28 febrero, 2014

Familia como imagen de la Trinidad

Evangelio según San Marcos 10,1-12.
Jesús fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más.
Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?".
El les respondió: "¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?".
Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella".
Entonces Jesús les respondió: "Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes.
Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer.
Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre,
y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
Que el hombre no separe lo que Dios ha unido".
Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto.
El les dijo: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella;
y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio".
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El Señor es claro con el tema del adulterio. Quien se casa con un divorciado comete adulterio. El matrimonio es para siempre según el plan de Dios, y no sólo para un ratico mientras "dura el amor", o mientras los cuerpos están tonificados y el deseo prevalece sobre la decisión de amar.
El matrimonio es algo sagrado que se debe respetar porque así lo ha dispuesto el mismo Dios desde el principio de los tiempos cuando dijo: "y los dos serán una sola carne".
Entonces, ¿por qué tanta campaña en contra de la indisolubilidad del matrimonio? porque el Demonio bien sabe que atacando la familia desde su fundamento puede atacar y acabar más fácilmente con todos los demás, ya que la familia es imagen de la Santísima Trinidad en la que el amor de los esposos es fecundo y da lugar a los hijos.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

25 febrero, 2014

Ser como niños


EVANGELIO
Mc 9, 30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon del monte y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.

Les decía:
–El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.
Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó:
–¿De qué discutíais por el camino?
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
–Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.
Y acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
–El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.

Palabra del Señor.

La clave de perseverar en el camino con el Señor es esta "hacerce como un niño" la escencia de un niño no son sus niñerias, la verdadera escencia de un niño es su inocencia. ¿porque lo niños son inocentes y los adultos maliciosos? Todo lo que adquirimos bueno o malo fue por que lo aprendimos; aprendimos que podiamos ser buenos y nuestros padres aplaudieron, aprendimos que podiamos ser malos y el mundo aplaudio, y nos quedamos siendo lo que mas nos lleno de asombro matando en nosotros los deseos de ser aplaudidos por quien amamos (Dios), para recibir los aplausos de unos desconocidos (el mundo).

Ser como un niño en definitiva es ser santo, por que todos los deseos de su corazon, son puros y tienden a buscar siempre agradar a Dios, alejandose totalmente de agradarse a si mismo.

Todo por la inmaculada, nada sin ella.

La perfección está en ser lo que debemos ser

Evangelio según San Marcos 9,30-37.
Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera,
porque enseñaba y les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará".
Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.
Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: "¿De qué hablaban en el camino?".
Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.
Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: "El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos".
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo:
"El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado".
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El Reino de los cielos sólo es alcanzado por los más pequeños. A diferencia del mundo que nos presenta a los más grandes (según el mundo) como los que pueden alcanzar todas las metas, el Reino de Dios es para los que se hacen como niños y para los que acogen a los niños en el Nombre de Jesús, porque sólo haciendo aquello para lo que fuimos creados podremos encontrar el auténtico sentido de nuestra vida y hallar la felicidad.
Es como el cirio que ha sido creado para consumirse dando luz. No es perfecto sino cuando cumple aquel papel para el cual fue diseñado, y aunque pueda servir para muchas otras cosas, la plenitud del ser se da cuando se enciende y se consume.
Así mismo nosotros, que hemos sido creados por Dios para darnos por los demás. Y sólo cuando lo logremos vamos a encontrar esa plenitud llamada santidad y podremos hallar la auténtica felicidad.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

23 febrero, 2014

A Jesús sí se le puede creer

Evangelio según San Mateo 5,38-48.
Jesús, dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra.
Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto;
y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.
Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores;
así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?
Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.
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Jesús no es como esos personajes que hablan hermoso y escriben muchos libros pero que a la hora de la verdad no viven lo que escriben. Jesús, por el contrario, habló de amor al prójimo, de poner la otra mejilla, de cargar dos millas con el que le pidió una. Jesús vivió lo que dijo, o mejor dicho, decía lo que vivía. Eso es lo que lo hace diferente de todos los demás.
La perfección consiste en la plenitud de la caridad, es decir, en vivir bien el amor. El evangelio nos habla de cosas muy simples como saludar al desconocido, orar por el enemigo, poner la otra mejilla en vez de devolver el golpe. Pero lo más hermoso de todo es que estas palabras están en boca de Jesús y todos sabemos que esa fue la forma de vida de Nuestro Señor. ¿Quién más humillado, golpeado y maltratado que Jesús? ¡Por eso es que a Jesús sí se le puede creer!

