“…dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él”
Santiago y Juan dejan a su padre en la barca, dejan todo organizado, saben que no son indispensables, sin embargo no tiran su responsabilidad sino que la encargan, la delegan.
Así mismo vemos que a cada uno de los apóstoles a quienes llama Jesús, lo hace en el propio entorno y contexto, en lo que les gusta: pescar. Igualmente llega Dios a nuestras vidas, va a nuestro entorno, a Pedro le gusta pescar, entonces no le quita la pesca sino que la eleva a una pesca espiritual.
Mi Jesús, quiero convertirme hacia ti, creer en la Buena Nueva y convencida de ti, deseo seguirte y cumplir tu voluntad, para ello acudo a María, quien me lleva a ti perfectamente, quien me comparte su visión no interrumpida de ti. Amén
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