19 diciembre, 2013

Dios nos reveló su amor por medio de su hijo

Evangelio según San Lucas 1,5-25.
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón.
Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor.
Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada.
Un día en que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante de Dios,
le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso.
Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso.
Entonces se le apareció el Angel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso.
Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo.
Pero el Angel le dijo: "No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan.
El será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento,
porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni bebida alcohólica; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre,
y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios.
Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto".
Pero Zacarías dijo al Angel: "¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada".
El Angel le respondió: "Yo soy Gabriel , el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia.
Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo".
Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el Santuario.
Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. El se expresaba por señas, porque se había quedado mudo.
Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa.
Poco después, su esposa Isabel concibió un hijo y permaneció oculta durante cinco meses.
Ella pensaba: "Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres".
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De la Carta a Diogneto
(Cap. 8, 5--9, 6: Funk 1, 325-327)

DIOS NOS REVELÓ SU AMOR POR MEDIO DE SU HIJO

Nadie jamás ha visto ni ha conocido a Dios, pero él ha querido manifestarse a sí mismo. Se manifestó a través de la fe, que es la única a la que se le concede ver a Dios. Porque Dios, Señor y Creador de todas las cosas, que todo lo hizo y todo lo dispuso con orden, no sólo amó a los hombres, sino que también fue paciente con ellos. Siempre lo fue, lo es y lo será: bueno, benigno, exento de toda ira, veraz; más aún: él es el único bueno. Después de haber concebido un designio grande e inefable se lo comunicó a su único Hijo.

Mientras mantenía oculto su sabio designio y lo reservaba para sí, parecía abandonarnos y olvidarse de nosotros. Pero, cuando lo reveló por medio de su amado Hijo y manifestó lo que había establecido desde el principio, nos dio juntamente todas las cosas: participar de sus beneficios y ver y comprender sus designios. ¿ Quién de nosotros hubiera esperado jamás tanta generosidad?

Dios, que todo lo había dispuesto junto con su Hijo, permitió que hasta el tiempo anterior a la venida del Salvador viviéramos desviados del camino recto, atraídos por los deleites y concupiscencias, y nos dejáramos arrastrar por nuestros impulsos desordenados. No porque se complaciera en nuestros pecados, sino que los toleraba. Ni es tampoco que Dios aprobara aquel tiempo de iniquidad, sino que estaba preparando el tiempo actual de justicia, a fin de que, convictos en aquel tiempo de que por nuestras propias obras éramos indignos de la vida, fuéramos hechos dignos de ella por la bondad de Dios, reconociendo así que por nosotros mismos no podíamos entrar en el reino de los cielos, pero que esto se nos concedía como un don de Dios.

Pues cuando nuestra maldad había colmado la medida y se hizo plenamente manifiesto que por ella merecíamos el castigo y la muerte, llegó en cambio el tiempo establecido por Dios para manifestar su bondad y su poder -¡oh inmenso amor de Dios a los hombres!- y no nos odió ni nos rechazó ni se vengó de nuestras ofensas, sino que nos soportó con magnanimidad y paciencia, apiadándose de nosotros y cargando él mismo con nuestros pecados. Nos dio a su propio Hijo como precio de nuestra redención: entregó al que es santo para redimir a los impíos, al inocente por los malos, al justo por los injustos, al incorruptible por los corruptibles, al inmortal por los mortales. Y ¿qué otra cosa hubiera podido encubrir nuestros pecados sino su justicia? Nosotros que somos impíos y malos, ¿en quién hubiéramos podido ser justificados sino únicamente en el Hijo de Dios?

¡Oh admirable intercambio, mediación incomprensible, beneficios inesperados: que la impiedad de muchos sea encubierta por un solo justo y que la justicia de un solo hombre justifique a tantos impíos!

18 diciembre, 2013

María, primer sagrario

Evangelio según San Mateo 1,18-24.
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo.
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:
La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros".
Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.
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"No temas recibir a María en tu casa". Estas palabras son para todos nosotros. No podemos tener miedo a recibir a la Madre de Nuestro Señor en nuestras vidas. ¿Quién más que ella es misionera? ¿Quién más que María para llevar a Jesús?
María no es una simple figura en la Iglesia que acompaña a Jesús y sirve para entretener a la gente con algunas devociones. María es la hija predilecta del Padre, medianera de todas las gracias; Templo sagrado en el que Cristo se hizo sacerdote; Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre del Hijo.
María, al igual que en la Visitación, nos trae a Jesús a nuestras vidas. Ella sola, siendo todavía una niña y estando en cinta de Jesús, atravesó una gran distancia para iluminar la vida de Isabel, su prima, con el fruto de su vientre, El Señor.
Así mismo pasó con José, María que ya llevaba en su seno al que no pueden contener los cielos, fue la portadora del Verbo Eterno del Padre y lo presentó a José, su esposo. Y por eso el Ángel le dijo: "No temas, José, recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. 
Así pues, estas palabras hermosas y profundas del evangelio se cumplen hoy también con nosotros. "No temas recibir a María en tu vida, porque ella es portadora de Dios, Sagrario viviente, que quiere entregarte a su Divino Hijo.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

17 diciembre, 2013

La genealogía de Jesús, nuevo Adán

Evangelio según San Mateo 1,1-17.
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:
Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos.
Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón;
Esrón, padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón.
Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé;
Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías.
Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá;
Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías.
Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías;
Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías;
Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel;
Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor.
Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud;
Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob.
Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo.
El total de las generaciones es, por lo tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
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De las Cartas de san León Magno, papa
(Carta 31, 2-3: PL 54, 791-793)
>EL MISTERIO DE NUESTRA RECONCILIACIÓN
De nada nos serviría afirmar que nuestro Señor, el Hijo de la Virgen María, es hombre verdadero y perfecto si no creyésemos además que es hombre perteneciente a aquel linaje mencionado en el Evangelio.
Mateo, en efecto, dice: Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham; y sigue el orden de su generación humana hasta llegar a José, con quien estaba desposada la Madre del Señor.
Lucas, en cambio, siguiendo un orden inverso, se remonta al origen del género humano, para mostrar que el primer Adán y el nuevo Adán tienen una misma naturaleza.
El Hijo de Dios, en su omnipotencia, hubiera podido manifestarse, para instruir y justificar a los hombres, como se había manifestado a los patriarcas y profetas, es decir, bajo diversas apariencias humanas, como, por ejemplo, cuando entabló una lucha o mantuvo una conversación, o cuando no rechazó la hospitalidad que le ofrecían y tomó el alimento que le presentaban. Todas estas figuras eran como profecía y anuncio misterioso de aquel hombre que debía asumir, de la descendencia de esos mismos patriarcas, una verdadera naturaleza humana.
Pero todas estas figuras no podían realizar aquel misterio de nuestra reconciliación prefijado antes de los tiempos, porque el Espíritu Santo no había descendido aún sobre la Virgen ni el poder del Altísimo la había aún cubierto con su sombra; solamente cuando la Sabiduría eterna, edificándose una casa en el seno purísimo de la Virgen, se hizo hombre pudo tener cumplimiento este admirable designio; y, uniéndose la naturaleza humana y la divina en una sola persona, el Creador del tiempo nació en el tiempo, y aquel por quien fueron hechas todas las cosas empezó a contarse entre las creaturas.
Pues si el nuevo hombre, sometido a una existencia semejante a la de la carne de pecado, no hubiera llevado sobre sí nuestros pecados, si el que es consustancial al Padre no se hubiera dignado ser consustancial a una madre y si -libre de todo pecado- no hubiera unido a sí nuestra naturaleza, la cautividad humana continuaría sujeta al yugo del demonio; y tampoco podríamos gloriarnos de la victoria del Vencedor si ésta hubiera sido obtenida en una naturaleza distinta a la nuestra.
El sacramento de la regeneración nos ha hecho partícipes de estos admirables misterios, por cuanto el mismo Espíritu, por cuya virtud fue Cristo engendrado, ha hecho que también nosotros volvamos a nacer con un nuevo nacimiento espiritual.
Por eso el evangelista dice, refiriéndose a los creyentes: Ellos traen su origen no de la sangre ni del deseo carnal ni de la voluntad del hombre, sino del mismo Dios.

04 diciembre, 2013

Como el viento que derriba

Evangelio según San Mateo 15,29-37.
Jesús llegó a orillas del mar de Galilea y, subiendo a la montaña, se sentó.
Una gran multitud acudió a él, llevando paralíticos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a sus pies y él los curó.
La multitud se admiraba al ver que los mudos hablaban, los inválidos quedaban curados, los paralíticos caminaban y los ciegos recobraban la vista. Y todos glorificaban al Dios de Israel.
Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque podrían desfallecer en el camino".
Los discípulos le dijeron: "¿Y dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado bastante cantidad de pan para saciar a tanta gente?".
Jesús les dijo: "¿Cuántos panes tienen?". Ellos respondieron: "Siete y unos pocos pescados".
El ordenó a la multitud que se sentara en el suelo; después, tomó los panes y los pescados, dio gracias, los partió y los dio a los discípulos. Y ellos los distribuyeron entre la multitud.
Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que sobraron se llenaron siete canastas.
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La miseria de Dios es más grande que la mayor de las abundancias humanas. Me refiero a que Dios, incluso en lo que es "poco generoso", es muchísimos más abundante que el más generoso de los hombres. Dios es demasiado generoso con nosotros, no escatima esfuerzos ni recursos para lograr nuestra salvación. Dios no tiene problema en cambiar el mundo entero para lograr que un alma se salve. La creación entera está a disposición de Dios para el bien de los hombres, para el bien de los que ama.
¿A qué me refiero con esto? a que Dios no tiene ningún inconveniente en hacer hasta lo imposible para que logremos aceptar su amor. Él sabe bien que somos duros de corazón y que para nosotros es muy difícil dejarnos amar, y por eso interviene en nuestras vidas constantemente para que, poco a poco, vayamos cediendo a su amor y nos dejemos amar por Él.
Dios es como el agua que golpea la roca durante siglos hasta romperla. Dios es como el sol que quema diariamente hasta dañar. Dios es como el viento que sopla todos los días hasta derribar. Pero no me refiero a que Dios desee que caigamos, sino a que Dios desea que nos dejemos amar por Él porque sabe que es lo único que necesitamos y para ello tiene que ser constante.

03 diciembre, 2013

Tan cerquita que es difìcil verlo

Evangelio según San Lucas 10,21-24.
En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".
Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven!
¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!".
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La grandeza de Dios se oculta a los que tienen ojos de águila o de lince y se presenta a los miopes. Dios rompe los paradigmas y acaba con lo que creemos saber de él. Dios es tan diferente a nosotros que toda la teología es nada en comparación de lo que es.
Es imposible entender a Dios, no porque no podamos, sino porque no sería suficiente una eternidad de estudio para lograrlo.
Es famosa aquella anécdota de Santo Tomás de Aquino que iba a quemar la Suma Teológica porque comprendió que no comprendía nada. Así mismo, cada día que pasa, uno se da cuenta de que Dios es Dios y hace cosas maravillosas cada día.
Dios dibuja tan cerquita que es difícil verlo. Dios habla tan pasito que es difícil escucharlo. Sin embargo, allí está todo el tiempo acompañándonos y amándonos.

02 diciembre, 2013

Más que la fe del centurión hay que destacar su amor

Evangelio según San Mateo 8,5-11.
Al entrar en Cafarnaún, se le acercó un centurión, rogándole":
"Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente".
Jesús le dijo: "Yo mismo iré a curarlo".
Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.
Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: 'Ve', él va, y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: 'Tienes que hacer esto', él lo hace".
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: "Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe.
Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos.
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Jesús vio en aquel hombre una fe como nadie en Israel la tenía. El centurión estaba seguro de que su siervo sería curado por el Señor, aun sin ser creyente judío.
Más interesante en este evangelio es el hecho de que el centurión no pidió con fe para una curación personal sino de otro, que ni siquiera era de su familia. Es muy fácil pedir con fe por uno mismo, porque uno mismo se ama y quiere lo mejor, pero en este caso la curación no era para el mismo que pedía sino para otro.
Creo que más que la fe del centurión del evangelio de hoy se debería rescatar el amor con el que este sujeto amaba a su criado, porque si no fuera así, entonces no habría hecho lo que hizo ni dicho lo que dijo, ni, mucho menos, pedido lo que pidió.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

30 noviembre, 2013

El llamado de Dios

Evangelio según San Mateo 4,18-22.
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
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Los primeros discípulos fueron dos pares de hermanos. Los primeros, dejaron las redes buenas que estaban lanzando al mar. Los segundos dejaron las redes que estaban arreglando porque ya habían pescado. Los primeros salían a pescar, los segundos volvían de pescar.
El Señor llama en todas las circunstancias de la vida. Por un lado a los jóvenes que apenas se aventuran en el océano de la vida, y por otro a los viejos que ya regresan, tal vez decepcionados, de la misma.
El Señor llama a los que tienen todas sus esperanzas puestas en sus propias redes, y también a aquellos que saben que las redes en las que tenían puestas sus esperanzas no saciaron sus corazones.
El Señor llama a los pescadores para hacerlos verdaderos pescadores. Así pues, el Señor llama a los hombres para hacerlos verdaderos hombres. El Señor te llama a ti para hacerte un verdadero tú.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

29 noviembre, 2013

Como brotes de olivo

Evangelio según San Lucas 21,29-33.
Jesús hablando a sus discípulos acerca de su venida, les hizo esta comparación: "Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol.
Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.
Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca.
Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
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¿Cuáles serán los brotes que podemos ver en nuestras vidas? En un árbol es muy fácil ver cuándo va a salir una flor, pero en la vida nuestra ¿qué se ve?
A veces pienso que este tipo de parábolas del evangelio son muy extrañas porque tratan de decir algo demasiado obvio por medio de una figura que no lo es, por lo menos para nosotros.
Dice el evangelio, "cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca, les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto". Sin embargo, durante toda la vida de la humanidad se han visto terremotos, pestes, persecuciones y guerras, entonces, el signo "claro" que nos avisa que el Reino de Dios está cerca no es tan claro.
Pongo un ejemplo. Cuando se ven los brotes de una planta se sabe que se acerca el verano. Pero cada año nacen brotes, entonces cada año se acerca el verano. Así mismo, cuando suceden todas estas cosas se acerca el Reino de Dios, pero cada año se suceden estas cosas, entonces ¿qué es el Reino de Dios?
Creo que el Reino de Dios no se refiere a una venida inminente de Cristo sobre las nubes, rodeado de ángeles, sino a algo más, a algo diferente, porque sino, entonces ¿nadie ha visto y vivido el Reino de Dios? 
Para concluir... ¿qué es el Reino de Dios?

28 noviembre, 2013

Vivimos desde ya la segunda venida de Cristo

Evangelio según San Lucas 21,20-28.
Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima.
Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella.
Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse.
¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo.
Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento.
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas.
Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.
Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.
Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación".
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¿Cómo será la segunda venida de Cristo? todos los días la pedimos de manera indirecta en el Padre Nuestro cuando decimos: "venga a nosotros tu reino". Cuando oramos así, estamos pidiendo el reino de Dios en nuestras vidas, es decir, que Dios sea el Rey y nosotros los gobernados por Él. Cuando pedimos el reino de Dios, pedimos que el pecado no sea nuestro señor, que el Demonio no sea nuestro señor, que nosotros mismos no seamos nuestros señores. Pedimos que sea Dios quien tome posesión de nuestras vidas y existencias y nos rijamos por sus preceptos. La verdad es que yo no tengo ni idea de cómo será la segunda venida de nuestro Señor, pero lo que sí sé es que tengo que empezar a vivir desde ya esa venida en mí, porque no sabemos cuándo será la Parusía, pero sí sabemos que debe ser un hecho en nosotros. Sé que tiene que ser Dios mi rey y vivir su reino, porque si no terminaré siguiendo al primer idiota que quiera gobernarme (incluyéndome).
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

22 noviembre, 2013

Jesús, El Profeta

Evangelio según San Lucas 19,45-48.
Y al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: "Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".
Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
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Jesús no tenía miedo. Si los profetas se caracterizaron por predicar la verdad, defender la justicia y el derecho y desenmascarar a las manzanas podridas, Jesús es el auténtico profeta que anuncia la verdad ante el pueblo de Israel y las naciones.
Es raro pensar en un Jesús enojado que expulsa a los vendedores del templo, pero pensándolo bien y tratando de entender lo que significa eso, creo que es más fácil imaginarlo. ¡Jesús no tenía miedo!
¿y nosotros, tenemos miedo de decir la verdad? y lo que es más difícil ¿Tenemos miedo de vivir la verdad?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

21 noviembre, 2013

¿Esto será para mí?

Evangelio según San Lucas 19,41-44.
Cuando estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella, diciendo: "¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos.
Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes.
Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios".
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¿Qué tal si este evangelio lo aplico a mi mismo? 
Cuando Jesús estuvo cerca y vio aquella alma, se puso a llorar por ella, diciendo: "¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes... te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios".
La verdad es que suena un poco duro, pero mirándolo a fondo, creo que es necesario. ¿Acaso esto no es lo que pasa cuando un alma se aleja de Dios y se hace inmune a su amor? el alma vive días desastrosos en los que el enemigo la ataca con más fuerza y la tienta para que se aleje cada vez más de Dios. Son días desastrosos en los que el alma se endurece y se aleja cada vez más y se hunde en el fango de sí misma o del pecado y se expone a la infelicidad eterna.
Es allí cuando el demonio, como león rugiente, devora al alma y la destruye desde lo más profundo hasta no dejar en ella "piedra sobre piedra"... y todo, por no saber reconocer el tiempo en que fue visitada por Dios.
Porque el pecado no es como una enfermedad externa y visible sino como aquellas enfermedades internas y silenciosas, como el cáncer, que cuando afloran ya están demasiado avanzadas.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

20 noviembre, 2013

¿Cuál de estos idiotas va a ser mi rey?

Evangelio según San Lucas 19,11-28.
Como la gente seguía escuchando, añadió una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y ellos pensaban que el Reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro.
El les dijo: "Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida.
Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: 'Háganlas producir hasta que yo vuelva'.
Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir: 'No queremos que este sea nuestro rey'.
Al regresar, investido de la dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.
El primero se presentó y le dijo: 'Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más'.
'Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades'.
Llegó el segundo y le dijo: 'Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más'.
A él también le dijo: 'Tú estarás al frente de cinco ciudades'.
Llegó el otro y le dijo: 'Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un pañuelo.
Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado'.
El le respondió: 'Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigentes, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré,
¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi regreso yo lo hubiera recuperado con intereses'.
Y dijo a los que estaban allí: 'Quítenle las cien monedas y dénselas al que tiene diez veces más'.
'¡Pero, señor, le respondieron, ya tiene mil!'.
Les aseguro que al que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene.
En cuanto a mis enemigos, que no me han querido por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia".
Después de haber dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén.
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Dios quiere reinar en nuestra vida, quiere ser el Rey. Sin embargo tenemos muchos otros candidatos a ser reyes antes que a Jesús. Muchas veces mil cosas diferentes ocupan el lugar de Dios en nuestras vidas, especialmente una: nosotros.
Al igual que las películas medievales en las que asesinaban a los reyes para llegar al poder, así mismo nosotros en nuestro interior vamos acabando con los que ostentan el poder hasta convertirnos nosotros en dueños y señores. Pero al final fracasaremos porque el rey de nuestra existencia tiene que ser Dios y no nosotros, porque nosotros no nos sabemos gobernar. Muchas veces actuamos como peleles del mismo demonio al querer reinar en nuestra vida dejando de lado a Dios y a sus preceptos. El que quiere ser el rey de sí mismo terminará teniendo a un idiota por súbdito.
En cambio, los hombres de Dios han dejado que reine Jesús en sus corazones y han encontrado a cambio la plena felicidad porque la felicidad está en el mismo Dios, que nos ama, y quiere lo mejor para nosotros. Entonces ¿por qué no abandonarnos en manos del que nos ama y busque nuestra felicidad y sabe cómo hacerlo? Seríamos unos tontos si no lo hiciéramos.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

19 noviembre, 2013

El Dios que vino por todos

Evangelio según San Lucas 19,1-10.
Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad.
Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos.
El quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura.
Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí.
Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa".
Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Se ha ido a alojar en casa de un pecador".
Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más".
Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido".
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Tomado de: http://miniyo.tumblr.com
Si Jesús hubiera venido a salvar a los justos nadie se hubiera salvado. Pero si vino a buscar a los pecadores, entonces todos estamos asegurados. ¡Qué dicha poder estar dentro del número de los elegidos por Dios para ser llevado al cielo! Con razón reza el pregón pascual en Semana Santa: "Feliz culpa que nos mereció tal redentor".
A veces tendemos a caer en la tentación de que la santidad está en la falta de pecado y que Dios nos ama sólo si somos perfectos. Pero no hay nada más alejado de la realidad. El amor de Dios no está condicionado por nuestra vida moral ni por nuestra manera de ser, sino que el amor de Dios es gratuito e inmenso. Por eso, no podemos hacer nada, nada, para que Dios nos ame menos y no podemos hacer nada, nada, para que Dios nos ame más. Dios simplemente nos ama.
Entonces, es por eso que podemos comprender el evangelio de hoy. ¿Qué hacía Jesús cenando en la casa de Zaqueo? pues rescatando un pecador. Y qué vale más, ¿ser un pecador visitado por Dios o un "perfecto" solitario? Con esto no estoy invitando a nadie al pecado, sino que estoy tratando comprender que Dios nos ama y quiere que nosotros lo amemos y por eso es necesario salir del pecado para lanzarnos a los brazos de Dios.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

17 noviembre, 2013

El futuro diario del Cristiano


Evangelio según San Lucas 21,5-19.
Y como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:
"De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido".
Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?".
Jesús respondió: "Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: 'Soy yo', y también: 'El tiempo está cerca'. No los sigan.
Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin".
Después les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.
Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre,
y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa,
porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán.
Serán odiados por todos a causa de mi Nombre.
Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza.
Gracias a la constancia salvarán sus vidas.
+++
A veces uno quisiera encontrar a un Cristo sin Cruz, más fácil de vivir,  más cómodo, más ligth. Sin embargo,  Cristo existe con cruz y sin ella no es Cristo. Por eso quien busca a un Cristo sin Cruz termina encontrando una cruz sin Cristo.
Este evangelio nos habla precisamente de esto. El cristiano tiene que soportar mil contrariedades diferentes cada día. Debe aprender si vivir en medio de la crítica y la persecución. Debe aprender que la misma familia lo agobiará y su camino debe ser en medio de espinas agudas y punzantes.
¿Acaso este no fue el destino de Cristo? Entonces ¿por qué a veces buscamos un destino diferente para nosotros?
Seguir a Cristo es muy fácil siempre y cuando no se toquen nuestros intereses personales. Pero cuando hay de por medio dificultades, la cosa cambia.
Jesús lo advirtió en su Evangelio: serán entregados, a muchos los matarán. Serán odiados por causa de mi nombre. Los encarcelarán, azotarán, y padecerán hambre...   si esto es lo que nos tiene reservado Cristo, entonces ¿por qué nos quejamos tanto de las pequeñas dificultades de cada día?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

16 noviembre, 2013

Justicia

Evangelio según San Lucas 18,1-8.
Después Jesús les enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse:
"En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres;
y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: 'Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario'.
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: 'Yo no temo a Dios ni me importan los hombres,
pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'".
Y el Señor dijo: "Oigan lo que dijo este juez injusto.
Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar?
Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?".
+++
El evangelio de hoy nos habla de la justicia. Ésta llegará en un abrir y cerrar de ojos, pero ¿a qué se refiere con justicia?
Justicia podría ser recibir un mejor sueldo; recibir atención médica; no ser juzgados, etc. Pero, hemos visto a mil justos morir sin recibir esto, entonces ¿cuál justicia? ¿Qué es justicia para Jesús? Ante estas preguntas yo mismo me meto en problemas porque no sé responder.
Sólo sé algo, Dios es justo. Pero su justicia no es la que nosotros tenemos o deseamos, porque por mas adelantado que sea un sistema judicial jamás podrá acceder al corazón del hombre, en cambio Dios sí conoce los corazones y sabe qué hay en el interior de cada uno. Y creo que para ser justos debemos conocer esas profundidades.
¿Será por eso que la justicia de Dios tarda en llegar? Porque el Señor conociendo los corazones en vez de castigarlos les da tiempo para que cambien... ¿no sé? Sólo sé que Dios es justo.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

08 noviembre, 2013

...

Evangelio según San Lucas 16,1-8.
Decía también a los discípulos: "Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes.
Lo llamó y le dijo: '¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto'.
El administrador pensó entonces: '¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza.
¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!'.
Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: '¿Cuánto debes a mi señor?'.
'Veinte barriles de aceite', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez'.
Después preguntó a otro: 'Y tú, ¿cuánto debes?'. 'Cuatrocientos quintales de trigo', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo y anota trescientos'.
Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.
+++
Si fuéramos así de vivos con las cosas de Dios todo sería muy diferente. La verdad es que para las cosas buenas somos demasiado pasivos, pero para las cosas malas somos prontos y astutos.
¿Cuántas veces hemos dejado de hacer algo bueno por un par de obstáculos? En cambio, ¿cuántos obstáculos hemos sorteado para poder hacer algo malo?
Cuando se enfrentan los problemas de la vida se puede comprobar que hacer las cosas bien es mucho más difícil, complicado y largo. En cambio, hacer las cosas mal es fácil, rápido y práctico.
Si fuéramos más sagaces para el bien, seríamos más buenos. Pero no somos más bueno, o por lo menos buenos, porque no buscamos la mejor manera de serlo.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

07 noviembre, 2013

Yo confio en ti...