22 febrero, 2014

Y seguimos sin encontrar la respuesta

Evangelio según San Mateo 16,13-19.
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?".
Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas".
"Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?".
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".
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Sobre Jesús se han dicho muchas cosas. Todo el tiempo están saliendo nuevos libros sobre Él. Es imposible ir a una librería y no encontrarse una novedad sobre el tema. Pero ¿qué dice la gente sobre el Hijo del hombre?
Las cosas no han cambiado mucho desde el tiempo de Jesús. Unos dicen que es un profeta más; otros, que un gran embaucador; otros, hablan de un personaje dual entre lo real y lo ficticio, o simplemente de una elaboración histórica amañada con fines lucrativos por medio de una institución oportunista llamada Iglesia (generalmente los que no la conocen dicen esto).
Pero, ¿quién es Jesús? Esta respuesta es tan variada como personas hay en el mundo. Jesús es tan grande que no cabe en un concepto porque no es una definición sino el mismo Dios. Jesús es el que el mundo no alcanza a comprender porque es Dios encarnado y sacrificado como respuesta al desprecio de la humanidad entera ¡Eso no cabe en la cabeza de los orgullosos!
Y para mí ¿quién es Jesús? Jesús es aquel que ha cautivado mi vida y a quien deseo entregarle mi existencia, pero lo confieso... aún no me he atrevido a hacerlo.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

21 febrero, 2014

¿De que sirve ganarlo todo si me pierdo a mi mismo? (por Linda Medina)

Lectura del santo Evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo:
–El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta época descreída y malvada, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles.
Y añadió:
–Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reino de Dios en toda su potencia.
Palabra del Señor.
San Ignacio de Loyola repitió por largo tiempo a san Francisco Javier "de que le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?" Yo asumo que el pobre francisco segado por los placeres del mundo y por sus seducciones, no comprendía lo que Ignacio le quería decir con esta frase.
Y de que podría servirnos tenés un cargo importante y ser muy reconocidos si en unos años no seremos mas que semen pútrido? Y como para que presumir de las pertenencias o estrato social si cuando ya muramos nada nos pertenecerá y mas aun hasta nuestros seres queridos nos olvidaran; vanidad de vanidades y todo es vanidad menos amar y servir con todo el corazón, en el estado en el que nos puso, de esposos, de hijos, de amigos, de novios, de compañeros de trabajo, en nuestra cotidianidad ahi esta el hacer la voluntad de Dios y amarle y servirle con todo nuestro ser.
Todo por la inmaculada, nada sin ella.

El que amasa riquezas en este mundo se parece a...

Evangelio según San Marcos 8,34-38.9,1.
Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará.
¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida?
¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles".
Y les decía: "Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de haber visto que el Reino de Dios ha llegado con poder".

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De los sermones de San Antonio de Padua:

“Los avaros y los usureros son la sinagoga de Satanás. ¡Desgraciados! No saben lo que eran al nacer –a saber, enteramente desnudos- y lo que serán en su muerte –a saber, envueltos en un miserable paño. ¿De dónde vienen, en efecto, sus bienes? Del hurto y de la usura… Como el escarabajo que amasa excrementos haciendo con ellos con dificultad una pequeña bola, para que al final un asno pase y aplaste la bola y al escarabajo, el avaro y el usurero reúnen el estiércol del dinero. De repente el diablo los estrangula, su alma se va al demonio y su dinero… a los herederos." - San Antoniode Padua. Sermones.

La vida eterna es nuestra meta. Y al igual que en una carrera, se puede perder el primer lugar por un simple descuido o por no perseverar en todo momento, e incluso se corre el riesgo de lesionarse o perder el rumbo y nunca llegar a la meta.
Así mismo, la salvación del hombre es una carrera hacia Dios que tiene que sortear una multitud de obstáculos mortales. El mundo y el demonio buscan a toda costa impedir que se avance, y las tentaciones a cada paso son bastante seductoras.
Pero ¿de qué le sirve al corredor ganar al mundo entero si pierde la carrera? y no es una carrera cualquiera, sino una carrera por la vida, por la salvación, por el futuro de su existencia. Porque la salvación no es otra cosa que prolongar la existencia en el amor de Dios, mientras que la condenación es gastar la existencia en el rechazo de todo lo bueno, en el rechazo de la felidad, de la paz y del amor mismo.
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? De nada, absolutamente de nada.

