Jesús se encontró a Felipe, Felipe se encontró a Natanael, y por Felipe Natanael se encontró a Jesús. ¡Dichosa cadena de amor! Solo un encuentro verdadero es suficiente para que empiece una travesía, una aventura con Dios.
Ante la respuesta negativa de Natanael, está el reto de Felipe, la persistencia de este y solo basta una pequeña invitación, para que la opinión de este cambiara y profesara que Jesús es el Señor.
Virgencita, particípanos de tu convicción, de tu insistencia amorosa a las almas, a creer que Jesús puede cambiar la forma de pensar, de opinar las personas, ayúdanos a no dejarnos frenar por apariencias, sino que podamos ver el corazón, como mira el Señor. Amén
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