Cada día Dios es una sorpresa de palabras y acciones que nos enriquecen sin medida, que profundo es recordar porque cristo vino al mundo (por el amor insondable del padre) y que transformador se vuelve ver que tal amor mereció tal sacrificio, y que tal amor mereció tal sacrificado, sacrificado que siendo infinito, pago la deuda infinita de todos los que le habíamos ofendido infinitamente.
Que amor del padre!!! que entrega del hijo!!! que dulzura de la inmaculada!!! que somos para que nos amen tanto? que quieren sino es que los amemos?.
Solo una palabra bastaría para doblegar nuestra voluntad y hacer que le adoremos, pero El busca algo mas profundo dentro de nosotros, no un acto obligatorio, sino voluntario para darnos a El, como El se dio a nosotros, primero en un pesebre con la inocencia de un niño, después en una cruz, con la convicción de salvarnos, y por ultimo en la eucaristía con el amor mas perfecto de un padre.
Que así cada día de nuestra vida, sea una entrega total al padre por medio de la inmaculada.
Todo por ella.
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