19 febrero, 2014

Dios no pasa colecta

Evangelio según San Marcos 8,22-26.
Cuando llegaron a Betsaida, le trajeron a un ciego y le rogaban que lo tocara. 
El tomó al ciego de la mano y lo condujo a las afueras del pueblo. Después de ponerle saliva en los ojos e imponerle las manos, Jesús le preguntó: "¿Ves algo?". 
El ciego, que comenzaba a ver, le respondió: "Veo hombres, como si fueran árboles que caminan". 
Jesús le puso nuevamente las manos sobre los ojos, y el hombre recuperó la vista. Así quedó curado y veía todo con claridad. 
Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: "Ni siquiera entres en el pueblo". 
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Una vez más Jesús hace una curación en la que pide que nadie se entere. Acaba de curar a un ciego que no sabemos si era de nacimiento o por algún otro caso. Pide a aquel hombre que no entre en la ciudad y se vaya para su casa. ¿Acaso aquel hombre iba a obedecer? ¿Un ciego que empieza a ver podrá irse para su casa y encerrarse para ver cuatro paredes? ¡imposible! seguramente entró en la ciudad o salió a los campos a mirar todo lo que pudiera, a disfrutar aquello de lo que se había perdido durante tanto tiempo.
¿Por qué el Señor hace milagros y curaciones y después pide silencio para que nadie se entere? Esto es porque el Señor lo hacía por aquel a quien curaba y no para darse "pantalla" delante de todo el mundo, es decir, Dios cura por amor y no por publicidad; Dios cura porque quiere el bienestar de sus hijos y no para pasar la colecta. Dios cura porque ama y no porque quiere aumentar su club de fans en el facebook y tener giras mundiales recaudando inmensas cantidades de dinero y comprarse una mansión extravagante en Miami y un auto rojo último modelo con acabados finísimos.
Dios actúa porque ama.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

18 febrero, 2014

Yo tampoco entiendo

Evangelio según San Marcos 8,14-21.
Los discípulos se habían olvidado de llevar pan y no tenían más que un pan en la barca.
Jesús les hacía esta recomendación: "Estén atentos, cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes".
Ellos discutían entre sí, porque no habían traído pan.
Jesús se dio cuenta y les dijo: "¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida.
Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. ¿No recuerdan cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?". Ellos le respondieron: "Doce".
"Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogieron?". Ellos le respondieron: "Siete".
Entonces Jesús les dijo: "¿Todavía no comprenden?".
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Hay ocasiones en las que uno no comprende lo que sí comprende, o mejor dicho, cree no comprender lo que es claro. Es como cuando alguien no está seguro de dar una respuesta y ante la duda cree que está equivocado cuando en verdad tiene la razón.
En una clase de matemáticas basta un "¿seguro?" para hacer dudar al mejor de los alumnos. Así mismo en el evangelio el "¿todavía no comprender?" de Jesús haría dudar hasta al más espiritual y profundo de los apóstoles porque ¿de qué estaba hablando Jesús?
¿Jesús estaba hablando de los panes y los peces?
¿Jesús estaba hablando del "siete" y el "doce"?
¿Jesús estaba hablando de la levadura de los fariseos?
¿Jesús estaba hablando de la falta de fe?
¿Jesús estaba hablando del único pan que traían?
La verdad es que yo mismo no comprendo qué es lo que estaba queriendo decir Jesús. Y cuando leí el "¿Todavía no comprenden?" sólo pude pensar una cosa: No, yo tampoco comprendo.
O a lo mejor sí comprendo. Tal vez el Señor simplemente quería recordar que la multiplicación de los panes y de los peces fue real y que no fue una figura literaria, porque las figuras literarias no caben en cestas y no sacian el hambre de nadia. ¿O quién se ha comido una?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

17 febrero, 2014

No quiero ver

Evangelio según San Marcos 8,11-13.
Entonces llegaron los fariseos, que comenzaron a discutir con él; y, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo.
Jesús, suspirando profundamente, dijo: "¿Por qué esta generación pide un signo? Les aseguro que no se le dará ningún signo".
Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla.
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Jesús pasó su vida haciendo el bien, orando al Padre, sanando, predicando, resucitando. Fueron muchísimos los que comieron en la multiplicación de los panes y los que vieron a levantarse de la muerte a muchos hombres por obra de Jesús.
Los Fariseos eran los primeros en enterarse de estas cosas por boca de los demás, incluso muchos de ellos también presenciaron directamente estos prodigios del Señor.
Sin embargo, no era suficiente con ver lo que Jesús hacía y más sorprendentemente aún lo que Jesús no hacía. Porque el Señor se comporta como Dios y no como un hombre. Jesús, siendo Dios, actúa como Dios, y no se llena de soberbia, no pasa la colecta, no se llena de orgullo y abusa de su condición y poder, sino que ama profundamente y alivia los corazones afligidos.
Jesús no podía darle más signos a los Fariseos de los que les había dado, porque ¿qué le faltaba por hacer? ya había amado y servido hasta el extremo.
Los Fariseos no podían ver claro porque no querían ver claro y no hay peor ciego que el que se tampa los ojos con la mano. Así pues, Jesús dijo a estos sujetos: "no se les dará ningún signo".
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

16 febrero, 2014

Sí o no

Evangelio según San Mateo 5,17-37.
No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti,
deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio.
Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio.
Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor.
Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios,
ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey.
No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
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Al Señor se le ama o no se le ama. Ante el amor de Dios el día del juicios sólo se podrá responder "sí" o "no", lo demás no tendrá lugar. Porque es con la vida que uno demuestra el amor a Dios. Es con las obras que uno garantiza que está amando. Es por medio de los hechos concretos que le decimos sí a Dios.
Obras son amores y no buenas razones, por eso a Dios se le dice "sí" viviendo como el quiere que vivamos y cumpliendo los mandamientos movidos por la caridad. Y, de igual manera, a Dios se le dice "no" por medio de una vida desinteresada, sin cumplimiento de los mandatos de Dios y siendo uno mismo el centro de la existencia.
El cielo no es otra cosa que la prolongación de un "sí" vivido desde acá; el infierno es la prolongación de un "no" vivido desde acá.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

