Domingo, 20 de noviembre de 2011. Mt 25, 31-46
Nuestro Rey está rodeado de ángeles y santos, está con María que continuamente le alaba y glorifica, todo el cielo le rinde adoración, le reconoce Rey.
Nosotros no alcanzaremos a ver su reinado, sino aprendemos a ver a los pobres, a los pequeños, sino vemos tras el velo de la pobreza y sencillez a nuestro Rey, en la medida que conozcamos a nuestro Señor, podremos descubrirle en la caridad, podremos desear ejercer la caridad, amararemos, no concebiremos nuestra vida sin amor, no concebiremos nuestra vida sin pobreza.
¡Cuán poco conocemos a nuestro Rey! Con razón si viene el Reino del Corazón de María, viene el Reino de Cristo, porque viviendo en unión con María podremos agradar, honrar, y alabar dignamente, desde lo cotidiano al Señor, podremos simplemente amar en lo ordinario.
Madre Santa, que no pierda ni un segundo de mi vida sin amar, solo contigo podré vivir e inmolarme por calmar el hambre , la sed, la desnudez, la enfermedad de mi Señor, contigo podré hospedarlo en mi pesebre, contigo podré vivir prisionera de amor acompañándolo en el sagrario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario