Lunes, 04 de junio de
2012. Mc 12, 1-12
Las parábolas tienen un
sentido, Dios en su infinita misericordia quiere trasmitirnos cada una de las
manifestaciones de su amor en pequeños ejemplos e historias y quiere conquistar
nuestra voluntad para que con la libertad le siguiéramos.
En este caso el hombre
dueño de la viña le dio todas las condiciones a los labradores para que
vivieran bien y produjeran frutos, les puso cercas y toda la protección que
necesitaban; sin embargo, los enemigos no estaban afuera sino adentro, eran
ellos mismos lo que se hicieron daño y decidieron el mal, la muerte, la
avaricia.
Ahora bien, cada vez que
hay una parábola, Jesús nos mueve a ponernos en una posición, para que
interioricemos y reflexionemos sobre cuál es nuestra posición frente a la relación
con Él, nos queda a cada uno evaluar como hemos correspondido al Señor, lo que
queremos de Él y los frutos que queremos dar.
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