15 febrero, 2014

DAR

Evangelio según San Marcos 8,1-10.
En esos días, volvió a reunirse una gran multitud, y como no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
"Me da pena esta multitud, porque hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer.
Si los mando en ayunas a sus casas, van a desfallecer en el camino, y algunos han venido de lejos".
Los discípulos le preguntaron: "¿Cómo se podría conseguir pan en este lugar desierto para darles de comer?".
El les dijo: "¿Cuántos panes tienen ustedes?". Ellos respondieron: "Siete".
Entonces él ordenó a la multitud que se sentara en el suelo, después tomó los siete panes, dio gracias, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. Ellos los repartieron entre la multitud.
Tenían, además, unos cuantos pescados pequeños, y después de pronunciar la bendición sobre ellos, mandó que también los repartieran.
Comieron hasta saciarse y todavía se recogieron siete canastas con lo que había sobrado.
Eran unas cuatro mil personas. Luego Jesús los despidió.
En seguida subió a la barca con sus discípulos y fue a la región de Dalmanuta.
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Pobres discípulos. ¿Quién sabe hace cuánto tiempo estaban guardando esos panes y peces para comerlos? es más, ¿quién sabe cuánta hambre tenían ellos mismos?
Me imagino la cara de los discípulos al ver que iban a tener que partir lo poco que tenían con toda una multitud. Alguno habrá podido decir "sería mejor no dar nada porque siete panes para tantos no es sino perder los panes".
Así son las cosas de Dios, el Señor sabe recompesar muy bien lo que se le da, incluso sin alegría como los panes de los discípulos, porque no creo que hayan estado de acuerdo en que todos se comieran su ración. Entonces, si así es "a las malas" ¿cómo será cuando le demos a Dios con muchísima alegría todo lo que tengamos?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

14 febrero, 2014

Dios actua como Dios y no como hombre

Evangelio según San Marcos 7,31-37.
Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis.
Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos.
Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua.
Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: "Efatá", que significa: "Abrete".
Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente.
Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban y, en el colmo de la admiración, decían: "Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos".
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Jesús es el único que hace hablar a un mudo y le pide que no le cuente a nadie... Jesús es el único que le devuelve la voz a un mudo y le pide que guarde silencio. ¿No es demasiado raro? Mi abuelita decía: "Dios le da pan al que no tiene dientes", y a veces creo que es bastante cierto.
Y aunque el sordomudo hiciera caso y no dijera nada a nadie, los testigos sí lo harían, entonces ¿para qué prohibirles algo que obviamente iban a hacer?
¿Será que Jesús abrió los oídos de este hombre para poderle decir: "no le digas nada a nadie?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

13 febrero, 2014

Una gran discrepancia

Evangelio según San Marcos 7,24-30.
Después Jesús partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto.
En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies.
Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio.
El le respondió: "Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros".
Pero ella le respondió: "Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos".
Entonces él le dijo: "A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija".
Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio.
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Me causa cierta gracia leer el evangelio y compararlo con la vida actual. Es gracioso ver la discrepancia tan enorme entre lo que vivió Jesús y lo que muchísimas veces vivimos nosotros...
Jesús se encuentra con los enfermos, liciados, pecadores, hambrientos y toda clase de gente despreciada por la sociedad; además se encuentra con los vividores, los que quieren sacar partido de todo y con los que aprovechan el pan gratis y los milagros fáciles.
Lo interesante de todo esto es que Jesús no tiene reparo en curar los enfermos, liciados y hambrientos en un dos por tres y sin necesidad de hacerlos asistir a una catequesis semanal con previa inscripción en el despacho parroquial y un aporte de 12 mil pesos para gastos de administración y fotocopias.
Obviamente todas estas cosas son importantes para darle orden a las instituciones y facilitar los procesos de evangelización, pero... ¿será que tenemos el mismo espíritu de evangelización que tuvo Jesús?
A veces me pongo a pensar que nuestras catequesis no son más que "cátedra" teológica con fundamentos estructurados y precisos que sólo llegan a los oídos de los que nos escuchan, pero pocas veces llegan a su corazón, porque como dijo San Francisco de Sales, "Las palabras que salen de los labios llegan a los oídos, pero sólo las palabras que salen del corazón llegan al corazón".
¿Cierto que hay una gran diferencia en la forma como Jesús evangelizaba y la nuestra? Y alguno podrá responder: "Pero es que Jesús es Dios y eso hace la diferencia". A lo que yo respondo: "¿Y acaso no has comido al mismo Dios para hacerte como Él en la Eucaristía?"
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

