Lunes, 14 de noviembre de 2011. Lc 18, 35-43
El ciego de Jericó gritaba mas fuerte cuando le querían callar, a nosotros quizás nos quieren callar, incluso podemos resolver no hablar más en nombre de Dios, pero dentro está la Virgen Santísima motivándonos, impulsándonos a gritar con mayor fuerza a Jesús para que nos escuche, pero también al mundo para que le escuche.
Si dejo de gritar es porque dejo de escuchar a la Virgen María, porque Ella nos comparte su fe, fe por la cual se nos concederá ver, por la que seremos curados, con la que podremos glorificar al Señor, que ha mirado la humillación de la sierva de su sierva.
San José, ruega por nosotros
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