Miércoles, 16 de noviembre de 2011. Lc 19, 11-28
La orden fue de negociar las monedas, la orden es poner a producir; muchos podremos pensar que no somos capaces, que es difícil corresponder al Amor, que no sabemos dar fruto; pero el Señor no nos pide esto, nos pide simplemente esforzarnos, negociar, pues la fecundidad ya la tenemos: el matrimonio entre María y el Espíritu Santo en nuestra alma.
Cumplir el deber es simplemente querer y dejar a Dios actuar, colaborar con nuestro sí, como lo hizo nuestra Madre, porque con Ella estaría firme la esperanza de que viene el Rey, de que vuelve nuestro Dios y Señor.
Que venga tu Reino a través del Reino de María en mí!
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