12 febrero, 2014

No se lo digas a nadie

Evangelio según San Marcos 7,14-23.
Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanlo bien.
Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!".
Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola.
El les dijo: "¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?". Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.
Luego agregó: "Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro.
Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.
Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre".
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 A veces podemos caer en la tentación de reducir el cristianismo a un código ético fundamentado en los mandamientos más graves, es decir, no matar, no robar (cosas de valor), no decir mentiras (grandes), no fornicar (algunos dirán ¿eso todavía es pecado?) y no cometer adulterio (públicamente, es decir, dejarse pillar). Todo lo demás estaría permitido porque "no le hace daño a nadie", y "si no le hace daño a nadie, ¿por qué habría de ser pecado?). Esta tentación está presente en todas las esferas: laicos, religiosos, sacerdotes...
Pero ¿qué de cierto hay en que el cristianismo no es otra cosa más que un simple código ético?
Seguir a Cristo no es simplemente cumplir con ciertas obligaciones e ir a Misa los domignos, confesarse una vez al año (porque algunos sostienen que "el que reza y peca empata") y finalmente comulgar una vez por Pascua (aunque mi vida siga igual).
Cristo nos enseña otra cosa: no se trata de cumplir ciertos preceptos; se trata de un corazón puro. Se trata de vivir conscientemente la fe; se trata de amar de verdad. Nada de lo que entral al hombre lo hace impuro, sino lo que sale de su corazón, es allí donde se gestan las maldades: "las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino". Es el corazón la fuente del pecado, es la intención parte fundamental en la maldad de los actos.
Así pues, un acto por oculto que sea, con una intención mala, se convierte en un acto malo, "aunque no le haga daño a nadie", porque hacerse daño a sí mismo es hacerle daño a alguien y ya está mal.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

11 febrero, 2014

Jesús

Evangelio según San Marcos 7,1-13.
Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús,
y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar.
Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados;
y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.
Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?".
El les respondió: "¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.
Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres".
Y les decía: "Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios.
Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y además: El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte.
En cambio, ustedes afirman: 'Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro corbán -es decir, ofrenda sagrada- todo aquello con lo que podría ayudarte...'
En ese caso, le permiten no hacer más nada por su padre o por su madre.
Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como estas, hacen muchas otras cosas!".
+++
Definitivamente el corazón del hombre sólo lo alcanza a conocer Dios. Ni sisquiera nosotros mismo logramos entender qué pasa las profundidades del alma. Ni siquiera nosotros mismos alcanzamos a comprender por qué actuamos de cual o tal manera.
Sin embargo, esto no es razón para actuar sin pensar y mucho menos para hacer mal las cosas. Dios quiere que lo amemos profundamente y que seamos sinceros con Él. Ahora bien, ¿por qué es tan difícil ser sinceros con Dios? ¿Por qué tratamos de ocultarle, al que es la misma luz, lo que hay en las profundidades de cada uno?
A veces me pregunto: ¿qué pensará Dios de mí?
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

10 febrero, 2014

Mira este Corazón

 
Evangelio según San Marcos 6,53-56.
Después de atravesar el lago, llegaron a Genesaret y atracaron allí.
Apenas desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús, y comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos, hasta el lugar donde sabían que él estaba.
En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y los que lo tocaban quedaban curados.
+++
Si los enfermos se curaban con tan solo tocar el manto de Jesús, ¿qué pasaría si tocamos su corazón? El corazón representa el amor más profundo, la fuente de los sentimientos. Por eso Dios quiso que el Verbo se encarnara, para tener un corazón de hombre y darle así al hombre un verdadero corazón de carne. Y por esta razón, también, Jesús se ha revelado desde el evangelio de Juan, y a lo largo de la historia, con su corazón ardiendo.
Si nos acercáramos a ese corazón en llamas quedaríamos curados de todas nuestras inmundicias e idolatrías, porque su fuego abrasador nos consumiría en un instante y arrancaría de nosotros todo lo que no sea de Dios.
¡Corazón de Jesús, si tan sólo probara una de tus llamas...! ¡Si tan sólo pudiera contemplar el crepitar de tu fuego intenso...! ¡Corazón de Jesús, amor de Dios, déjame consumirme en tu amor!
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

