Lunes, 13 de junio de 2011. Mt 5, 38-42
Jesús nos da un excelente proceso para llegar a la perfecta caridad: en primer lugar, no hay que corresponder a las injurias y al que hace mal, luego enseña la renuncia y desprendimiento y en consecuencia nos pide pensar en el otro, dar abundantemente.
¿Cómo? ¿Acaso no es difícil? Si Él lo dice es porque se puede, pero para entenderle y convencerse de esto, se necesita la gracia, la Virtud sobrenatural que es dada por Dios, es decir, que sea el mismo Señor que lo haga a través nuestro. La Virgen María nos lleva a la perfecta unión con Cristo, hace que cada obra tenga un valor sobrenatural, Ella es a Quien pertenecemos y en la medida de nuestra intimidad con Ella es que podremos ser movidos a tener los mismos pensamientos y sentimientos de Cristo.
San Antonio, ruega por nosotros.
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