25 agosto, 2012

v vs. V = vanidad versus Verdad

Evangelio según San Mateo 23,1-12.

"Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen.
Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar 'mi maestro' por la gente. En cuanto a ustedes, no se hagan llamar 'maestro', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos.
A nadie en el mundo llamen 'padre', porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco 'doctores', porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado".
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El mundo es demasiado vanidoso. El motor de el mundo es la vanidad misma. Las cosas en las grandes ciudades, las construcciones, los proyectos, se mueven por la vanidad.
¿Qué fue la inauguración de los juegos olímpicos, sino el monumento (más costoso hasta el día de hoy) a la vanidad?
Una ciudad emprender grandes proyectos urbanísticos y arquitectónicos con miras a ser "la más avanzada del mundo" o "la más moderna del mundo", pero al cabo de unos meses otra ciudad construirá un proyecto más avanzado y la primera pasará a la historia. ¡Qué gloria tan pasajera; qué gloria tan efímera; qué gloria tan estúpida!
Los hombres somos iguales. Buscamos títulos y reconocimientos que nos son más que aire. Todo lo que perseguimos en esta vida y a lo que le entregamos nuestra existencia no es más que vanidad. Todo por lo que soñamos y nos mueve a vivir no es más que mentiras.
La vida verdadera está en Dios. La vida auténtica está en el Verbo Encarnado. La vida sólo tiene sentido en la Verdad misma que es Dios.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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