09 febrero, 2014

Sal y luz... y un poquito de limón

Evangelio según San Mateo 5,13-16.
Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña.
Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.
+++
Sal y luz... ¿qué sería de nosotros sin las dos?
Sin sal la comida sería insípida y las cosas se dañaría más fácil, porque la sal conserva los alimentos para que no se descompongan. Sin sal, los discípulos de Dios serían insípidos, infecundos, estériles. Sin sal el evangelio no sería más que "otra noticia" en vez de "buena nueva". Sin sal el anuncio del envagelio no se conservaría en el tiempo y sería una simple cuestión del pasado, una anécdota más de la historia.
La luz ilumina la oscuridad, calienta y da vida. Sin luz la vida no es posible porque es la fuente primordial de energía. Sin luz estaríamos encerrados en la noche sin poder salir de ella y sin posibilidad de vencerla. Así mismo, la luz de la que nos habla el evangelio es una luz que ilumina las oscuridades más profundas del corazón del hombre. La luz espiritual alumbra los caminos, calienta los corazones apagados, energiza las vidas cansadas.
Ser sal y luz del mundo no es otra cosa que ser vida y dar vida, ser Cristo y dar a Cristo; vivir apasionadamente el amor de Dios. Pero el amor debe ser vivido con ardor, con fuerza, con entusiasmo, porque de lo contrario no estaríamos siendo luz y sal. Si el amor no se vive con demasiada pasión no sería amor, porque el amor quema y consume.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

08 febrero, 2014

¿Como osos o marmotas?

Evangelio según San Marcos 6,30-34.
Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
El les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.
Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
+++
El descanso del apóstol es sólo Dios y su voluntad.
Ver televisión en una cama durante horas comiendo galletas y tomando coca-cola no es un verdadero descanso. Levantarse después de dormir más de 10 horas o hibernar todo el día como un oso en invierno tampoco lo es.
El evangelio nos presenta a Jesús con sus discípulos llendo a descansar a un lugar solitario por medio del silencio y la oración. Seguramente que tenían en mente dormir un poco, comer bien y disminuir el trabajo, pero no el convertirse en marmotas humanas echadas en el suelo todo el día.
Pero lo más interesante es que cuando desembarcaron (luego de remar y remar) fue que se encontraron con una multitud sedienta de Dios. La cual no fue despedida con la siguiente frase: "hoy no hay servicio, el maestro y los discípulos están en su día de descanso. El horario de atención es de lunes a sábado en horario de oficina. Por favor no insista".
Por el contrario, la respuesta de Jesús fue la compasión porque la multitud estaba como ovejas sin pastor, y por eso les enseñó un largo rato.
Jesús no se mueve por un sueldo. Jesús no trabaja porque tiene un contrato laboral con prestaciones sociales y cláusulas en letra pequeña. Jesús no es un funcionario público o un gran empresario. Jesús no es un administrador que tiene que velar por el sostenimiento económico de su empresa. Jesús es Dios y se comporta como Dios y AMA COMO DIOS. Y por eso no soporta ver a la multitud como oveja sin pastor, porque ÉL es el PASTOR.
¡Jesús, cuánto tenemos que aprender de ti!
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

07 febrero, 2014

La suma de muchas estupideces

Evangelio según San Marcos 6,14-29.
El rey Herodes oyó hablar de Jesús, porque su fama se había extendido por todas partes. Algunos decían: "Juan el Bautista ha resucitado, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos:
Otros afirmaban: "Es Elías". Y otros: "Es un profeta como los antiguos".
Pero Herodes, al oír todo esto, decía: "Este hombre es Juan, a quien yo mandé decapitar y que ha resucitado".
Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado.
Porque Juan decía a Herodes: "No te es lícito tener a la mujer de tu hermano".
Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía, porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto.
Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea.
La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: "Pídeme lo que quieras y te lo daré".
Y le aseguró bajo juramento: "Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino".
Ella fue a preguntar a su madre: "¿Qué debo pedirle?". "La cabeza de Juan el Bautista", respondió esta.
La joven volvió rápidamente adonde estaba el rey y le hizo este pedido: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista".
El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla.
En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan.
El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.
Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.
+++
El pecado no es otra cosa que la suma de muchas estupideces. La primera de todas es pensar que se es feliz cuando en realidad se está completamente insatisfecho e infeliz. La segunda es creer que el pecado saciará esa sed de felicidad. La tercera es creer que se está tomando una buena decisión. La cuarta es sentirse orgulloso por la estupidez hecha y, finalmente, la estupidez más grandes, es llenarse de orgullo por haber actuado de maneta tan tonta.
Esto fue lo que pasó con Herodes. Pensaba que tenía en sus manos el mundo entero, y por quedar bien con los invitados le ofreció a la hija de Herodías lo que ella pidiera para demostrar su poder.
La segunda estupidez fue pensar que ese acto lo iba a hacer más hombre. La terera estupidez fue pensar que había hecho lo correcto. La cuarta estupidez fue sentirse bien por ser tan estupido y, por último, la quinta estupidez fue llenarse de orgullo por "demostrar su poder", sabiendo que no tenía el poder suficiente para actuar bien.
Así mismo pasa con todos nosotros. Un pecado no es otra cosa que la suma de muchas estupideces. Un pecado no es otra cosa que la suma de muchos errores que no se detienen a tiempo y terminan por convertirse en una bola de nieve que cae y a su paso aumenta de tamaño y termina por destruir todo a su paso.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

