13 febrero, 2012

Discutir o no discutir, esa es la cuestión

Lunes, 13 de febrero de 2012. Mc 8, 11-13

Los fariseos empezaron a discutir con Jesús, pero Jesús NO discutió con ellos, aun cuando ellos le pedían una señal. ¡ahí está la diferencia!

Muchas veces discutimos con el Señor en la oración exigiéndole razones, buscando entender todo, aun pidiéndole cosas, una oración llena de ruido y de humo, una oración que le falta recta intención, porque no se hace con humildad y con confianza y la consecuencia de esta actitud es que Jesús nos deje y se vaya a la otra orilla, no porque Él no nos quiera sino porque no le aceptamos, porque no estamos dispuestos a recibirle tal cual es.

¡Doloroso! Poder tenerle y al final no tenerle, estar frente a Él pero dejarle ir, en el fondo es porque el fariseo no sabe Quien tiene en frente. Dame tu mirada Virgen Pura y tu disposición, porque tu tienes la clave, simplemente es decir ¡FIAT!, es dejar a Dios ser Dios en mi vida.

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