12 febrero, 2012

¡Jesús quiere y puede!

Domingo, 12 de febrero de 2012. Mc 1, 40-45

¿Qué quiere Jesús? Jesús quiere limpiarme, desea ardientemente comer la pascua conmigo, es decir, desea comulgarme porque es Él quien me recibe, desea que acoja a María en mi casa, quiere que sea santa, quiere amarme.

¿Por qué lo que quiere Jesús no lo logro en mi vida? Él puede y no sólo basta con que nuestro Señor lo quiera, sino que también es necesario que yo quiera, que yo pueda dejarme amar, que con mi alma le acoja. ¿Qué me lo impide? No es la concupiscencia, mi inclinación al pecado (porque Jesús ya sabía que la tenía cuando me propuso su Buena Nueva), sino que aun me ha faltado confiar, me ha faltado acercarme, hablarle ¡lo que hizo el leproso del evangelio!

Mi Señor, hoy me postro como el leproso del Evangelio ante ti, reconociendo mi pequeñez, mi lepra, pero más que eso, confiando en ti, en que lo que tú quieres de mi puedes hacerlo, lo que quieras de mi será lo mejor, lo que quieras conmigo, en realidad te autorizo que lo hagas, hoy me adelanto a decirte, ¡si quieres puedes sanarme! Porque con María estoy dispuesta. Amén.

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