"Si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos no entrarán en el Reino de los cielos", esto Jesús se lo dice a los discípulos y me llama mucho la atención ya que lo relaciono con que no basta con ser sanos, nuestro llamado es a la SANTIDAD y claramente lo podemos ver cuando el señor nos dice que el que mata será llevado al tribual, pero viendo más a fondo el mandamiento tambien nos habla del que se enoja con su hermano y con esto el señor nos enseña que ya no debemos ver las cosas superficialmente, sino como misioneros nuestro llamado es a la perfección en el amor, el no conformarnos con no ofender al AMOR gravemente sino comenzar a desarraigar de nosotros todas aquellas imperfecciones, inclinaciones y vicios que aunque muchas veces los pacemos desapercibidos también ofenden al Señor, tratar de agradarle también en las cosas que a nuestro parecer son insignificantes, nuestro pensamiento debe ser el de evitar cualquier cosa que pueda ofender o desagradar a nuestro Pader DIOS, " no se trata aquí solamente de escuchar una enseñanza o cumplir un mandamiento, sino de algo más radical: adherirse a la persona misma de Jesús, compartir su vida y su destino" es decir, el Señor nos llama a la santidad en la perfección de nuestras obras, a ya no ver con los ojos de la carne sino con los ojos de María, con los ojos del AMOR y es allí donde ya no vamos a querer quitar solamente las piedras grandes de nuestra alma, sino que nuestro anhelo va a ser comenzar a quitar tambien las pequeñas piedras que no nos dejan avanzar en la vida espiritual, que nos impiden encontrarnos más intimamente con DIOS.
A ti Madre de amor te pedimos que nos concedas aspirar continuamente a la santidad, que dejemos a un lado aquella tibieza y podamos consumirnos cada día en el amor a Cristo como tú.
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