Y como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:
"De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido".
Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?".
Jesús respondió: "Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: 'Soy yo', y también: 'El tiempo está cerca'. No los sigan.
Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin".
Después les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.
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Hay dos maneras de mirar el Templo. Una, a partir de su estructura física, de su belleza y grandeza, de su arquitectura. Dos, a partir de su significado, de su valor espiritual y de su importancia.
Las cosas generalmente tienen una significado o una importancia inmaterial que supera el valor material. Así, un pequeño alfiler puede valer muchísimo en cuanto a su significado y no valer nada en cuanto a su costo.
Las cosas de Dios son iguales, el Templo tenía un valor muchísimo mayor en cuanto al valor espiritual. Es por eso que Dios no tiene problema en que no quedara piedra sobre piedra, porque el Templo pasaría a ser otra cosa.
Nosotros somos Templos del Espíritu Santo y llegará el día en que no quede piedra sobre piedra. Pero antes de eso habrá que tener cuidado y no dejarse engañar, porque muchos se presentarán como verdaderos mesías diciendo "soy yo" y diciendo, "comamos y bebamos que mañana moriremos".
Antes de que estos Templos del Espíritu Santo queden reducidos a polvo, habrá que superar grandes terremotos espirituales, pestes y hambres.... habrá que luchar mucho para seguir al Señor y no caer en las tentaciones de este mundo.
Pero al tercer día, los que hayan sido fieles en la lucha, serán reconstruidos por el Señor, para ser nuevos Templos imperecederos en la Gloria Eterna.
¿Y por qué sabemos que esto es así? porque así es María, figura de la Iglesia, esplendor de la humanidad. Entonces, si queremos tener el mismo destino de María debemos vivir como Ella, amarla y seguirla, porque su cuidado maternal es muy especial.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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