A veces podríamos pensar que Jesús pide mucho, pero en verdad no pide mucho: LO PIDE TODO porque LO DA TODO, o qué es el cielo si no el TODO, eso que un alma podría anhelar conociéndolo.
Los bienes de esta tierra cualesquiera sean son nada a comparación de este gran tesoro que no es simplemente para unos días o unos miles de años es para LA ETERNIDAD. Si nosotros meditáramos más en ese cielo, que no es simplemente como nos lo imaginamos: un lugar lindo lleno de paz donde no voy a sufrir.... el cielo es algo grande, algo que no se puede describir, ps quienes tuvieron la dicha de experimentarlo en vida como San Pablo, Santo Tomás de Aquino y muchos más no fueron capaces de expresar con palabras terrenales algo que es excelso; y sería necesad para nosotros querer hacerlo sabiendo que sólo lo que es del mundo puede describirse con cosas y palabras del mundo, pero lo que es del cielo, con lo que allá pertenece, y como acá no lo hay entonces es mejor simplemente anhelarlo con el corazón, luchar por él sin dejar que nada ni nadie nos lo quite porque es el tesoro que toda alma querría tener para sí. Si aquí amamos a Dios y quisiéramos tenerlo cerca siempre ¿cómo será entonces el vivirlo, el mantenerlo a nuestro lado eternamente, acaso no dejaríamos mamá, papá, hermanos y cualquier cosa perecedera?... entonces hoy Jesús no solo dice que dejemos los apegos terrenales sino que lo anhelemos a Él y a su cielo.
Señor que el cielo no sólo se nos converta en un anhelo sino en una realidad, que aquí como, santa Teresita lo empecemos a vivir.
"Solo venciéndote, VENCERÁS"
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