02 noviembre, 2013

Dios quiere que nos salvemos

Evangelio según San Mateo 25,31-46.
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso.
Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos,
y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo,
porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;
desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'.
Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'.
Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'.
Luego dirá a los de su izquierda: 'Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles,
porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron'.
Estos, a su vez, le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?'.
Y él les responderá: 'Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo'.
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna".
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Dice el apóstol san Juan que nadie puede decir que ama a Dios a quien no ve si primero no ama a su hermano a quien ve. Esto mismo se aplica al evangelio de hoy. Para amar a Dios hay que amarlo de manera especial en los demás. A Dios se le ama con actos concretos y no con palabras,  y de la misma manera que un esposo debe manifestar su amor por medio de hechos concretos y no un montón promesas y cuentos, así un hijo de Dios debe manifestar su amor con hechos concretos y no sólo de palabra.
Y lo que está en juego en nuestra vida no es un simple prestigio o puesto en una empresa, no es la estabilidad económica o la salud, lo que está en juego en nuestra vida es la salvación eterna,  y esto hace que la prioridad de la vida sea vivir como Dios quiere que vivamos, no porque sea un capricho de Dios, sino porque Dios sabiendo qué nos conviene, quiere eso que sabe.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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