05 febrero, 2014

Profeta para sí mismo

Evangelio según San Marcos 6,1-6.
Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos?
¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa".
Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos.
Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.
+++
Si el mismo Jesús no fue recibido con fe en su propio pueblo, cuánto más pasará con nosotros... y no me refiero a ser grandes predicadores en nuestra propia casa, sino a la lucha interna que tenemos nosotros mismos en la cual no vivimos lo que predicamos o predicamos lo que no vivimos.
No vivimos lo que predicamos. Muchas veces somos como profetas para los demás pero no para nosotros mismos, bien sea porque no creemos lo que decimos o porque lo que decimos no lo queremos vivir.
Predicamos lo que no vivimos. ¿Cuántas veces alardeamos de nuestras propias capacidades sin ser verdad? ¿cuántas veces agrandamos nuestros triunfos? ¿cuántas veces disimulamos nuestros propios defectos? Es muy fácil predicar lo que no somos o lo que no vivimos.
En definitiva, no somos profetas en nuestra propia tierra porque en nosotros mismos no somos capaces de lograr el milagro de la conversión personal. Sin embargo esto no es para desanimarse, sino para conocernos más y luchar mejor.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

04 febrero, 2014

No temas, basta que creas

Evangelio según San Marcos 5,21-43.
Cuando Jesús regresó en la barca a la otra orilla, una gran multitud se reunió a su alrededor, y él se quedó junto al mar.
Entonces llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verlo, se arrojó a sus pies,
rogándole con insistencia: "Mi hijita se está muriendo; ven a imponerle las manos, para que se cure y viva".
Jesús fue con él y lo seguía una gran multitud que lo apretaba por todos lados.
Se encontraba allí una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias.
Había sufrido mucho en manos de numerosos médicos y gastado todos sus bienes sin resultado; al contrario, cada vez estaba peor.
Como había oído hablar de Jesús, se le acercó por detrás, entre la multitud, y tocó su manto,
porque pensaba: "Con sólo tocar su manto quedaré curada".
Inmediatamente cesó la hemorragia, y ella sintió en su cuerpo que estaba curada de su mal.
Jesús se dio cuenta en seguida de la fuerza que había salido de él, se dio vuelta y, dirigiéndose a la multitud, preguntó: "¿Quién tocó mi manto?".
Sus discípulos le dijeron: "¿Ves que la gente te aprieta por todas partes y preguntas quién te ha tocado?".
Pero él seguía mirando a su alrededor, para ver quién había sido.
Entonces la mujer, muy asustada y temblando, porque sabía bien lo que le había ocurrido, fue a arrojarse a sus pies y le confesó toda la verdad.
Jesús le dijo: "Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz, y queda curada de tu enfermedad".
Todavía estaba hablando, cuando llegaron unas personas de la casa del jefe de la sinagoga y le dijeron: "Tu hija ya murió; ¿para qué vas a seguir molestando al Maestro?".
Pero Jesús, sin tener en cuenta esas palabras, dijo al jefe de la sinagoga: "No temas, basta que creas".
Y sin permitir que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago,
fue a casa del jefe de la sinagoga. Allí vio un gran alboroto, y gente que lloraba y gritaba.
Al entrar, les dijo: "¿Por qué se alborotan y lloran? La niña no está muerta, sino que duerme".
Y se burlaban de él. Pero Jesús hizo salir a todos, y tomando consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que venían con él, entró donde ella estaba.
La tomó de la mano y le dijo: "Talitá kum", que significa: "¡Niña, yo te lo ordeno, levántate".
En seguida la niña, que ya tenía doce años, se levantó y comenzó a caminar. Ellos, entonces, se llenaron de asombro, y él les mandó insistentemente que nadie se enterara de lo sucedido. Después dijo que le dieran de comer.
+++
¿Quién entiende a Jesús? A veces el Señor es bastante raro: Resucita a una niña que ya había sido llorada por todo el pueblo y en seguida dice: "que nadie se entere de lo sucedido". Esto sería como levantar el edificio más alto de la ciudad derrumbado a la vista de todos y después decir que nadie se entere del prodigio. La verdad es que a veces no entiendo nada al Señor.
Quiero rescatar de este evangelio una frase que le dice el Señor al jefe de la sinagoga: "No temas, basta que creas". ¡Qué palabras tan hermosas!  ¿Cuántos de nosotros no quisiéramos escucharlas más seguido? ¿Cuánto estaríamos dispuestos a pagar sólo por escucharlas en el momento oportuno?
Ante el dolor y la enfermedad, ante la impotencia de no poder cambiar tantas cosas, siempre escucharemos de Dios: ¡No temas, basta que creas! Pero generalemente tememos y no creemos. Hoy quiero meditar en estas palabras e interiorizar su significado: no voy a temer, basta que crea.
Toro por la Inmaculada, nada sin Ella.