EVANGELIO
Lucas 15, 1-10

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos:
–Ese acoge a los pecadores y come con ellos.
Jesús les dijo esta parábola:
–Sí uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.
Palabra del Señor.

Las almas que confian en ti, seran recompensadas por ti, sagrado corazón de Jesús yo confio en ti.
Quien deja a un lado sus 99 ovejas, para rescatar una sola que se pierde y por rebelde? Quien abvia abandonar tantas por una sola?. Una mente que razone deja por seguridad de las 99 que se pierda la unica que ya no esta en su redil; el caso es que aca no hay ningun argumento que haga que razone un corazón desbordante de amor, como es el corazón de Dios. Solo un amor puro y verdadero descuida hasta su propia seguridad por amor de aquellos a los que ama y aun mas de los que no le aman, sino que reniegan y hasta odian, solo el amor de Dios hace tal sacrificio. "Cuantas veces has dejado el mundo entero para acobijarme con tu amor y con tu gracia... y cuantas mas has llorado por mi causa y por mi pecado... ahhhh señor que pueda ser una descarriada salvada, y no una descarriada condenada".

Estaba perdido

Evangelio según San Lucas 15,1-10.
Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo.
Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola:
"Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?
Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido".
Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse".
Y les dijo también: "Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?
Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido".
Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte".
+++
La alegría del cielo por una conversión debe ser igual a la alegría de una madre por un hijo perdido que vuelve al hogar. Si una madre se alegra tanto, ¿cómo será la alegría de Dios?
Cuando un hijo se va del hogar la madre sufre por no saber para dónde se fue el hijo, por no saber si está bien, por no saber si está pasando hambre y frío. Pero todas estas cosas son temporales y a lo más grave que pueden llevar es a la muerte terrena. En cambio, cuando un hijo de Dios se va del hogar, no pasa hambre, frío y peligros físicos, sino espirituales y puede terminar en la muerte eterna, que es muchísimo más grave que la muerte terrena.
Para nosotros la vida es el bien máximo y la muerte es la peor desgracia. Pero ante los ojos de Dios, la verdadera felicidad está en la vida de comunión con Él eternamente y la muerte es sólo el paso hacia este encuentro maravilloso. La peor desgracias está en la muerte eterna, en vivir alejados de Dios para siempre.
Por todo esto hay más alegría por un sólo pecador que se convierte que por 99 justos que se salvan, porque el uno estaba perdido y los 99 estaban a salvo.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

06 noviembre, 2013

El Reino de Dios exige mucho sacrificio

Evangelio según San Lucas 14,25-33.
Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:
"Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.
El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?
No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo:
'Este comenzó a edificar y no pudo terminar'.
¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?
Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz.
De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
+++
Yo creo que con el Señor puede pasar lo que pasa con los matrimonios. En un comienzo todos auguran un amor eterno y son capaces de sortear mil dificultades diferentes, pero con el tiempo, en la medida que las aguas van calmando y se va viendo claramente el fondo del asunto, se va complicando la cosa.
Seguir al Señor es fácil siempre y cuando no se meta con ciertos asuntos que uno no quiere tocar. Seguir al Señor es sencillo mientras Dios no nos pida las renuncias que no queremos hacer. Seguir al Señor es delicioso siempre y cuando los intereses principales estén a salvo. Pero, cuando el Señor toca algunos aspectos que no quisiéramos... se complica la cosa. Cuando el Señor pide ciertos sacrificios, entregas, renuncias, etc., ya no pareciera ser tan fácil todo.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

02 noviembre, 2013

Dios quiere que nos salvemos

Evangelio según San Mateo 25,31-46.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso.
Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos,
y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo,
porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;
desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'.
Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'.
Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'.
Luego dirá a los de su izquierda: 'Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles,
porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron'.
Estos, a su vez, le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?'.
Y él les responderá: 'Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo'.
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna".
+++
Dice el apóstol san Juan que nadie puede decir que ama a Dios a quien no ve si primero no ama a su hermano a quien ve. Esto mismo se aplica al evangelio de hoy. Para amar a Dios hay que amarlo de manera especial en los demás. A Dios se le ama con actos concretos y no con palabras,  y de la misma manera que un esposo debe manifestar su amor por medio de hechos concretos y no un montón promesas y cuentos, así un hijo de Dios debe manifestar su amor con hechos concretos y no sólo de palabra.
Y lo que está en juego en nuestra vida no es un simple prestigio o puesto en una empresa, no es la estabilidad económica o la salud, lo que está en juego en nuestra vida es la salvación eterna,  y esto hace que la prioridad de la vida sea vivir como Dios quiere que vivamos, no porque sea un capricho de Dios, sino porque Dios sabiendo qué nos conviene, quiere eso que sabe.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

Dios quiere que nos salvemos

Evangelio según San Mateo 25,31-46.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso.
Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos,
y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo,
porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;
desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'.
Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'.
Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'.
Luego dirá a los de su izquierda: 'Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles,
porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron'.
Estos, a su vez, le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?'.
Y él les responderá: 'Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo'.
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna".
+++
Dice el apóstol san Juan que nadie puede decir que ama a Dios a quien no ve si primero no ama a su hermano a quien ve. Esto mismo se aplica al evangelio de hoy. Para amar a Dios hay que amarlo de manera especial en los demás. A Dios se le ama con actos concretos y no con palabras,  y de la misma manera que un esposo debe manifestar su amor por medio de hechos concretos y no un montón promesas y cuentos, así un hijo de Dios debe manifestar su amor con hechos concretos y no sólo de palabra.
Y lo que está en juego en nuestra vida no es un simple prestigio o puesto en una empresa, no es la estabilidad económica o la salud, lo que está en juego en nuestra vida es la salvación eterna,  y esto hace que la prioridad de la vida sea vivir como Dios quiere que vivamos, no porque sea un capricho de Dios, sino porque Dios sabiendo qué nos conviene, quiere eso que sabe.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

01 noviembre, 2013

Hasta la sangre todos los días

Evangelio según San Mateo 5,1-12a.
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.
+++
¿Qué más le podemos pedir al Señor? ¿Podríamos pedirle a Jesús algo diferente de ser como él? Y si el Señor padeció la pobreza y tuvo que ser paciente, y si estuvo muchas veces afligido y tener hambre y sed de justicia, y fue misericordioso y de corazón puro, y trabajó por la paz siendo perseguido por practicar la justicia, y si fue insultado, perseguido y calumniado, entonces ¿qué esperamos para nosotros?
Las bienaventuranzas son una radiografía de Jesús, son una radiografía de lo que debe ser el cristiano. Las bienaventuranzas deben ser el ideal de cada uno de nosotros porque son la hoja de ruta que lleva a ser como Jesús. Pero, entonces, cuando llega la duda, la tentación y persecución, ¿por qué nos afligimos en vez de alegrarnos?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

