Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo.
La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo.
También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar.
Aquél día no me harán más preguntas. Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre.
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Dice el salmo "al ir iban llorando llevando las semillas, al volver vuelven cantando trayendo sus gavillas". ¿Qué es la vida sino la oportunidad de amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas? La vida es ese pequeño espacio de tiempo en el que somos capaces de Dios y podemos entregarle nuestra vida y nuestro corazón. Pero, al igual que algunos parásitos, preferimos la cáscara que el fruto y al final dañamos los dos.
Tenemos la oportunidad de amar a Dios y de dejarnos amar de Él, y nos terminamos enredando en las cosas temporales, sin vida y sin Dios.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.
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