21 noviembre, 2013

¿Esto será para mí?

Evangelio según San Lucas 19,41-44.
Cuando estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella, diciendo: "¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos.
Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes.
Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios".
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¿Qué tal si este evangelio lo aplico a mi mismo? 
Cuando Jesús estuvo cerca y vio aquella alma, se puso a llorar por ella, diciendo: "¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes... te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios".
La verdad es que suena un poco duro, pero mirándolo a fondo, creo que es necesario. ¿Acaso esto no es lo que pasa cuando un alma se aleja de Dios y se hace inmune a su amor? el alma vive días desastrosos en los que el enemigo la ataca con más fuerza y la tienta para que se aleje cada vez más de Dios. Son días desastrosos en los que el alma se endurece y se aleja cada vez más y se hunde en el fango de sí misma o del pecado y se expone a la infelicidad eterna.
Es allí cuando el demonio, como león rugiente, devora al alma y la destruye desde lo más profundo hasta no dejar en ella "piedra sobre piedra"... y todo, por no saber reconocer el tiempo en que fue visitada por Dios.
Porque el pecado no es como una enfermedad externa y visible sino como aquellas enfermedades internas y silenciosas, como el cáncer, que cuando afloran ya están demasiado avanzadas.
Todo por la Inmaculada, nada sin Ella.

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