31 octubre, 2013

La edad del burro

Evangelio según San Lucas 13,31-35.
En ese momento se acercaron algunos fariseos que le dijeron: "Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte".
El les respondió: "Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado.
Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste!
Por eso, a ustedes la casa les quedará vacía. Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!".
+++
¿Cuántas veces Dios ha querido reunirnos bajo sus alas y no hemos querido? Estaba pensando en que nosotros somos como frutas duras que tienen que ser partidas para llegar al corazón. Somos como cocos que si no es con golpes no se puede llegar a su interior. Muchas veces es necesaria la fuerza para destruir esa coraza de soberbia que hay en nosotros y permitir que demos fruto. A veces hacen falta los golpes para comprender qué somos y qué debemos hacer.
Esto suena duro, suena mal, pero es verdad, y Dios lo sabe. Por eso no escatima esfuerzos en darnos de vez en cuando un golpe para quebrarnos y hacernos recapacitar.
Todos sabemos, por ejemplo, que los jóvenes llegan a una edad que es muy difícil y que no se sacian hasta recibir duros golpes de la vida. Esa edad yo la llamo la "edad del burro" porque uno se convierte en un burro terco y necio que no aprende sino por experiencia propia y por medio de golpes y desilusiones. Pero llega un momento en la vida en que uno va recapacitando y va dejando a un lado tanta soberbia. Sin embargo, en la vida espiritual somos iguales y nuestra etapa crítica de "burros" dura un poco más (a veces toda la vida), pero con el agravante de que pensamos que no lo somos. Y es ahí donde entra "el cascanueces divino" a partir corazas de soberbia y vanidad y a recatar las almas de la dureza de corazón y el engaño del orgullo y del pecado.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

30 octubre, 2013

Justicia y misericordia

Evangelio según San Lucas 13,22-30.
Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén.
Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". El respondió:
"Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán.
En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Y él les responderá: 'No sé de dónde son ustedes'.
Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas'.
Pero él les dirá: 'No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!'.
Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera.
Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios.
Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos".
+++
Dios es misericordioso, pero también es justo. No podemos predicar a Dios siendo sólo misericordia o sólo justicia porque caeríamos en error. ¿Esto qué implica? implica que Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, pero no puede por este querer desconocer la justicia y no aplicarla. Es como un papá que ama a su hijo y es misericordioso con él y quiere perdonarlo, peor sabe que debe ser justo con toda su familia y debe aplicar correctivos y castigos.
¿Si así actuamos los hombres, con cuánta más razón debe actuar así Dios? Dios nos ama y desea el bien para todos, y por esta misma razón debe actuar con misericordia y con justicia.
Se relata el diario de Sor Faustina Kowalska el siguiente episodio:

20. Poco después me enferme [20]. La querida Madre Superiora me mando de vacaciones junto con otras dos hermanas [21] a Skolimów, muy cerquita de Varsovia. En aquel tiempo le pregunté a Jesús: ¿Por quien debo rezar todavía? Me contestó que la noche siguiente me haría conocer por quien debía rezar.
Vi al Ángel de la Guarda que me dijo seguirlo. En un momento me encontré en un lugar nebuloso, lleno de fuego y había allí una multitud de almas sufrientes. Estas almas estaban orando con gran fervor, pero sin eficacia para ellas mismas, solo nosotros podemos ayudarlas. Las llamas que las quemaban, a mi no me tocaban. Mi Ángel de la Guarda no me abandonó ni por un solo momento. Pregunté a estas almas ¿Cuál era su mayor tormento? Y me contestaron unánimemente que su mayor tormento era la añoranza de Dios, Vi a la Madre de Dios que visitaba a las almas en el Purgatorio, Las almas llaman a María “La Estrella del Mar”. Ella les trae alivio. Deseaba hablar más con ellas, sin embargo mi Ángel de la Guarda me hizo seña de salir. Salimos de esa cárcel de sufrimiento. [Oí una voz interior que me dijo: Mi misericordia no lo desea, pero la justicia lo exige. A partir de aquel momento me uno más estrechamente a las almas sufrientes.

25 octubre, 2013

Sigue la tentación

Evangelio según San Lucas 12,54-59.
Dijo también a la multitud: "Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede. Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.
¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente? ¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?
Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo".
+++
Esta semana se rompió la barrera de 2000 planetas conocidos en el universo. Yo recuerdo que cuando estaba en el colegio y tenía 11 años, nos enseñaban que los planetas eran como nueve y que el último era Plutón. Ahora resulta que conocemos el universo más allá de lo que podemos imaginar.
Así mismo, hoy estamos desarrollando computadores cuánticos que multiplican por miles o millones la capacidad de operaciones de un computador convencional.
Hoy podemos subir al espacio, bajar a las profundidades de la tierra, conocer el cerebro, descifrar muchos enigmas, prolongar la vida por la medicina y muchas otras cosas maravillosas. Sin embargo, seguimos sin conocer lo esencial: "¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente? ¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?", dice el Señor.
¿Por qué a la par de los adelantos científicos no adelantamos en las relaciones humnanas, en la verdad y en el respeto por el otro? Somos súper adelantados en la técnica, pero nuestros corazones están cada vez más lejos de ser lo que deben ser. ¿Por qué a la par de la ciencia también crece la maldad, la injusticia, el egoísmo y la ambición?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

24 octubre, 2013

¡PAX!

Evangelio según San Lucas 12,49-53.
Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!
Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!
¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división.
De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres:
el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".
+++
La paz que da el Señor no es una paz de banderitas blancas y palomas al aire. La paz que da el Señor es la paz del corazón. La paz del Señor es aquella que llega de sabernos perdonados y amados por Dios, porque incluso si no hubiera guerra en el mundo y todos los pueblos fueran uno solo, sin pretensiones de conquista, sin el perdón de Dios y la reconciliación con el Padre del cielo, no habría paz.
La paz llega de Dios, y para conseguir esa paz hay que hacerse mucha violencia, en incluso entrar en pugna con quienes no la quieren. Para alcanzar la paz de Dios es necesario entrar en guerra contra los enemigos directos de la paz, contra el pecado, contra el demonio, contra las tentaciones, contra nosotros mismos y nuestra inclinación. Sin guerra interna no hay paz, porque sólo luchando a capa y espada podremos romper los lazos del pecado y las tentaciones del mal.
Es por esto que el evangelio de hoy nos habla del fuego que Jesús desearía que estuviera ardiendo. Es por esto que el evangelio nos habla de división y de guerra.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

23 octubre, 2013

Administradores, no dueños.

