Evangelio según San Mateo 5,43-48.
Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.
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¿En qué consiste la perfección? Un cirio es perfecto en la medida que cumple bien con su función. Si se enciende y se consume cumplirá con la misión que fue creado. ¡Un cirio es perfecto cuando alumbra y se consume, porque para eso fue creado! Pero ¿Qué pasa con nosotros? ¿En qué consiste nuestra perfección? Somos cirios que alumbran y se consumen. Somo cirios creados para trasmitir la luz de Dios y calentar los corazones fríos. Somos cirios que encontramos la perfección en el consumirnos por la caridad... es decir, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como Cristo nos ha amado... Pero hay un problema, queremos alumbrar sin gastarnos... sin consumirnos... pero se nos olvidan las Palabras de Jesús: "quien pierde su vida poir mí la encontrará".
Todo por la Inmaculada.
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