03 febrero, 2014

Todos somos indigentes espirituales

Evangelio según San Marcos 5,1-20.
Llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos.
Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro.
El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.
Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo.
Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras.
Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante él,
gritando con fuerza: "¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!".
Porque Jesús le había dicho: "¡Sal de este hombre, espíritu impuro!".
Después le preguntó: "¿Cuál es tu nombre?". El respondió: "Mi nombre es Legión, porque somos muchos".
Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región.
Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña.
Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: "Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos".
El se lo permitió. Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara -unos dos mil animales- se precipitó al mar y se ahogó.
Los cuidadores huyeron y difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados. La gente fue a ver qué había sucedido.
Cuando llegaron adonde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su sano juicio, al que había estado poseído por aquella Legión, y se llenaron de temor.
Los testigos del hecho les contaron lo que había sucedido con el endemoniado y con los cerdos.
Entonces empezaron a pedir a Jesús que se alejara de su territorio.
En el momento de embarcarse, el hombre que había estado endemoniado le pidió que lo dejara quedarse con él.
Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: "Vete a tu casa con tu familia, y anúnciales todo lo que el Señor hizo contigo al compadecerse de ti".
El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados.
+++
A veces nos da miedo ser amados. Estamos tan acostumbrados a los malos tratos que las caricias nos hacen daño. De la misma manera que una persona de la calle que está acostumbrada a los golpes, humillaciones e insultos se resiste a una abrazo sincero porque ha olvidado lo que es, así mismo nosotros, pobres espirituales, acostumbrados al pecado y a la traición por nosotros mismos y por los demás, nos resistimos a creer que Dios sea verdaderamente bueno con nosotros y que nos ame a pesar de lo que somos.
Si alguien llega donde un habitante de la calle, pobre, sucio, maloliente, y le dice que lo ama profundamente y que le va a dar todo lo que quiera, seguramente se encontrará con una persona desconfiada que se rehusará a aceptar algo tan bueno por miedo a ser engañado. Así mismo, cuando Dios llega a nuestra vida y nos dice que nos ama profundamente y que nos va a dar TODO (incluyendo la vida eteran) nos asustamos porque "de eso tan bueno no dan gratis".
Creo que el mayor problema que tenemos es la desconfianza con Dios porque no creemos que nos pueda amar tanto como dicen que nos ama sabiendo bien quienes somos.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

02 febrero, 2014

Jesús, luz para alumbrar a las naciones

Evangelio según San Lucas 2,22-40.
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.
También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor.
Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:
"Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel".
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él.
Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: "Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos".
Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido.
Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones.
Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en
El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.
+++
Jesús es el Mesías que había de venir para liberar al pueblo oprimido por el pecado. Jesús es ese sacerdote eterno esperado que iba a poder ofrecer el sacrificio puro e inmaculado y restaurar la condición original del ser humano: el de la comunión con Dios.
Hoy la Iglesia celebra en muchas partes la fiesta de las candelas, o de la candelaria, en la cual se representa a la Virgen María con un cirio encendido y un par de tórtolas para el sacrificio en el Templo. Este fuego que lleva María representa al mismo Jesús, "luz para alumbrar a las naciones y gloria del pueblo de Israel". Jesús es esa luz que el mundo estaba esperando desde su creación. Jesús es la luz que llega a iluminar las tinieblas más profundas del hombre. Jesús es la luz que llega a iluminar nuestra vida. Jesús es la luz que guía nuestros pasos.
Por más que pretendamos dejar de lado a Dios y por más que pensemos que en las diferentes áreas del conocimiento podemos encontrar las respuestas más profundas del hombre, y por más que trabajemos de mano de esas ciencias para mejorar la calidad de vida de la humanidad entera, nunca podremos lograr lo que Jesús ha logrado: iluminar la vida y de toda la humanidad y ofrecernos la vida eterna.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

01 febrero, 2014

Paradoja

Evangelio según San Marcos 4,35-41.
Al atardecer de ese mismo día, les dijo: "Crucemos a la otra orilla".
Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya.
Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua.
Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal.
Lo despertaron y le dijeron: "¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?". Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: "¡Silencio! ¡Cállate!". El viento se aplacó y sobrevino una gran calma.
Después les dijo: "¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?".
Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".
+++
 La vida es una paradoja. El que puede hacer callar al viento y a la tempestad muchas veces no puede hacer callar al hombre. No porque no tenga poder, sino porque el hombre no le obedece.
Por el contrario, aquello que ni siquiera es persona y que no tiene poder sobre el viento y la tempestad, el mundo, se capaz de hacer callar al hombre y manipularlo con sus artimañas y mentiras.
La vida es una verdadera paradoja. ¿Y será que yo me estoy prestando para eso? ¿Será que estoy obedeciendo a lo que no se le debe obedecer y estoy ignorando al mismísmo Dios que quiere que le obedezca y que le ame?
Todo por la Inmacualda, nada sin Ella.

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