08 agosto, 2012

La Caridad de Dios


Miércoles, 08 de agosto de 2012. Mateo 15, 21-28

Los apóstoles anteceden por la mujer cananea, Jesús inicialmente hace caso omiso a dicha petición… pareciera que los discípulos se conmueven y que el Señor no; sin embargo, los motivos que apelaban los apóstoles para interceder por ella era que… ¡estaba gritando! Como si les incomodara los gritos, como si fuese necesario que la sanase para que no les incomodara más.

Muchas veces nosotros tomamos la misma actitud que los apóstoles, cuando nos piden oración, lo hacemos para que nos dejen de pedirla, pero sin la caridad verdadera que sale del corazón.

Ahora bien, miremos la actitud de Jesús, la sana no porque le molesten sus gritos sino porque demostró con su actitud, con humildad, con su disposición y con su Fe, la necesidad del Amor y Jesús no se resiste ante un corazón que quiera recibirle, que quiera dejarse amar y por eso, bondadosamente se hace esperar, para que nuestro corazón a través del dolor madure, y así pueda la puerta a su Amor.

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