Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada, pero algunos de ellos decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios".
Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra.
Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul.
Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras,
pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
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¿Por qué razón, Jesús habla acá de la división y de la guerra interna, del más fuerte y sus armas? Cuando leo este evangelio recuerdo los tiempos por los que estaban pasando los judíos en ese entonces: dominados por el imperio romano, divididos internamente entre partidarios de roma, rebeldes a roma e indiferentes y todos esperando a un Mesías que los liberara del yugo opresor.
Mirando este evangelio en esta perspectiva podemos encontrar varias respuestas.
El interior del hombre es similar a la situación de palestina en ese entonces: dividido, esperando respuestas, oprimido por el mundo, trabajando para "pagar el impuesto del pecado". Todo hombre anhela una vida mejor, una vida de libertad, en otras palabras, un mesías que lo salve. Pero ¿cómo quiere que llegue ese mesías? ¿convirtiendo esa opresión del mundo en libertad o en libertinaje? ¿cómo quiere ser liberado del demonio? ¿Por medio de grandes signos? ¿Cómo quiere ser arrancado de la carne?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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