18 marzo, 2011

Viernes, 18 de marzo de 2011. Mt 5, 20-26

¿Por qué motivo evitar las peleas, buscar reconciliarse, no llamar imbécil a nadie? ¿Y si te provocan rabia?

El Señor nos propone ordenar los sentimientos y nuestro comportamiento, pues no podemos dejarnos llevar por los impulsos, esto a su vez, no significa reprimir por reprimir, sino elaborar esos sentimientos, es decir, conocernos y encontrar razones fundamentadas en el amor, para evitar la división y promover la unidad en nuestras relaciones con el prójimo.

Con razón el Señor dijo: «Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos», porque para querer vivir en Caridad, se necesita desear lo superior, buscar ser mejor, buscar la felicidad eterna, fundamentada en conservar el agrado de Dios y no necesariamente el de los hombres, partiendo de una profunda humildad.

Virgen María que tu contemplación contenga mi alocada fantasía, que tu visión no interrumpida de Dios llene con su presencia mi memoria para desear los bienes eternos, y esforzarme por vivir en la perfección de la verdadera caridad. Amén

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