Jueves, 14 de junio de
2012. Lc 22, 14-20
“He deseado ardientemente”
dice Jesús, desea comer con nosotros, desea darnos a comer de su sagrado Cuerpo
y Sangre, y no solo darse sino que le recibamos, pues en una mesa pueden estar
servidos los mas deliciosos manjares pero podemos comerlos o no.
¡Qué dicha poder recibir
la Comunión! El Manjar Eucarístico nos permite prepararnos para el padecer,
para la inmolación en el amor, porque así lo enseña el mismo Señor, expresando
que su muerte tiene un sentido y planifica este misterio de Amor, en el que diariamente
experimentamos su presencia salvífica. Hay Eucaristía por el Sumo y Eterno Sacerdote: Jesús.
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