Miércoles, 06 de junio de
2012. Mc 12, 18-27
El problema para los
saduceos no era la muerte, ni la vida actual, ni el matrimonio, el problema
para ellos era la vida eterna, por esto el Señor que conoce los corazones,
responde con precisión lo que sus almas anhelan.
Tantas son las quejas
nuestras, tantas las hipótesis que hacemos, pero la verdad de muchos de
nuestros problemas es la falta de vivir en clave de eternidad, es falta de lo
sobrenatural que me naturaliza, es falta del Amor.
Lo que debemos hacer, es
acudir al Amor, para que en las entrañas virginales de María, Reina del Cielo y
de la Tierra podamos alcanzar la gloria eterna, en la casa del Padre desde ya, tanto con nuestra fe como con nuestras obras.
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