Evangelio según San Lucas 12,39-48.
Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada".
Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?".
El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno?
¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo!
Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo.
Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más.
+++
El Señor quiere que lo queramos, no porque necesite nuestro amor sino porque nosotros necesitamos el suyo. Por esta razón, debemos hacer lo que debemos hacer, no sea que no hagamos lo que debemos y terminemos como el mismo Dios no quiere que terminemos.
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su propia alma? ¿De qué le sirve al hombre hacer todo lo que quiere si al final termina perdiendo su propia libertar y felicidad? ¿De qué sirven los afanes de esta vida si no se camina hacia donde se tiene que caminar?
Somos administradores de esta vida que no es nuestras sino de Dios. Y como buenos administradores debemos hacer aquello que se nos ha mandado. Pero si empezamos a pensar que esta vida es nuestra y que somos nosotros los dueños y señores de ella, entonces nos pasará lo que le pasa a los malos empleados, que son retirados de su cargo y pierden toda la confianza de sus patrones.
Entonces, ¿qué hacer? Debemos hacer lo que debemos hacer. ¿Y qué debemos hacer? amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Debemos administrar bien nuestra vida y no creernos los dueños y señores de ella. Debemos reconocer lo que somos delante de Dios y delante de los demás. No sea que terminemos sin el pan y sin el queso.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

22 octubre, 2013

Siempre listos

Evangelio según San Lucas 12,35-38.
Estén preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas.
Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.
¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlo.
¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!
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El amor siempre está a la espera. el amor no improvisa ni actúa según el interés propio, el amor, por el contrario, siempre está listo para responder. ¿De qué habla este evangelio sino de estar listos? Eso significa amar a Dios, porque el que ama siempre está listo.
¿Acaso sería necesario pedirle a una mamá que esté lista para atender a su pequeño hijo en caso de accidente? ¿Es necesario recordarle que debe tener a la mano medicinas, alimentos y ropa para su hijo? no, una mamá siempre tiene esas cosas a la mano, porque su pequeño y amado hijo siempre es la prioridad, y como lo ama profundamente, su vida gira entorno a él.
Entonces ¿qué nos pide el Señor? No quée estemos listos, sino que lo amemos y así estaremos preparados para su venida, que puede ser en cualquier momentos. Porque se puede estar preparado y no amar, en cambio quien ama siempre está preparado.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

19 octubre, 2013

Que vivan los cristianos

Evangelio según San Lucas 12,8-12.
Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios.
Pero el que no me reconozca delante de los hombres, no será reconocido ante los ángeles de Dios.
Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir".
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De la misma manera que una madre se siente orgullosa por su hijo cuando da buen testimonio de la educación recibida en la casa, así mismo Dios quiere que sus hijos vivan el testimonio y hablen con sus vidas bien de Él.
Alguien alguna vez decía "Cristo, ven a la India, pero que no vengan los cristianos". ¿No es esto mucho decir?
¡Qué los cristianos sigan a Cristo y vivan como él! Pero esto no es fácil. La verdad es que no es decir cualquier cosa, porque ¿quién no se ve en la tentación de vivir según los principios? A veces el mundo es demasiado duro con la Iglesia por los errores de sus miembros, pero a veces se es demasiado laxo con la Iglesia al hablar de sus grandes héroes. Que algún día podamos decir sin miedo ¡Cristo ven a la India, pero ven por medio de los cristianos!
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

18 octubre, 2013

¿Quienes son estos?

Evangelio según San Lucas 10,1-9.
Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'.
+++
El Señor nos envía como ovejas en medio de lobos, por el mundo entero a anunciar el Evangelio. Pero ¿cómo se anuncia? ¿será que es con un megáfono en el centro de la ciudad gritando a viva vos "Dios te ama"? Supongo que hay un gran mérito en esto, puesto que no es fácil hacerlo, sin embargo hasta los perifoneros hacen lo mismo por dinero. Entonces ¿cómo se anuncia el Evangelio?
No puedo dejar de pensar en la vida de los santos, hombres que fueron realmente de Cristo y lo imitaron hasta la heroicidad. Santos que vivieron la caridad de manera sorprendente, que amaron hasta el extremo, que se hicieron verdaderos hijos de Cristo y lo vivieron. Pienso en aquellas mujeres que verdaderamente fuertes que superaron mil obstáculos por ser como Jesús. Pienso en los mártires que no escatimaron esfuerzos y no se reservaron la vida para agradar al Cordero y ser como Él. Pienso en los que padecieron persecuciones y a pesar de tantas incoherencias de los otros vivieron la obediencia y la castidad. Pienso en los padres de familia que se entregaron por sus hijos y les enseñaron el verdadero valor de la fe. Pienso en aquellos laicos que entregaron sus vidas por anunciar a Jesús por todo el mundo. Pienso en los sacerdotes y los religiosos que se hicieron del Señor por amor al Señor. Pienso, en fin, en todos aquellos que fueron sin alforja, ni calzado, que no se detuvieron a saludar a nadie, sino que fueron sólo por el Señor.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

16 octubre, 2013

El virus de la soberbia

Evangelio según San Lucas 11,42-46.
Pero ¡ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!".
Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: "Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros".
El le respondió: "¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!
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El corazón del hombre es demasiado delicado. Fácilmente se infecta del virus de la soberbia. Aún no existe la vacuna que lo prevenga, y ante el ataque inminente de la enfermedad recibe graves daños en tiempos demasiado cortos. La soberbia invade el corazón del hombre y empieza por detener su capacidad de amar. El corazón se vuelve amargo y pierde toda su dulzura. Como efecto secundario aparece la ironía y el sarcasmo y poco a poco se van infectando los demás miembros del cuerpo.
Con la infección de la soberbia en el corazón se afecta también la lengua que empieza a disparar dardos encendidos a diestra y siniestra. La lengua se envenena y todas las palabras salen infectadas y portan el virus.
Acto seguido el corazón se endurece cada vez más y pierde completamente la capacidad de amar. La sangre se vuelve verde y todo el ser se ve entumecido por la dureza del corazón. De ahí que se les llame "cabeza dura" a los que están enfermos de soberbia, porque ya su razón también se infectó por aquella dureza.
A esos infectados por el virus es a los que les habla el Señor hoy en este evangelio. ¿Acaso pensaste que era sólo para los fariseos?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

15 octubre, 2013

Hoy

Evangelio según San Lucas 11,37-41.
Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa.
El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.
¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?
Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.
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La pureza del corazón es la que cuenta a los ojos de Dios. El Señor no se deja engañar como los hombres que vemos las apariencias y no el corazón, en cambio Dios ve lo profundo del hombre y todo su interior.
No podemos caer en el juego del demonio de confundir lo esencial con lo accesorio. No podemos caer en el juego de roles en el cual cada uno es lo que desea que los demás vean y no lo en realidad es. No podemos caer en el juego de pretender pasar inadvertidos frente a Dios por hacen un par de cosas bien hechas o por no hacer las que tenemos que hacer, o por actuar a escondidas de los hombres, que no  os ven y por eso no nos juzgan.
Ante Dios debemos ser transparentes, y actuar bien ante los ojos de los demás en la oscuridad de nuestra habitación. Debemos ser hombres de Dios en privado y en público, y de manera especial en la profundidad de nuestro corazón.

