonces lo primero que hay que hacer es transformarnos en árboles frutales, aunque algunos de ellos pueden seguir teniendo espinas. Las espinas en los árboles sirven no para ahogar los frutos sino para protegerlos de los ladrones oportunistas. Entonces, ¿eres árbol de fruta o de espinas?
Segundo, hay que cultivar los frutos y para ellos es necesario tener buenas raíces y buena tierra. Las raíces son la fe, y la tierra las Enseñanzas de la Iglesia, porque ¿de qué sirve tener mucha fe pero alimentarse de las creencias propias? Por eso, la fe debe estar anclada en el Magisterio, para que todo lo que se absorba por medio de ella sea verdadero alimento para el alma.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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