La Conversión

Viernes, 03 de febrero de 2012. Mc 6, 14-29

Herodes cuando escuchaba a Juan Bautista quedaba perplejo y lo escuchaba con gusto, incluso Herodías sabia el gran aprecio y respeto que le tenía; sin embargo, el estado de constante pecado, debilitaba la voluntad de Herodes y por miedo a la gente le mandó a decapitar.

Impresionante y fundamental es el inmediato combate espiritual, la actitud de lucha y de acción pronta, porque fácilmente perecemos. Demasiado importante es la conversión, tanto que por más que se esté en la Iglesia y se escuchen profetas, sino se es vigilante, sino se hacen renuncias, si no se valora el estado de gracia, fácilmente se renegará del Señor y preferimos dejar lo que nos lleva a Dios, preferimos asesinar la piedad, la virtud, la recta conciencia que nos habla interiormente.

¡Bendito cambio! ¡Grandioso don y privilegio! Poder empezar un proceso de conversión es una enorme alegría, es saber que lo que se deja es nada en comparación con el Todo que es el Señor. Gracias Mamá porque me acompañas en este peregrinar del Amor, porque contigo he empezado, porque me has movido, porque me señalaste a Cristo.