13 octubre, 2013

Cómo en el cuento de la gallina

Evangelio según San Lucas 17,11-19.
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea.
Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia
y empezaron a gritarle: "¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!".
Al verlos, Jesús les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y en el camino quedaron purificados.
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta
y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano.
Jesús le dijo entonces: "¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?".
Y agregó: "Levántate y vete, tu fe te ha salvado".
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Los leprosos malagradecidos fueron 9. Sólo uno se acordó de agradecer a Jesús por el milagro. Pero ¿Qué pasó con los demás? Se fueron curados de la lepra, pero no escucharon de Jesús el "Levántate y vete, tu fe te ha salvado". ¿Qué es más importante?
A veces nos pasa lo mismo. Tenemos la idea de que Dios nos tiene que curar y hacer todos los favores que queramos, pero nos olvidamos de la salvación eterna. Nos olvidamos de que la vida no acaba con la muerte y de que la salud  no es el máximo bien. Hay algo más grande que la salud, el bienestar, los hijos y la larga vida, e incluso que la vida misma: la vida eterna. Y hay algo más grande y valioso que la vida eterna: el Dios que la da.
Así pues, somos como aquellos niños que se quedan con los dulces y  no con quien se los da. Como aquel hombre del cuento de la gallina de los huevos de oro, que prefirió los huevos a la gallina que los daba. 

¿Buscamos a Jesús  para curarnos o para salvarnos? Entre lo uno y lo otro hay una diferencia abismal. 
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

12 octubre, 2013

Palabra y corazón

Evangelio según San Lucas 11,27-28.
Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y le dijo: "¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!".
Jesús le respondió: "Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".
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Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la practican,  dice el Señor. Felices los que dejan que el amor de Dios llegue a sus corazones y empiece a derretir el hielo del pecado.  Felices los que dejan que el amor de Dios penetre en lo más profundo del alma y empiece a iluminar las cavernas más profundas donde uno mismo no es capaz de entrar. Felices los que se dejan amar por Dios. Felices los que al igual que María dijeron sí al Señor y vivieron en su corazón. Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la practican.
¿Cómo podremos lograr todo esto? ¿cómo ser como María y decir que si? Sólo un corazón enamorado es capaz de responder de esa manera al amor, porque de lo contrario todo le resbalará. ¿Pero cómo enamorarse más?
Todo por la Inmaculada, nada sin ella.

11 octubre, 2013

La lucha por Dios en el corazón

Evangelio según San Lucas 11,15-26.
Pero algunos de ellos decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios". Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo.
Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul.
Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces.
Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras,
pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes.
El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, vaga por lugares desiertos en busca de reposo, y al no encontrarlo, piensa: 'Volveré a mi casa, de donde salí'. Cuando llega, la encuentra barrida y ordenada.
Entonces va a buscar a otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí. Y al final, ese hombre se encuentra peor que al principio".
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Dios llega al corazón del hombre y lo invade, no a la fuerza, sino por voluntad del mismo hombre. Si lo acepta en su corazón, entonces el Señor, el fuerte, derrota a los enemigos que tenían posesión, los amarra y se proclama dueño y Señor. Pero si al cabo de un tiempo el hombre desprecia a Dios y lo lanza fuera de su corazón, entonces Dios, el fuerte, se ve obligado a salir de allí. El corazón queda vacío y libre y cuando el demonio llega a reclamar lo que antes era suyo lo encuentra disponible y se instala de nuevo, y el hombre queda peor que antes.
¿Cuál es la solución? no sacar nunca a Dios del corazón. No permitir que por el pecado expulsemos al Señor, al fuerte, del corazón. Y de ser así, acudir inmediatamente a Él para sanar las heridas y vivir nuevamente en Él.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

10 octubre, 2013

¿Pedir por pedir?

Evangelio según San Lucas 11,5-13.
Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes,
porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle',
y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'.
Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente?
¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan". +++
Este evangelio me causa gran curiosidad. Después de leerlo, y voy a ser sincero, queda la impresión de que por medio de la oración insistente se logra cualquier cosa. Si somos constanten en la oración e insistimos, Dios nos dará lo que pidamos. Pero ¿es esto cierto? sí y no.
No es cierto porque Dios no puede darnos todo lo que pidamos. ¿Qué tal que alguien le pida a Dios insistentemente que se muera tal o cual persona? ¿Dios lo escuchará? ¿Qué tal que le pidamos a Dios insistentemente que nos ganemos la lotería? ¿Qué tal si le pedimos a Dios insistentemente una tontería? ¿nos escuchará?
Sí es cierto porque Dios puede darnos todo lo que pidamos que sea conforme a lo que Él quiere para nosotros, es decir, conforme a lo que nos conviene.
Entonces, ¿qué es lo que necesitamos pedir? Pues, precisamente es ahí donde debemos pedir insistentemente luz y discernimiento para pedir bien. Porque no se trata de pedir por pedir: "cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan".
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

09 octubre, 2013

En adoración perpetua

Evangelio según San Lucas 11,1-4.
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos".
El les dijo entonces: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino;
danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación".
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Cuando conocí al Señor hace 10 años me encontré con una monjita de clausura muy joven que me decía que le encantaba orar y estar en la capilla en adoración. Yo, en cambio, le decía que me dormía cada que iba y que me aburría bastante porque no sabía que hacer. Esta bella mujer me dijo algo que no se me olvidó nunca: "orar es tan delicioso que yo no quisiera hacer otra cosa que estar a los pies de Jesús día y noche".
¿Cómo debe ser la vida de un cristiano? A los pies del Señor, como lámpara de fuego, en adoración perpetua, ardiendo de amor. ¿Cómo se logra esto? no solo por medio de la visita al Sagrario, sino de manera privilegiada por medio de la vida de caridad. Dijo el Señor a la samaritana "llegará el día en que el verdadero adorador lo hará en espíritu y en verdad".
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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